Saxofonista en
la línea de Charlie Parker y de Lester Young, Sony Stitt (Boston, 1924 –
Washington, 1982), parecía predestinado para ser músico después de nacer en el
seno de una familia en la que todos sus miembros tenían relación con la música,
desde su padre compositor y profesor, su madre pianista, lo mismo que su
hermano y sus hermanas cantantes. Así no es extraño que con siete años empezara
a tocar el clarinete para luego pasarse, de forma definitiva al saxo tenor y
alto, fundamentalmente, y también el barítono.
Estamos ante
uno de los músicos más prolíficos de la historia con más de un centenar de
grabaciones y un repertorio de unas 300 canciones, e infinidad de sesiones,
tantas que de muchas perderá hasta el recuerdo. Eso no impidió que un crítico
musical lo definiera como un “lobo solitario", por su devoción por el jazz y sus
constantes giras.
Un músico que
decía que el jazz era jazz, que no albergaba un sentimiento especial en
relación a otras músicas, porque la parte espiritual siempre está presente,
pero que sí se negaba con tozudez a olvidar que el origen del jazz estaba
vinculado a la esclavitud, y aunque reconocía que había muchos músicos querían
olvidar eso, Stitt siempre fue algo que tuvo presente.
Como muchos
otros músicos tuvo problemas con la heroína y con el alcohol, y tal vez por
ello dejó escrito: “Los músicos no somos unos pervertidos, consumidores de
drogas, o caracteres difíciles, y espero que la gente comprenda que todos somos
humanos, y hay errores que se pueden cometer. Pero cuando un hombre o una mujer
que ha cometido un error, lo soluciona, hay que darle crédito”.
Con su música
quería crear una sensación agradable, amigable, hasta para los gatos, teniendo
claro que cada uno tiene su propia manera de interpretar y vivir la música,
porque “no le puedes decir a nadie cómo tiene que vivir, cómo tiene que tocar,
o qué es lo que tiene que sentir”.
A todo esto
todavía no he dicho en qué estilo musical se enmarca Sony Stitt. Pues bien,
decir que lo suyo, principalmente, era el bop, el hard bop y el soul jazz,
aunque en sus grabaciones nos podemos encontrar con otros estilos, aunque menos
representados que los que he citado. A lo largo de su carrera tocará, en los
años 40, con la orquesta de Tiny Bradshaw, y en 1945, con la de Billy Eckstine,
para luego unirse a figuras como Genne Ammons y Dexter Gordon, o Dizzy
Gillespie, y, en una medida menor, con Miles Davis, entre otros.
Otro genio de colección Qué afortunados somos en que haya gente así, que siente y piensa con una cabeza de la que hay que aprender.
ResponderEliminarVi Whiplash,música y obsesión y morí con esa película.
No conozco mucho de jazz, pero me llega alma como no podia ser de otra manera....
besos amigo Alfredo
es uno de los grandes, y como dices nunca olvidó ni sus origenes ni los de su música, buena entrada
ResponderEliminarCASS: Eso es lo importante de la música o de cualquier otra manifestación artística, que no es necesario tener grandes conocimientos para poder disfrutar de ellas si tenemos grande el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo!!
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JESÚS: Gracias. Esas cosas se notan y mucho en su música.
Un saludo!