Allá
por los años 50, una crítica musical estadounidense escribía con un punto de
ironía que Marian McPartland era una “mujer, blanca pianista; lo tiene todo en
contra”. Leída esa frase con la perspectiva del tiempo, la ironía no pudo ser
mayor, porque nos encontramos ante una de las figuras más reconocidas de la
escena jazzística de todos los tiempos, capaz de enfrentarse a todos los
estilos con un virtuosismo extraordinario.
No en
vano con tres años se sentó delante de un piano y podríamos decir, exagerando
claro está, que no se volvió a levantar de ahí. Nacida en un suburbio sin
historia de Londres en 1918, con esa temprana edad empezó a estudiar música
clásica y violín, además del piano. Su familia se dio cuenta del precoz talento
de Margaret Marian, y la matricularon en una de las mejores escuelas musicales
del Londres de aquellos años.
Con
gran disgusto de sus progenitores, Marian McPartland se inclinó más por los
grandes clásicos del jazz que por otros clásicos, para empezar un camino que ya
nunca más dejó. Ahí están sus primeras influencias de personajes como Duke
Ellington, Teddy Wilson o Mary Lou Williams, entre otros.
En 1938
se enroló con un grupo de vodevil y la Segunda Guerra Mundial le dio la oportunidad
de tocar para las tropas aliadas en su camino hacia Berlín y el final de la
guerra. En uno de esos conciertos, en Bélgica, conocería al trompetista Jimmy
McPartland con el que formó primero pareja artística y luego también
sentimental.
La boda
tuvo lugar en una base americana en Europa en 1945, y ellos fueron los
encargados de tocar para sus invitados en ese día especial. Viaje a los Estados
Unidos para afincarse allí definitivamente para dar rienda suelta a su talento
no sólo para la música sino también para la pedagogía, el descubrimiento de
nuevos talentos y la crítica musical.
Especialmente
reconocido fue el programa que durante décadas mantuvo en la radio pública
norteamericana, por el que pasaron músicos de todos los pelajes y con los que
terminaba organizando duetos que han pasado a la historia. Con su actitud
rompió el tópico del músico maldito, en una carrera que no estuvo exenta de
momentos difíciles como el que vivió a finales de los 50 y primeros 60, durante
una gira con la banda de Benny Goodman, quien la despreció tanto que Marian
terminó requiriendo tratamiento psicológico.
Recuperada,
siguió adelante componiendo, tocando y lanzando su propio sello musical,
Halcyon Records en 1969. Por esos años ya era reconocida como una intérprete de
una sensibilidad especial, capaz de sacar del piano unos sonidos suaves, a
veces casi tímidos, pero también cargados de energía, de vida, de optimismo,
sin que se le resistiera ninguna de sus variantes gracias a su virtuosismo,
acompañado por un gran oído y por un caudal de conocimientos fantástico.
Cuando
murió el pasado mes de agosto, dicen sus familiares más cercanos que con una
sonrisa en sus labios, dejó tras de sí un legado musical para disfrute de todas
las generaciones venideras. Gracias Marian.
Más información: El País, The Guardian.
Te aplaudo siempre, ahora por recuperar la peculiaridad, ahora blanca y mujer en un universo, por lógica negro, pero también femenino...esas voces.
ResponderEliminarBesito.
Añado, una vez escuchado el vídeo, que me rindo a su delícadísimo sentido del ritmo, sutil y aterciopelado en la intervención creativa, en respuesta, como besando las teclas o acariciándolas de forma elegante. Garcias, no tenía ni idea de Marian. Lo que vale cada una de tus entradas.
ResponderEliminarReitero besito.
Muy buena pianista, gracias por esta aportacion. No por nada me suscribi a tus entradas culturales e interesantes. Saludos.
ResponderEliminarTu blog alimenta mi disfrute por viejas cosas nuevas... Desde hoy, una admiradora màs de esta blanca pianista. ADORO EL JAZZ!! (y el tango, y el rock y el candombe y..........)
ResponderEliminarbesos
NATALIA: Reconozco que hasta que no vi en un periódico el obituario de esta magnífica pianista, no tenía ni idea de su existencia. Sin duda, a incluir en la lista de imprescindibles.
ResponderEliminarBuena semana!!
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CARLOS: Muchas gracias por seguir este espacio y agradecido porque hayas encontrado algunas cosas de interés.
Un abrazo!
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CASS: Comparto aficiones musicales y es que la música es magia y siempre hay una música para cada momento.
Un beso!