Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo...
Amor mío, amor mío, mira mi boca de vitriolo
y mi garganta de cicuta jónica,
mira la perdiz de ala rota que carece de casa y muere
por los desiertos de tomillo de Rimbaud,
mira los árboles como nervios crispados del día
llorando agua de guadaña.
Esto es lo que yo veo en la hora lisa de abril,
también en la capilla del espejo esto veo,
y no puedo pensar en las palomas que habitan la palabra
Alejandría
ni escribir cartas para Rilke el poeta.
De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall (1980)
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Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve...
Cómo me parecerá extraño el aire que me envuelve,
cómo será así extraño,
cuando tú ya no estés,
la catedral del día,
el claustro que condensa la gran edad de la luz
y el carácter de las tormentas.
Amor mío, amor mío, tú sin día para ti,
enjambrado entre espejos y entre las cosas malas,
muerta la plata trascendental
y las ya antiguas anémonas de égloga,
muerta esta versión, que ahora oscuro, y declino, para leerla, más joven.
Amor mío de nunca, afiebrado y pacífico,
versos para el pequeño pulpo de la muerte,
versos para la muerte rara que hace la travesía de los teléfonos,
para mi mente debelada versos, para el circuito del violín,
para el circuito de la garza,
para el confín del sur, del sueño,
versos que no me asilen ni sean causa de vida,
que no me den la dulce serpiente umbilical
ni la sala glucosa del útero.
El sueño oscuro (1994)
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Lo que tuve y lo que no tuve y acaso aquello que mi mano solitariamente asilaba...
Lo que tuve y lo que no tuve y acaso aquello que mi mano
solitariamente asilaba,
todo lo que ahora escucho maldecir y llamear.
Del mismo modo que escucho tu nombre golpeando fragua
mítica,
sonando en metal de saga,
en herrería blanca que aún me quema.
Báculo de Babel (1982)
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Marina
Te he visto, océano
te he galopado
a lomos de un violín
de madera pulida
de un potro alabeado
del color del cerezo
y eras, océano
un prado
de hierba azul
en movimiento.
Como si fueras
el propio olvido
te he visitado
océano
emperador de las aguas
espejo profundo del cielo
y he visto en tus eternas barbas de espuma
cereales azules y flores del silencio.
El sueño oscuro (1994)
6 comentarios:
Alfredo urdidor de palabras a través años, aquí juntas no dispersas, cada verso una pulsión, imagenes, angustias, pérdidas, océanos.
En un Chagall tendida volando la niña de provincias, viaja sobre tejados a lomos de un asno volador, entre palomas y violines, infantil trazo de cielos, viaja la niña entre malabares y trapecistas, parejas de novios y la Torá y el Cristo.
Al final el océano, cabellera de algas azules, útero primigenio la mece y la transporta entre espumas a un sueño oscuro.
Felicitaciones, es un placer leerte.
Preciosos los poemas de Blanca Andreu, muy pasionales, de dentro.
Gracias Alfredo, qué tengas una semana estupenda.
a veces las palabras nos llegan por sus sonidos y no tanto por su significado.
hoy he sido muy sensible a la música de Blanca Andreu.
un abrazo y buen martes!!
Poemas íntimos y muy intensos los de esta autora, especialmente conmovedor el segundo, que es el que más me ha llegado. Un cordial saludo, Alfredo.
NATALIA: Tu comentario es un auténtico poema en sí mismo. Muchas gracias.
Un beso!!
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CARMENSABES: Poemas que tienen toda la fuerza de la verdad más íntima. Buena semana para ti también.
Un abrazo!!
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CAS: Me ha gustado mucho tu comentario y la sensibilidad a la música, no lo había visto de esa manera.
Besotes!!
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PACO: Todos tienen algo que les hace especiales, ahí está la riqueza de un escritor, poetisa en este caso.
Abrazos!!
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