Devil Kong (2008) |
Todos nosotros vivimos en un caos más o menos ordenado de objetos que forman parte de nuestra cotidianeidad,
objetos a los que apenas si prestamos más atención de la necesaria para
utilizarlos cuando los necesitamos o para echarlos de menos cuando los hemos
perdido y notamos, por lo que sea, su ausencia. Objetos que nos hacen la vida
algo más sencilla, que nos ayudan, nos divierten y que son capaces de convivir
en los estantes de la cocina, por ejemplo, formando una sinfonía de colores,
tamaños unas veces más armónicas que otras.
Objetos con los que establecemos
relaciones extrañas, de afecto, capaces de producirnos asociaciones de ideas
absolutamente personales e intransferibles, de hacernos rememorar momentos y
sensaciones placenteras o no. Objetos fruto de nuestro consumismo, testigos de
una cultura del tener, de una cultura, en ocasiones, de la sensación de
necesitar tener sin pararnos a reflexionar acerca de si realmente lo
necesitamos o no.
De ahí que cuando nos encontramos
con artistas como Haim Steinbach (Rehovot, Israel, 1944), de padres judíos
huidos de la Alemania nazi y luego instalados en Estados Unidos en los años 50,
sentimos una extraña desazón. Encontrarnos cara a cara con objetos totalmente
reconocibles, con juguetes que podrían ser los de nuestros hijos, lámparas que
pueden estar en nuestros salones, en fin, objetos definitorios de nuestro día a
día, no podemos evitar una cierta sensación de inquietud.
A Defining Moment 1 (2008) |
Esos objetos han cambiado los
armarios de la cocina por unas estanterías colocadas en las paredes de una sala
de exposiciones, cambiando así radicalmente su contexto y, por tanto, la
percepción que tenemos de ellos, se han convertido en símbolos, nos están
mirando desde la altura y nos señalan con el dedo, nos hablan a las claras de
nuestra sociedad de consumo muchas veces irracional.
A Military Theme (2008) |
Llegados a estas alturas del
artículo cabe empezar a pensar que la base del trabajo de Steinbach tiene que
ver con el concepto de ready-made de Duchamp, del objeto construido convertido
en obra de arte por el simple hecho de que el artista estampa en él su firma.
Sin embargo, Steinbach tiene en cuenta algo más, valora el contenido estético
de los objetos que utiliza (comprados en tiendas o mercadillos o prestados por
amigos o encontrados en las calles), potencia ese contenido y propone un
acercamiento estético a esos objetos.
Untitled (Strainer, soap dispenser) (2009) |
Piezas muchas veces combinadas
por parejas de elementos capaces de establecer contrastes sugerentes, capaces
de generar asociaciones insólitas y un cierto sentido de orden en el caos
aparente que supone esa asociación. Un acercamiento nada sencillo de hacer y en
cuyo camino fácilmente podemos perdernos acostumbrados como estamos a buscar
explicaciones rápidas a las cosas sin dejarles tiempo a calar, a dejar su
mensaje, su huella.
Untitled (Hulk) (2009) |
Objetos de consumo que tal vez no
sean más que autorretratos de la sociedad en la que vivimos y, por lo tanto,
autorretratos de todos y cada uno de nosotros, y pienso siempre en eso que
llamamos sociedad occidental o desarrollada. Y es que los objetos que poseemos
hacen un retrato infalible de nuestros gustos, hábitos o deseos, hablan más de
nosotros que nosotros mismos.
Tonkong Rubbermaid II-1 (2007) |