martes, 29 de noviembre de 2011

Haim Steinbach: el artista y el objeto


Devil Kong (2008)
Todos nosotros vivimos en un caos más o menos ordenado de objetos que forman parte de nuestra cotidianeidad, objetos a los que apenas si prestamos más atención de la necesaria para utilizarlos cuando los necesitamos o para echarlos de menos cuando los hemos perdido y notamos, por lo que sea, su ausencia. Objetos que nos hacen la vida algo más sencilla, que nos ayudan, nos divierten y que son capaces de convivir en los estantes de la cocina, por ejemplo, formando una sinfonía de colores, tamaños unas veces más armónicas que otras.

Objetos con los que establecemos relaciones extrañas, de afecto, capaces de producirnos asociaciones de ideas absolutamente personales e intransferibles, de hacernos rememorar momentos y sensaciones placenteras o no. Objetos fruto de nuestro consumismo, testigos de una cultura del tener, de una cultura, en ocasiones, de la sensación de necesitar tener sin pararnos a reflexionar acerca de si realmente lo necesitamos o no.

De ahí que cuando nos encontramos con artistas como Haim Steinbach (Rehovot, Israel, 1944), de padres judíos huidos de la Alemania nazi y luego instalados en Estados Unidos en los años 50, sentimos una extraña desazón. Encontrarnos cara a cara con objetos totalmente reconocibles, con juguetes que podrían ser los de nuestros hijos, lámparas que pueden estar en nuestros salones, en fin, objetos definitorios de nuestro día a día, no podemos evitar una cierta sensación de inquietud.

A Defining Moment 1 (2008)
Esos objetos han cambiado los armarios de la cocina por unas estanterías colocadas en las paredes de una sala de exposiciones, cambiando así radicalmente su contexto y, por tanto, la percepción que tenemos de ellos, se han convertido en símbolos, nos están mirando desde la altura y nos señalan con el dedo, nos hablan a las claras de nuestra sociedad de consumo muchas veces irracional.

A Military Theme (2008)
Llegados a estas alturas del artículo cabe empezar a pensar que la base del trabajo de Steinbach tiene que ver con el concepto de ready-made de Duchamp, del objeto construido convertido en obra de arte por el simple hecho de que el artista estampa en él su firma. Sin embargo, Steinbach tiene en cuenta algo más, valora el contenido estético de los objetos que utiliza (comprados en tiendas o mercadillos o prestados por amigos o encontrados en las calles), potencia ese contenido y propone un acercamiento estético a esos objetos.

Untitled (Strainer, soap dispenser) (2009)
Piezas muchas veces combinadas por parejas de elementos capaces de establecer contrastes sugerentes, capaces de generar asociaciones insólitas y un cierto sentido de orden en el caos aparente que supone esa asociación. Un acercamiento nada sencillo de hacer y en cuyo camino fácilmente podemos perdernos acostumbrados como estamos a buscar explicaciones rápidas a las cosas sin dejarles tiempo a calar, a dejar su mensaje, su huella.

Untitled (Hulk) (2009)
Objetos de consumo que tal vez no sean más que autorretratos de la sociedad en la que vivimos y, por lo tanto, autorretratos de todos y cada uno de nosotros, y pienso siempre en eso que llamamos sociedad occidental o desarrollada. Y es que los objetos que poseemos hacen un retrato infalible de nuestros gustos, hábitos o deseos, hablan más de nosotros que nosotros mismos.

Tonkong Rubbermaid II-1 (2007)

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