La vida es, efectivamente, una casual combinación de encuentros inesperados y de las propias decisiones que tú tomas. La vida es eso: el cruce de lo inesperado y de las propias decisiones.
Una ciudad está llena de extraños, de extranjeros en el sentido de desconocidos, algunos de los cuales pueden convertirse en tus amigos. Pero gran parte de tu vida transcurre entre extraños.
El ser humano es por naturaleza un ser racional que hoy vive en un mundo muy irracional. Vivimos en un mundo en el que la racionalidad y la inteligencia no dominan. Vivimos en un mundo en el que la injusticia es una de las dimensiones dominantes.
7 comentarios:
sabés alfredo
siempre me ha llamdo la atención el desconocimiento real que poseemos de los lugares que conocemos,
por ej nos deslizamos por una ciudad y sólo tenemos acceso a una pequeñisima parte de ella
un abrazo!
Sentimos añoranza por paisajes desconocidos, los que conocemos a veces resultan el precipício ignoto y abrumador de la nada o del todo, pasmados estamos.
Somos tan minísculos y bellos.
SONOIO: Lo que dices es cierto, pero es que me parece a mí que es imposible conocer todas las caras de una realidad y al final lo que tenemos son más impresiones que certezas.
Saludos!!
********
NATALIA: Las calles según las recorras, por ejemplo, de día o de noche, a pie o en coche, solo o acompañado. Vamos haciendo equilibrios por los bordes cambiantes de la realidad.
Un abrazo!!
Hola, un texto muy corto, pero que daría para escribir muchísimo,pero
yo sobre todo destacaría la importancia de ser capaz de tomar una decisión.
Me recuerdas que algún día tendré
que leer "La quinta mujer"...siempre me han gustado las
de espionaje.
Un beso.
Totalmente de acuerdo contigo en la riqueza que se esconde detrás de estas frases que he sacado de una entrevista. No siempre es fácil tomar decisiones, pero no hay otro remedio que hacerlo, aunque no tomar una decisión también es tomar una decisión.
Abrazos!!
Alfredo, he leído casi todo lo de Mankell, el comisario K. Balander, y las otras obras no policíacas, por ejemplo la estremecedora: "Viaje al fin del mundo"...
Me hielo en sus paisajes y en la amargura de sus gentes, a veces sumamente tiernas, desesperadas, frustradas, solitarias, pero dispuestas a hacer, con algo de voluntad, al extranjero amigo, a veces sucede al revés.
Más abrazos, !salve!
De Mankell sólo he leído El hombre sonriente y tengo que reconocer que no me enganchó. Es cierto que con muy poco podemos hacer mucho.
Buen finde!!
Publicar un comentario