viernes, 5 de diciembre de 2014

The Shadow Line: Nadie es lo que parece



Miniserie de siete episodios salida de la factoría BBC, construida alrededor del submundo del tráfico de drogas con un primer asesinato que ya nos pone todos los sentidos alerta, y empezamos a sospechar que lo que va a venir después no puede ser nada claro, sino más bien todo lo contrario. Y eso sólo es el principio.


A partir de ahí cada capítulo complica un poco más la historia, la sordidez se va extiendo con la misma tranquilidad con la que Gatehouse, va eliminando con una educada frialdad a los protagonistas involuntarios o no, de una historia oscura, negra, en la cual, sin ellos saberlo, son las mujeres las que va a marcar en buena medida su vida incluso de forma dramática.


Y es que las vidas laborales o delictivas, se van engranando con la vida particular de los personajes principales de los dos lados, aportando un grado más de complejidad el desarrollo de una historia rodada con buenas dosis de estilización, mientras se va abriendo la idea de que sólo la desmemoria, bien adquirida de forma accidental o bien de forma voluntaria, parece ser un salvoconducto para la supervivencia.


Todas las líneas se difuminan en una historia que se va enrevesando, que nos obliga a estar con los sentidos alerta intentando desentrañar el nudo Gordiano, distinto para cada uno de los personajes. Desde un policía recién vuelto al trabajo con una bala en la cabeza que le provoca amnesia, un testaferro del capo de la droga asesinado, un sobrino por lo menos psicópata, un asesino silencioso y de exquisita educación, un periodista, un chapero y mandos policiales de todos los colores, forman un ecosistema de tipos humanos a la altura de la complejidad de la historia.


Una narración compleja en la que no se sabe de qué lado de la línea están sus protagonistas, con idas y venidas que se esconden detrás de la niebla, bien la del olvido bien la creada artificialmente para ocultar otro tipo de acciones, y unas relaciones entre narcotráfico y fuerzas del orden que no están nada claras, sino más bien todo lo contrario.



Si el desarrollo de la serie provoca impacto tras impacto en el espectador, qué decir de ese final tan desolador, tan sin esperanza, tan frío, tan simbólico, con el cierre de un círculo que tiene bastante de maldito para abrir uno nuevo, no voy a indicar de qué tipo para no dar ninguna pista al espectador, al que animo a que se acerque a esta serie y la disfrute.

1 comentario:

Sehpurpur dijo...

...la verdad es que dan ganas de acercarse a esta y otras series que has reseñado... Un poco por pereza y falta de tiempo (curiosa mezcla...) me costaría decidirme por una... Aun hoy sigue siendo la entrañable "Doctor en Alaska" mi serie favorita :D