The Roofs of Cambridge, 1917. |
El grueso de la trayectoria
artística de Fairfield Porter (1907-1975) se desarrolló en coincidencia con los
años de esplendor del expresionismo abstracto. Sin embargo, Porter se mantuvo
siempre fiel a su estilo figurativo que definió de forma muy clara la
trayectoria de una figura a la que la crítica norteamericana ha empezado a
recuperar hace unos años reivindicando su papel como una de las figuras
fundamentales de lo que ellos definen como el clasicismo norteamericano.
A Sudden Change of Wind, 1975. |
Uno de esos críticos es HiltonKramer, quien encuentra que la trayectoria artística de Porter viene definida
por tres cuestiones fundamentales. La primera tiene que ver con el viaje que
Porter hizo a Europa a finales de los años 20, después de terminar sus estudios
en Harvard. Un viaje pensado para recorrer Francia en bicicleta, y que terminó
extendiéndose a Berlín y Moscú.
Henry Sitting in Chair, 1958. |
En la capital rusa parece que
tuvo la oportunidad de entrevistarse con León Trotsky, encuentro que resultaría
clave para la evolución política de Porter hacia postulados de izquierda, y
desarrollar una concepción del arte como algo destinado a mejorar la vida de
las personas, al mismo tiempo que buscaba un camino que le permitiera conjugar
el arte y sus intereses políticos y sociales.
Molly and Walter Barelss, 1959. |
Siguiendo con la teoría de
Kramer, nuestro artista pensaba que el arte que se estaba desarrollando en los
años 30, al menos el más directamente vinculado al modernismo, tenía una
esencia excesivamente esteticista, algo que lo alejaba del compromiso social
que Porter estimaba como necesario. “En los años 30 a Porter lo podemos
caracterizar como un radical en lo político y un conservador en lo artístico”,
resume Kramer.
The Bedroom, 1949. |
Como tercer hito explicativo, el
crítico norteamericano se fija en la pronta relación que Porter tuvo con los
grandes maestros europeos. Eso sería durante un segundo viaje por el viejo
continente, en 1931, esta vez para visitar los grandes museos y empezar a
admirar la obra de pintores como Velázquez, por ejemplo. Con Vuillard y Bonnard
entrará en contacto a través de una exposición que tuvo lugar en los Estados
Unidos.
The Harbour. Great Spruce Head, 1974. |
Del primero llegará a decir
Porter que en sus escenas de la vida burguesa “lo que representa parece algo
ordinario, pero lo extraordinario está por todas partes”, y añadió que “es
concreto en el detalle y abstracto en el todo”. Asimismo admiró el uso del
color en un pintor que “organizó los descubrimientos de los impresionistas
sobre el color en un todo coherente”, además de “convertir al impresionismo en
algo sólido y duradero”.
Wild Roses, 1961. |
Con todas esas bases, además de
los estudios de filosofía en Harvard y los de pintura en la Art StudentsLeague, en Nueva York, los temas de su pintura van a ser los paisajes rurales
de la zona en la que su familia solía pasar las vacaciones, retratos de amigos
o familiares, las casas, las flores, aspectos a los que siempre fue fiel y que
le llevó a ser el portador de la antorcha de la figuración en medio de las
huestes del expresionismo abstracto.
Una pintura de factura fácil, sin muchas pretensiones en cuanto al dibujo, pero de fuerte carga social, incluso comprometida, en los años en los que triunfaba la abstracción. Interesante la pintura de Porter. Buena semana, Alfredo.
ResponderEliminarMe gusta su forma de pintar, es sencilla, pero llega con nitidez al que la observa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAlfredo, he suprimido mi comentario anterior, había dejado más reducido el texto viendo que no se publicaba y se ha escapado De Kooning donde no debía estar.
ResponderEliminarF.Porter tiene un estilo muy personal en su obra y sus composiciones me parecen sencillas y diferentes, pero siempre adivino en ellas una afinidad o proximidad con otros artistas.
Saludos.-
PACO: Todo un clásico para los norteamericanos y viendo su obra y los años en los que la hizo, no me extraña en absoluto. Un pintor a contracorriente.
ResponderEliminarUn abrazo!
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BALAMGO: Sí que tiene una apariencia sencilla aunque detrás están muchas enseñanzas extraídas de diversas fuentes sobre todo europeas.
Un saludo!
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CALAMANDA: Un pintor que tuvo que tener una gran personalidad para mantener la fidelidad a su estilo en medio de la ola del expresionismo abstracto. Es cierto que en su obra se pueden ver ecos de muchos artistas diferentes.
Besos!