miércoles, 5 de marzo de 2014

William Forsythe: Arquitectura, matemáticas, filosofía y danza


Estamos ante uno de los coreógrafos más estimulantes de las últimas décadas, desde su trabajo con el ballet del Frankfurt entre 1983 y 2004, y con la puesta en marcha de su propia compañía, radicada entre Frankfurt y Dresde, contando con la colaboración de su propia mujer y bailarina, Dana Caspersen, y el compositor holandés, Thom Willems.


Para entender algo de la complejidad del trabajo de William Forsythe (Nueva York, 1949), voy a tomar prestadas las palabras de Sanjoy Roy publicadas en el periódico británico The Guardian: “Forsythe es americano. Su estilo de danza le llega desde Rusia vía Nueva York [alude a los estudios que hizo en la ciudad norteamericana con George Balanchine]. Vive y trabaja en Alemania (donde recibe la influencia de Pina Bausch). Sus teorías sobre el movimiento derivan el húngaro, Rudolf Laban. Sus teorías conceptuales provienen del postestructuralismo francés.” Casi nada.


De ahí que las etiquetas para definir su trabajo oscilen entre la “deconstrucción del postmodernismo” y el “postclasicismo”, mientras que los que van más lejos han llegado a calificar a Forsythe como el “Anticristo del ballet”, en una clara pasada de frenada verbal tal vez debida a una profunda desorientación.


Y es que no es fácil para los amantes del ballet enfrentarse a un trabajo de Forsythe, donde, partiendo de una base de ballet clásico genera algo totalmente nuevo, más próximo a la danza contemporánea o al teatro más vanguardista que al ballet, en un proceso de deconstrucción previa para sumar una visión muy particular del movimiento del cuerpo humano que tiene que ver con una mirada arquitectónica o geométrica. De hecho el propio coreógrafo ha reconocido que gracias a sus trabajos llega a una mayor comprensión de conceptos matemáticos y filosóficos.


La danza como cualquier otro lenguaje, tiene unas normas para su correcta expresión pero, al mismo tiempo, la suma de elementos que de entrada podríamos considerar como incorrectos aumenta la riqueza del lenguaje, aporta nuevos matices, nuevas lecturas. Si a todo eso sumamos el interés de Forsythe por el uso de elementos arquitectónicos, los juegos de luces que le permiten experimentar con las dimensiones que percibe el espectador, la inclusión del propio sonido producido por los bailarines debidamente modificado y añadido a la partitura musical, tenemos más elementos pensados para romper las bases tradicionales del ballet.



Más información: Sineris, Wikipedia, Danza, New York Times [en].

2 comentarios:

  1. Evidentemente debemos descontracturar nuestras cabezas y esquemas mentales, para entrar en una dimensión tan interesante como disparadora de nuevas ideas. No rehuyo el desafío, aunque más no sea por un poco de lo mucho que este creador nos propone.
    La estética de tu blog está espectacular

    besotes

    ResponderEliminar
  2. Así me gusta, una mujer valiente y sin prejuicios :) Me alegro de que guste el nuevo look. Hacía tiempo que lo quería cambiar pero por una cosa o por otra lo iba dejando.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar