lunes, 13 de octubre de 2008

Robert Delaunay (París, 1885 – Montpellier, 1947)


“El contraste simultáneo asegura el dinamismo de los colores y su construcción en el cuadro; es el medio más poderoso para expresar la realidad” 

Pintor francés que pasó por muchos de los movimientos de la vanguardia europea de inicios del siglo XX, para llegar a ser uno de los precursores de la abstracción, trabajando de forma muy imbricada con su mujer, la rusa Sonia Terk Delaunay, hasta el punto de que, en muchas ocasiones, es difícil saber si estamos ante la obra de uno o de otro. 

Sus inicios tuvieron que ver con el impresionismo a la manera de Seurat, pintor que junto con Signac fueron los máximos representantes del puntillismo, una variante del impresionismo caracterizada por el uso de puntos de color que se funden en la retina del espectador para conseguir la impresión cromática de las obras, siguiendo las nuevas teorías de Chevreul sobre el contraste simultáneo de los colores. Delaunay tendría luego una breve etapa fauvista, hasta llegar a un momento de intenso colorido con fundamento en el cubismo analítico.


La obra de madurez de este artista, se definen por el fuerte colorismo con el dota a sus cuadros, en los que explora nuevos conceptos estéticos, algunos de ellos derivados de su interés por la leyes constructivas que se utilizaron en la construcción de la arquitectura del Gótico. Algo que se observará en uno de sus temas más visitados como es la Torre Eiffel, a la que pintó desde multitud de puntos de vista. Fue en el año 1909 cuando Delaunay empieza a pintar la torre, dotándola de un gran dinamismo al superponer en la superficie plana del lienzo distintas vistas de un elemento que impone su actitud hierática sobre el horizonte de la ciudad. Delaunay capta perfectamente el espíritu dinámico que representa una torre ejemplo de las técnicas ingenieriles más punteras del momento.

Con esta serie, el artista empieza a devolver el protagonismo al color, algo que había negado el cubismo analítico, en cuadros que se convertirán en auténticos estallidos de color, elemento que utiliza para componer sus obras alejándose de los presupuestos analíticos mucho más racionales.


Delaunay da protagonismo principal al color, materia sobre la que investigó mucho, hasta alcanzar una luminosidad que antes no se había visto en el mundo del arte. Logró plasmar el dinamismo con la simple superposición de colores complementarios: rojo-verde, azul-naranja- amarillo-violeta. Así fue articulando un estilo que el poeta Apollinaire acabará definiendo como Orfismo, aunque Delaunay prefería llamarlo Simultaneísmo.

Independientemente del nombre que se le de, lo que queda claro es que se trata de un estilo optimismo, brillante, plagado de elementos que reflejan el progreso de la técnica (torres, aeroplanos, globos aerostáticos…) y todo lleno de luz. Destacables son sus Cuadros de ventanas, en los que utiliza una paleta luminosa y de una gran riqueza, y que le acabarán llevando hasta la abstracción con sus Formas circulares, en las que el color es el único tema. Las ventanas de Delaunay introducen en el cuadro todo el dinamismo de la vida de la capital francesa, y que sólo con la mirada se puede apreciar en toda su intensidad. Sus Formas circulares emparentan con los postulados futuristas, por lo que tienen de representación del dinamismo del movimiento.


Después volvería a la senda figurativa, para, en sus últimos años de vida, y parece que por influencia de su esposa, la geometría volverá a enseñorearse de sus cuadros, en unas obras más ornamentales.

“Un cuadro elaborado de acuerdo con las leyes de esta organización es un microcosmos a los ritmos el macrocosmos”.

6 comentarios:

Laura dijo...

Me gusta que volviera a las formas geometricas por influencia de su esposa. No pintaba un cuadro pero mandaba sobre la inspiración del gran artista. Las mujeres...como somos las mujeres jajaja.

Te mandamos besos de otoño.

Alfredo dijo...

Las mujeres sois el motor del Universo. La mujer de Delaunay, a la que dediqué un artículo, también fue una gran artista aunque se centró más en el mundo de diseño de telas. Formaron una gran pareja de artistas.

Besos chicas!!

Fuga dijo...

Por fin !!!!!!!

Me gusta !!!!!!

Salvando las distancias me he sentido identificada , yo también vuelvo una y otra vez a mis "sitios mágicos" y disparo desde todos los ángulos posibles, claro que nada que ver... :-(

Me recuerda a Kandinsky ( a quien tuve el inmenso placer de contemplar en el Guggenheim ) :"En pintura una mancha redonda puede ser más significativa que una figura humana".

Saludiños ;-)

Alfredo dijo...

Una vez un escritor me dijo que más importante que tener un lugar al que ir era tener un lugar al que volver, y me parece que eso es una gran verdad.

Besinos!!

Estel Julià dijo...

Alfredo cómo me gusta Delaunay y tantos otros modernistas franceses de la época.

Cuatro años después del nacimiento de Delaunay, nació Clovis Trouille en Amiens, pintor que he descubierto el gran desconocido, un pintor que sin duda, es único en su género el erotismo.

Te lo recomiendo si no lo conoces todavía, te envío un enlace a la asociación Clovis Trouille, no tiene desperdicio y puedes observar todas sus obras, por si a alguien le interesa:

http://www.clovistrouille.net/index.php

Decirte que me parece increíble que en estos días hayamos tenido esta sintonía en cuanto a la pintura, me parece un hecho un tanto peculiar ya que esto mismo nos ha sucedido también en otras ocasiones con la música.

Será que todo se anda conectando de alguna manera.


Un abrazo,


Estel J.

Alfredo dijo...

Muchas gracias por la información sobre Trouille, un pintor desconocido para mí, pero sobre el que me voy a informar y seguro que terminará apareciendo por aquí.

Coincido contigo en lo curioso de las coincidencias temporales, primero con la música y ahora con la pintura. Será que a los que nos interesa el arte en sentido amplio compartimos una especie de red neuronal invisible, que envía impulsos eléctricos de unos a otros.

En todo caso, bienvenidas este tipo de coincidencias.

Gracias otra vez. Un beso!!