domingo, 12 de abril de 2009

Sólo un beso (Ae fond a kiss, Ken Loach, 2004)




“Imaginaos que meto a los cristianos, a George Bush, al Papa, a Henrik Larsen y al bedel en el mismo saco: os reiríais porque es una estupidez. Eso hace occidente con el Islam, como si 50 millones de musulmanes de 50 países, con cientos de idiomas y grupos étnicos fueran una misma cosa. Mi familia, por ejemplo. Mi hermana se considera musulmana y como tiene una vena política, se llama a sí misma negra. Mi padre lleva más de 40 años en este país y es cien por cien paquistaní, o eso cree. Rechazo la definición occidental del terrorismo que excluye a las víctimas del terrorismo de Estado. Rechazo la superioridad moral de occidente después de que dos cristianos reconocidos pasaran de la ONU. Pero, sobre todo, rechazo la simplificación que hace occidente de los musulmanes. Yo soy de Glasgow, paquistaní, adolescente, de origen musulmán, que es seguidora de los Glasgow Rangers [los católicos son seguidores del Celtic de Glasgow, y entre los dos equipos hay una rivalidad muy intensa] en un colegio católico, porque soy una mezcla y estoy orgullosa.”

Con ese argumento expuesto por uno de los personajes (Tahara, hermana del protagonista masculino), empieza Sólo un beso, de la que tengo que decir que a pesar de no parecerme una gran película y de que los actores no rayan a una gran altura, Ken Loach ha vuelto a conseguir que una de sus historias me haga pasar un mal rato. Y no lo digo en el sentido de que me haya aburrido mortalmente, que no es el caso, sino que me refiero a que me he sentido enganchado a la historia, a una trama que si bien ya se ha visto en múltiples ocasiones, deja en el aire muchos interrogantes y nos esconde las respuestas para que cada uno encuentre las que quiera. En definitiva, que cuando he terminado de verla me he sentido aludido por lo que he visto, me he sentido increpado, y me ha dejado mal cuerpo, dicho esto en sentido positivo.


Es una historia de amor entre un paki (término despectivo que utilizan los británicos para referirse a los inmigrantes de origen paquistaní) y una gori (el apelativo despreciativo que los paquistanís adjudican a los británicos), es decir, entre Casim (Atta Yaqub) y Roisin (Eva Birthisle). Dos personas que provienen de dos orígenes distintos, musulmán él y católica irlandesa ella, que viven en mundos en los que la religión no es un instrumento de entendimiento, sino que es un elemento separador, opresor, que obliga a una construcción de la propia identidad externa al propio individuo.


Por eso la película, en la que destaca el uso enormemente efectista de una música que subraya de una forma espléndida los momentos más dramáticos, también habla, y lo hace de una forma fundamental, acerca de la identidad y de los factores que intervienen en su formulación. Una identidad que se crea desde afuera, con unos esquemas que buscan perpetuar una tradición antiquísima que ya no tiene sentido en tiempos de mestizaje y de convivencia de culturas.

A él se le quiere obligar a cumplir con el matrimonio pactado por las familias, mientras que a ella se la intenta presionar de todos los modos posibles, para que abandone una relación contraria absolutamente a unos preceptos mal entendidos de la religión católica. Loach aquí no se pone de parte de ninguna de las dos religiones, sino que nos muestra los errores que se cometen en ambas (estupenda la conversación entre la protagonista y su párroco).

Pero también la familia, en este caso la de Casim, se ve como un elemento perpetuador de una tradición, lo que genera esquemas rígidos que ya no encajan en la mentalidad de unos jóvenes con formación universitaria o que van a acceder a ella, y que viven otra clase de vida. El racismo y la no aceptación de la diferencia quedan puestas de manifiesto en esta película, premiada en los festivales de Valladolid y de Berlín y César a la Mejor Película Europea, que, insisto, no me parece de las mejores del director, pero que me ha vuelto a resultar interesante y que me confirma a Loach como un realizador imprescindible.

9 comentarios:

CASANDRA dijo...

un pensamiento muy simple: qué hará que algunos no entiendan el NO A LA DISCRIMINACION (sea la que sea)??? simplificando más aun: uno por aquí, en la blogosfera, vive en distintos países, tiene diferentes credos, vive de diferentes formas, ama (cuando puede) como quiere, y todos nos aceptamos, es más, nos buscamos para intercambiar ideas, experiencias. La pucha!!! cómo cuesta entender que de eso se trata la vida. BUeno,amigo, perdoname estos pensamientos simples de domingo pascual, pero siento que estamos como al principio, cuando muchos creen que estamos llegando al final. Un beso interpersonal, porque de eso se trata de personas que sienten.

CASANDRA dijo...

ah... y ya me voy a buscar la musica, que Ud. señor, siempre anda tentando mi diversificado música por las expresiones artísticas...!! jajaj

CASANDRA dijo...

"diversificado GUSTO por las expresiones artísticas"debí escribir..

Alfredo dijo...

Hay una cosa de los seres humanos que no conseguiré entender nunca. Y es el empeño que ponemos en que los demás vivan sus vidas como nosotros queremos que las vivan y no respetando que las quieran vivir de otra forma. Es decir, que se sigan manteniendo esquemas llamémosles tradicionales para entendernos.

Lo único importante es qué llevan las personas dentro de sí mismas, y no la religión que practican o que no practican, su color, su orientación sexual o a qué partido vota.

En esta película se habla de dos personas que quieren compartir sus vidas, y me encanta cuando la hermana del protagonista le pregunta a la profesora si sabe cuánto tiempo va a querer a su hermano, y ésta le dice que no lo sabe. Puede ser para toda la vida, o no, porque eso es algo que nunca se puede saber con certeza y esa sinceridad me parece estupenda.

Por otro lado, encantado de estimular tu curiosidad musical.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Respeto, belleza inusual. Me duele ese concepto, porque no sé hasta que punto, se puede llegar a encontrar con objetividad el respeto en esta sociedad.

Anabel dijo...

Me encantó esa película,necesaria en los tiempos que corren.Humana.Nos estamos olvidando poco a poco de ese concepto. Un saludo

Alfredo dijo...

SO: Estas cosas creo que ya son algo totalmente individual, sólo cambiando individuos cambiaremos el conjunto y lo mejor es empezar por uno mismo. Intentar ser un poco menos capullo cada día, me parece a mí un sano ejercicio. Y esta frase sólo me la aplico a mí mismo.

Un abrazo respetuoso!!

********

ANABEL: Es cierto que deja una idea flotando en el ambiente algo que parece que se está perdiendo, o tal vez es que nunca existió, como es respetar a nuestros iguales.

Beso.

Fuga dijo...

Tomo buena nota, seguro que me gusta.
Quizá algún día consiga ponerme al día en libros y cine.

Al hilo de la peli, te dejo solo un besín ;-)

Alfredo dijo...

Dicen que lo dijo Confucio: el camino más largo empieza con el paso más pequeño. Así que despacín y buena letra y ya irán cayendo.

Besinos na frente!!