martes, 14 de abril de 2015

Wentworth, drama carcelario desde Australia



Esta serie ya va por el país austral por la cuarta temporada (yo solo he visto la primera y a ella limito este artículo), mientras que en Alemania, Austria, Gran Bretaña y Holanda, ya tiene sus propios remakes, siendo a su vez un remake de otra serie también australiana titulada Prisoner, emitida en aquel país entre 1979 y 1986.


La serie está ambientada en una prisión femenina, a la que llega una mujer de clase media, con casa en lo suburbios de la ciudad, víctima de la violencia de su marido y después de perpetrar un intento de asesinato. El golpe de realidad que se lleva Bea cuando entra por las puertas de la prisión, lógicamente, va a ser de grandes dimensiones mientras intenta entender cuáles son las reglas básicas de supervivencia, encontrándose como se encuentra en medio de la lucha entre una convicta por asesinato, Jacs, y una concursante de un reality de cocina, Franky Doyle.


Con el paso de los episodios iremos conociendo a todas las mujeres que forman el microcosmos carcelario, incluidas las funcionarias y las dos alcaides que se suceden en la temporada, junto con algunos personajes masculinos, y las interacciones entre ellos, no sólo dentro de la prisión sino también fuera. Un mundo exterior dominado en buena medida por los hombres, y en el cual las mujeres terminan siendo víctimas y pagando las consecuencias.


Se genera así una sensación extraña que da que pensar. Cómo unas personas afectadas por unas circunstancias determinadas, terminan por reaccionar violentamente y, en consecuencia, pagando su deuda con la sociedad, mientras que otras, igualmente culpables de actos considerados delictivos, no sufren las mismas consecuencias. Los dos mundos únicamente aparecen separados por pequeños detalles, por situaciones que terminan por decidir dramáticamente los destinos de las personas.



Los dramas personales, familiares, afectan a todos por igual, generándose situaciones de tensión que terminan explotando dentro de los muros de la prisión, a veces también fuera, configurando un espacio en el que se mezclan las drogas, el sexo y la violencia, en el cual, todo el mundo desconfía de todo el mundo o, al menos, debería de hacerlo, porque nadie es lo que parece ser.

3 comentarios:

calamanda dijo...

Alfredo, muy bien presentada.
Circunstancias, situaciones, consecuencias...diferentes, corren diferente y ciertamente deciden el destino de las personas.

Un beso.-

Vicente Camarasa dijo...

Te lanzo este premio dardos desde
http://biombohistorico.blogspot.com.es/2015/04/premios-dardos-2015.html
Magnífico blog

Alfredo dijo...

CALAMANDA: A veces situaciones muy pequeñas, decisiones en su momento mínimas, con el tiempo se terminan convirtiendo en determinantes en nuestro recorrido vital.

Un abrazo!

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VICENTE: Pues muchísimas gracias. Inesperado regalo el que me haces y que me sirve para darte también las gracias por visitar este espacio.

Un abrazo!