domingo, 1 de enero de 2012

John Currin: "La estupidez es un buen tema para mi pintura"


Big Hands

¿Y si un desnudo ocultara más de lo que enseña? ¿Qué es lo que lleva a un pintor a representar a una mujer o a un hombre desnudos? ¿Estudio anatómico o fantasía sexual? ¿Puede un desnudo ser moralizante incluso cuando muestra una actitud abiertamente pornográfica? ¿La imposibilidad de hacer realidad una fantasía o ejercicio de desnudo psicológico?

Reconozco que para el caso de John Currin (Boulder, Colorado Estados Unidos, 1962) y después de haber leído varios artículos acerca de su arte, tengo más preguntas que respuestas, más dudas que certezas ante un artista empeñado en pintar diríamos que a la antigua, a la manera de los artistas renacentistas a los que parece parodiar o, al menos, dota a sus figuras de un contenido humorístico muy evidente.

Currin es un pintor que ha recibido ataques furibundos por parte de algunos críticos artísticos y para muestra basta este botón: “Muchas de las chicas pobres que pintaban flores en los platos de porcelana fabricados en el siglo XIX en las fábricas francesas tenían más talento que él (…) Su trabajo es tóxico, arte contaminado”. Eso dejó escrito Jed Pearl en la revista The New Republic, tal y como aparece citado en este artículo publicado en el periódico británico Independent.

Constance Towers (2009)
A pesar de ello, Currin es desde la década de los 90 uno de los pintores que se ha subido al carro del éxito económico, especialmente después de fichar por la galería Gagosian, respaldado con importantes exposiciones y el apoyo de otro sector de la crítica que valora el virtuosismo técnico de este artista y esa forma de combinar lo contemporáneo con las referencias renacentistas.

Desnudos integrales, top less, o retratos en los que los pechos femeninos aparecen bien desarrollados, son constantes en la representaciones de un Currin que en una entrevista firmada por Karen Rosenberg, reconocía que en su infancia acudía al apartamento de su tío estaba lleno de pinturas de “mujeres sexys con sombreros de frutas sobre sus cabezas”, a lo que se unía que sus padres se trajeron de su luna de miel en Italia varias reproducciones de alta calidad de pinturas renacentistas italianas.

Eso con 8 años y con 10, reconoce, en la misma entrevista, que vio por primera vez una obra de El Greco ante la que quedó especialmente impactado en la que se veía “a alguien en éxtasis, con tres mujeres desnudas de alguna forma envueltas en esa experiencia religiosa”. Eso unido a que entre los 10 y los 14 empezó a pintar con Lev Meshberg, un pintor salido de la Unión Soviética y del que aprendió la base técnica de su pintura, le terminarán llevando a conformar algunas de las bases de su arte actual.

Hot Pants
Las figuras de Currin están sacadas de la cultura popular, de la publicidad y de revistas como el Playboy de los años 70 y de revistas pornográficas danesas de esa década, o de la propia televisión como es el caso de una de sus obras más famosas, aquella en la que representó a Bea Arthur, la Dorothy de Las Chicas de Oro, fallecida en 2009, con los pechos al desnudo. Era el año 1991 y ahí fue el comienzo del despegue de su carrera.

Al respecto del impacto que causan sus desnudos, Currin afirma en la entrevista ya citada, que “en cualquier escuela de arte del mundo hay algún tipo haciendo porno. Como táctica de impacto fallida eso es lo que me interesa a mí del asunto”.

Currin convierte a sus figuras, vestidas o desnudas, en enlaces con lo antiguo, casi como si quisiera dar a lo contemporáneo una pátina de antigüedad que sirviera como justificación de un presente en muchas ocasiones falto de referentes y en el que se repiten actitudes del pasado.

Bea Arthur (1991)
Y es que si la sociedad se escandalizó en su momento al ver a la Olimpia de Manet, una mujer de carne y hueso despojada del manto mitológico que hacía justificable el desnudo, ahora todavía hay críticos y espectadores que experimentan sensaciones similares ante los cuerpos nacarados de Currin y ante su rotunda desnudez. Un ejemplo de esa actitud la mostró el crítico del Village Voice, Kim Levin, cuando hizo un llamamiento a boicotear su primera exposición en 1992.

“No se trata de que quiera impactar a la gente ni de mostrar lo abierto de mente que soy, pero por alguna razón la estupidez la encuentro como un buen tema para mi pintura y lo encuentro liberador”, dice en el Independent.

Los Beatles, Led Zeppelin o los Sex Pistols fueron importantes en su formación musical y de la misma manera que reconoce fascinación por las portadas de los discos, afirma que suele pintar al ritmo de Poison o Motley Crüe, bandas generadores de una música contraproducente para alguien que trabaja a un ritmo lento y que puede emplear dos o tres años en tener terminada una de sus obras.

La explicación que da Currin al respecto tiene que ver con que esos grupos “crean una atmósfera totalmente imbécil que me gusta. Entonces pintar es como si la Virgen María estuviera en la habitación”.

The Cripple (1997)

10 comentarios:

PACO HIDALGO dijo...

Pues yo les veo unos retratos estupendos, frescos y directos; da igual que pinte a pobres o gente estuúpida: el cuerpo humano es lo que es.
Aprovecho para felicitarte esta año nuevo bisiesto, Alfredo, que sea creativo, imaginativo y solidario. Un fuerte abrazo.

elojocadaver dijo...

Me encanta John Currin, da igual lo que representa el caso es el cómo y su sello es innegable.
Feliz año nuevo.

Clip dijo...

Me ha gustado mucho tu articulo, todo lo relacionado con los mensajes encriptados de los pintores tiene bastante morbillo.

Un saludo !! Nos leemos.

Alfredo dijo...

PACO: Gracias por tus buenos deseos para 2012, un año que espero que nos deje alguna cosa buena. Salud y suerte.

Un abrazo!!

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OJODELCADAVER: Efectivamente, la forma de pintar de Currin es muy particular y bastante diferente a lo que se estila. Esa combinación de técnica y sátira es única.

Gracias por la visita y el comentario.

Un saludo!!

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CLIP: Gracias por el voto, por la visita y por dejar la puerta abierta a nuevas visitas. Seguimos en contacto.

Saludos!!

Juanjo Rengel dijo...

Por norma general no me gusta nada el desnudo artístico. Me encanta la insinuación, la poca ropa, lo imaginativo... Y un desnudo lo muestra todo. Le resta mucha magia. Pero es tan curioso todo el texto, que así da gusto entrar en un Blog y leer algo más que "hoy llevo falda de MANGO"

Alfredo dijo...

Me alegro mucho de que cada vez que te pasas por aquí te encuentras con algo que te resulta de interés. Espero que las cosas sigan así :)

Un abrazo!!

Neftis * dijo...

Conversaba el otro día con una amiga, me dijo que aprovechara Tumblr para culturizarme sobre arte, le dije que para mí, ese espacio lo tiene Blogger. Y me alegra saber que tú me diste la razón. He revisado poco tu blog pero me interesa mucho, me leí dos entradas que me dejaron fascinada.
Te ganaste otra seguidora :)
Sigue adelante con este interesante proyecto!
No sé si lo tienes por ahi escrito, pero ¿ cuál es tu nacionalidad ?
Un abrazo.

Alfredo dijo...

NEFTIS: Bienvenida y espero que esta no haya sido tu última visita a este espacio, y me alegro de que en la primera encontraras algo que te haya parecido interesante de leer.

Escribo desde España.

Un abrazo!!

calamanda dijo...

¿Qué es el desnudo?..."Una forma de arte".
(Sir Kenneth Clark)

Sí, Alfredo, decirte que me gusta.
El perfil que nos muestras de Currin en el artículo refleja muy bien a este artista, es estupendo, me ha encantado.

Saludos,
un abrazo!

Alfredo dijo...

Totalmente de acuerdo con esa frase de Kenneth Clark, me parece muy acertada y muy apropiada para definir la obra de este pintor.

Buena semana!!!