martes, 9 de diciembre de 2008

La jungla de asfalto (The asphalt jungle, John Huston, 1950)


La película que inaugura el subgénero de películas de atracos perfectos, que luego tanto éxito va a tener, es una de las obras maestras del cine salida de las manos de un director que para ese entonces ya había rodado joyas como El halcón maltés o Cayo Largo. Aquí, Huston se sumerge en las profundidades abisales de la gran ciudad, esas zonas en las que conviven toda clase de personas de pasado oscuro, presente incierto y que carecen absolutamente de futuro.

Película coral en la que todos los personajes tienen idéntica importancia, y cada uno de ellos magistralmente dibujado y con sus propias motivaciones para embarcarse en la aventura de perpetrar un atraco que pondrá fin a toda su mala suerte vital y les permitirá irse a sus particulares paraísos, ya sean la vuelta a los territorios de su infancia, o cruzar la frontera para disfrutar de las alegres mujeres mejicanas.


Huston dibuja los distintos perfiles de tal manera que el espectador comprende las razones por las que toman la decisión de seguir a Doc Erwin Riedenschneider (Sam Jaffe), un veterano ladrón recién salido de la cárcel, son perdedores que buscan cambiar su suerte con un golpe de fortuna. Pero si esos personajes terminan por despertar la simpatía del espectador, hay otros dos con los que sucede todo lo contrario, y son Jack (Tim Ryan), el policía corrupto y el abogado Alonzo Emmerich (Louis Calhern), arruinado por su afición a las amantes jóvenes (en este caso interpretada por Marilyn Monroe) y por la falta de pago por parte de sus acreedores. Personajes que deberían de representar la ley y el orden, pero que, sin embargo, forman parte de los bajos fondos con un cinismo y una violencia desagradables.

Una historia intensa, profundamente realista, adaptación de una novela de W. R. Burnett, que nos conduce por los páramos desolados de una ciudad que oculta debajo de su piel una jungla que se rige por otras reglas diferentes, y en la que reina un pesimismo igual de desolador que hace imposible que todos esos personajes tengan el final feliz con el que sueñan, y que se ve truncado por elementos casi banales pero que sumados terminarán por convertirse en fundamentales.

Son personajes que buscan desesperadamente encontrarse consigo mismos, obligados a construir una identidad a base de retazos, de recuerdos de años mejores, que no terminan de encontrar su lugar en una libertad que no es tal, convertidos en auténticas marionetas del destino a los que la redención les está absolutamente vetada.

6 comentarios:

Gonzalo Vicente dijo...

Hola.
La corrupción nace de las altas esferas y el trabajo sucio está destinado al lumpen.
Para los amantes de lo "noir", novela y película de lectura y visión obligatorias.
Un saludo.

(Diego Loayza) Oneiros dijo...

Te que volverla a ver: la Marilyn en sus inicios, John Huston, Film Noir a tope. Te aconsejo un artículo en Denmen Celuloide sobre el cine negro.

Laura dijo...

Es una película de fondo de archivo filmografico (como el fondo de armario) y que nadie debe perderse de ver y disfrutar porque con unos cuantos escenarios, un juego de luces y soberbios dialogos disfrutas del mejor cine sin mucho presupuesto.

Te mandamos besos navideños.

Alfredo dijo...

HARRY: Uno acaba sintiendo simpatía por los auténticos ladrones, que son más honestos en sus intenciones que los que se esconden detrás, y es cierto que para cualquier aficionado a la novela negra es una visión obligatoria.

Un saludo!!

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DIEGO: Gracias por la recomendación. Le echaré un vistazo. La visión de una Marylin en todo su esplendor y a punto de dar el salto, es estupenda, de lo mejor de la película, a pesar de que no sale mucho.

Un abrazo!!

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BONSAUMUSIC: Demostración de que el buen cine no necesita grandes aspavientos para gustar. Buen guión, buenos actores, y un excelente director, y ya tenemos la fórmula mágica.

Besos chicas!!

Fuga dijo...

El B&N tiene un gran atractivo, ocurre lo mismo en fotografía es como si nos obligara a imaginar los colores que faltan.Personalmente prefiero el color, lo veo más real, nuestros ojos nos muestran la vida en colores, unos días más luminosos que otros ( aunque hay días aquí grisessss, brrrrr )

No imaginas la cantidad de pelis y libros que tengo pendientes, no hay manera de organizarme :-(

Gracias por tus explicaciones.

Un abrazo a todo color ;-)

Alfredo dijo...

FUGA: En blanco y negro todo tiene una atmósfera especial, y en el caso de las actrices y actores, salen mucho mejor en blanco y negro que en color. Todo queda rodeado de una atmósfera muy especial.

También yo tengo un montón de libros y pelis esperándome, pero son buena gente y no se impacientan en absoluto.

Besos en tecnicolor!!