viernes, 3 de agosto de 2007

Almas del nueve largo. Historias del Savoy (José Luis Alvite) (I)

Ahora que lo pienso, de los personajes del Savoy en muy contadas ocasiones se me ocurrió precisar su raza. Es una excepción el caso del ex boxeador Sony “Sweet” Sullivan, pero se da la curiosidad de que ni él mismo está seguro del color de su piel porque con las secuelas de su carrera en el ring olvidó por completo su pasado, así que si pusiese guantes, probablemente ni siquiera sabría que pertenece a la misma raza que Sammy Davis Jr. Del resto podemos intuir que son blancos los personajes cuyos apellidos delatan su origen italiano, como ocurre con Ernie Loquasto, Tonino Fiore o Jerry Mangano. Dice el columnista Chester Newman que a la gente la raza no se le suele mirar en la piel de la cara sino en el forro de los bolsillos, de modo que “nada blanquea tanto una mano negra como el jodido color del dinero”. Según el viejo zorro del Clarion, “Si Leonardo Da Vinci pintase ahora ‘La Última Cena’, Cristo saldría sentado a la mesa con los Harlem Globe Trotters”.

El pianista Larry Williams es un negro con la contención de un blanco. Quiero decir que es un tipo sedentario y poco expresivo que sólo se hace notar en las fotos oscuras cuando le convencen para que sonría como si fuese a resucitar. Es conocida la pasión que muchos negros sienten por la extravagancia, lo que explica que se vistan de manera tan llamativa, con el cuello de la camisa montado sobre las solapas del traje y las manos tan adornadas que a veces les ocurre como a Winnie Hardy, al que las joyas le pesan más que la pistola y cada vez que dispara es como si el crimen lo estuviese cometiendo una rondalla. No es así Larry Williams. A Larry es como si lo que le sucede en el corazón no le ocurriese en la cara. Solo por su repertorio se puede intuir su estado de ánimo. De él escribió Chester Newman que “en el rostro del pianista del Savoy la felicidad resulta tan extraña como una buena noticia escrita en la tapia de un cementerio”. No es así en el caso de Winnie Hardy. A Winnie le pierde su estilo distendido y hablador. Es corpulento y decidido pero son pocos los jefes del hampa que confían en él porque Winnie Hardy es uno de esos tipos que incluso parecen incapaces de guardar el secreto de su propia muerte. Cada uno a su estilo, ambos son gente entrañable, Winnie porque podría sonreír con la excusa de un derrame cerebral, y el bueno de Larry, porque es íntimo y personal y porque sé que controla la sed como si temiese que el agua pudiese dañarle para siempre su delicada dentadura de azúcar. “Sweet” Sullivan es un personaje intermedio. Es negro pero da la sensación de ignorarlo. Dicen que los golpes le hicieron olvidar su pasado y su raza, aunque su cara tiene tan poco contraste, que tendría que sudar para verse las facciones en el espejo. ¡Joder!, el bueno de Sony se comporta sin raza, embaucado por el ambiguo sopor del castigo, como si los golpes del boxeo ¡Dios santo!, le hubiesen transformado en un incoloro personaje de la radio.

7 comentarios:

Jesús dijo...

Que tiempos!

Alfredo dijo...

Una recreación directa como un disparo a bocajarro.

Saludos!!

Corazón Coraza dijo...

Ejem!...mmmm.... no conozco a nadie de estos tipetes... ni siquiera me retumban sus nombres!! uno es boxeador??...un músico....jazz?...mm...nada que ver..no?...Mejor no digo más!...la voy a embarrar, seguro! :(
Besotesss!!

Anónimo dijo...

Los colores del dinero fabrican nuevas "razas" que cantan ráfagas de metralleta y disuelven los sueños de antaño.

Te quedó muy bien tu post, compañero!!

Saludos

Alfredo dijo...

Es normal que no te suenen los nombres, Corazón Coraza, porque son personajes que han salido de la imaginación del escritor, lo que no impide que no puedan tener un referente real más o menos lejano.

Me parece que esta semana la voy a dedicar a Alvite.

Saludos y buena semana!

Alfredo dijo...

Hola Mila. Gracias por volver y por un comentario que tiene la misma belleza que una bala del nueve largo saliendo el cañón de una ametralladora Thompson, mientras el sonido de la orquesta del Cotton Club ponen una mortal banda sonora.

Buena semana compañera!

Anónimo dijo...

Hola Alfredo,

Veo que te gusta Alvite, nosotros somos admiradores tambien.

Quizás te interese nuestro blog, he intentado mandarte un mail para que no parezca spam asi que por nosotros borra este comentario.

http://historiasdelsavoy.blogspot.com/2007/01/homenaje-alvite.html

Un saludo del Guaje