miércoles, 15 de julio de 2009

Paul Thek (Nueva York, 1933 – 1988)


“En aquellos años me sentí enjaulado, como un miembro inútil de la sociedad que se limitaba a producir objetos cada vez más extraños. Yo quería restituirle al arte la crudeza de la carne”

Figura clave para entender la evolución de la poética de las instalaciones, la obra de este artista se puede visitar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hasta el próximo 20 de abril. Paul Thek es un artista que introduce cambios sustanciales en el formato de la obra de arte una vez que, en los años 60, empieza a estudiar y conocer la forma que tenían los medievales de construir sus catedrales o los antiguos egipcios sus pirámides.

Pirámides y catedrales. Dos tipos de construcciones que albergan un fuerte contenido simbólico, místico y religioso, aspectos que luego van a ser determinantes en la obra del neoyorquino, en la que no elude la relación entre lo religioso y lo profano, lo efímero, lo natural, lo que dio origen a sus Technological Reliquaries, planteadas como una protesta contra la guerra de Vietnam y contra la deshumanización del Minimal.


Un artista nacido en una familia de convicciones católicas algo que entrará en diálogo dificultoso con su condición de homosexual, aspecto que aparecerá, como no podía se de otra forma, reflejado en una obra que también tiene mucho de desarraigo y de búsqueda de una identidad de bordes difusos.

Por lo regular su lugar de residencia era la ciudad de los rascacielos, pero al mismo tiempo pasaba largas temporadas en Europa, en ciudades como Amsterdam, Roma, París, lo que acentúa en carácter cosmopolita de sus obras. Precisamente después de volver a su ciudad natal tras una de esas estancias en nuestro continente, empezará a trabajar en la serie que citaba más arriba, y que consiste en unas urnas de plexiglás en las que introduce trozos de carne, elaborados en cera, y de un poderoso realismo, que se fueron convirtiendo en extremidades.

Y es que en la obra de Thek conviven la muerte y el sufrimiento, pero, al mismo tiempo, dotada de una intensa poesía, de un humor que puede ser muy corrosivo, de una ironía que, cuando menos, sume en el desconcierto. En un artículo aparecido en prensa firmado por Marie-Claire Uberquoi, se dice: “La representación de la identidad humana, la muerte, la sexualidad y el conflicto entre el hombre y el progreso tecnológico son los temas principales que afloran en sus obras, dominadas por la ironía y el sarcasmo. Su trabajo que fue evolucionando de la pintura a la instalación y a la work in progress convirtió a Paul Thek en uno de los artistas pioneros de las nuevas actitudes frente al arte, con una postura cercana al grupo Fluxus.”

Durante su estancia en Amsterdam en el año 1969, Thek trabaja de forma conjunta con un grupo de amigos, con los que forma The Artist’s Co-op (La Cooperativa del Artista), con la que creará, un par de años más tarde, la obra Pyramid / A work in progress, que fue la primera instalación en la que todo el espacio en el que trabaja se ve afectado por la intervención del artista, y en la que aparecen algunos elementos fundamentales del corpus creativo de Thek, como es el paso del tiempo, simbolizado por unos periódicos; la metamorfosis y la muerte, de la mano de las alas de mariposa y la pirámide); y la resurrección, con la aparición de los bulbos, las plantas, los huevos.

A pesar de sus poderosas incursiones en otras técnicas, Thek nunca abandonará del todo la pintura, a través de la cual se cuestiona y también critica, las convenciones artísticas de un arte absorbido por la corriente institucionalizadota.

9 comentarios:

balamgo dijo...

Interesante post¡
Muy bien trabajado.
Un abrazo.

Alfredo dijo...

Gracias, intenté esmerarme para transmitir la importancia de la obra de este artista.

Saludos!!

MBI dijo...

Y...
Lo has conseguido!

Alfredo dijo...

Salgo al centro del escenario, hago una reverencia agradecida mientras recojo el aplauso con gratitud infinita y, en silencio, hago un discreto mutis por el foro, y dejo solo al artista para se admire su obra.

Gracias.

Besos!!

Anónimo dijo...

Alfredo, con que decoro te expresas!.. Jhajjaj.. Me gusta. La palabra tiene mucho poder, y que mejor que utilizarla para embellecer?

El post está interesante aunque por momentos, me gusta lo que hace y no.

Un abrazo!!!

CASANDRA dijo...

"identidad de bordes difusos"
ironía, sarcasmo...
y mucho más logran que su obra sea de alto impacto.
metamorfosis, paso del tiempo, mariposas, alas, huevos, períodicos, resumen de la vida que nos toca vivir y de la que algunos como este artista, no huye, sino que la enfrenta, hace catarsis y nos provoca.

un abrazo y como siempre gracias por descubrirnos nuevas propuestas.

Alfredo dijo...

SONIA: Uno en su modestia hace lo que puede, y coincido contigo en el poder de la palabra y de la expresión.

Besos!!

*********

CASANDRA: Me parece a mí que toda identidad es difusa o, dicho de otro modo, tiene claros y oscuros, y mientras el artista explora la suya nos ayuda a explorar la nuestra propia.

Abrazos!!

MBI dijo...

Una mujer en apuros visitarla.

http://soyunamujermuyfuerte.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Hola Alfredo,Solicitando permiso para publicar esta entrada en nuestra emag www.elojodeadrian.com
Porfavor responder a
elojodeadrian@yahoo.es
Saludos cordiales
Mayra Barraza