Soy consciente de que el titular
que he escogido para este artículo, es de un profundo reduccionismo, que no
abarca la riqueza que se muestra en las fotografías de Lucia Moholy (Praga,
1894 – Zurich, 1989), una mujer a la que muchas veces se ha intentado ocultar
detrás de la figura del que fuera su marido, el también artista László
Moholy-Nagy. Lo que si es cierto y que en cierta medida justifica el titular,
es que durante sus años de vinculación con la Bauhaus, tanto en Weimar como en
Dessau, hará una parte muy importante de su obra.
Nacida en la hoy capital de la
República Checa, cuando era una de las urbes más importantes del Imperio
Austrohúngaro, será estudiante de filosofía y de historia del arte en la universidad
en la década de los años diez del siglo XX, en un momento en el que la
presencia de la mujer en las universidades no estaba muy extendida.
Judía y atea salió de Alemania en
1933 rumbo a Gran Bretaña, haciendo un periplo por Praga, Viena y París, para
luego trabajar en los Estados Unidos, y terminar regresando a Europa para
afincarse en la ciudad suiza de Zurich para seguir con su carrera profesional
dentro de la crítica artística y la colaboración con distintas publicaciones,
un aspecto éste último que fue una constante a lo largo de su vida. Incluso
llegó a publicar literatura expresionista bajo pseudónimo.
En los años veinte entra a formar
parte de la Bauhaus de Walter Gropius, primero en la sede de Weimar y luego en
la de Dessau, y gracias a ella se documentó la construcción de la nueva sede,
los interiores de las viviendas de los profesores, los trabajos que salían de
los distintos talleres, retratos de sus compañeros, de las fiestas, de la vida
cotidiana en la escuela.
Unas fotografías que entran de
lleno dentro de lo que se llamó Nueva Objetividad, con primerísimos planos,
para captar desde la mayor de las proximidades, la expresión de los modelos,
potenciando la autorepresentación por encima de la subjetividad del artista.
Fotografías que en ocasiones repintaba para potenciar los efectos del
claroscuro y en las que experimentará con técnicas y con la introducción de
elementos que contribuyen a la riqueza visual, a los juegos de representación.
Son imágenes en las que busca
ángulos complejos, introduce distorsiones ópticas y una abstracción deliberada,
para acentuar aquellos detalles que consideraba más interesantes. Al mismo
tiempo, fotografía los interiores de la Bauhaus, las viviendas en las que los
muebles están pensados en función de la misión cotidiana que tienen que
cumplir.
En Estados Unidos trabajaría en
distintos proyectos de la UNESCO, para el Próximo y el Medio Oriente, y desde
1959 se afinca en Suiza para centrarse en la crítica artística, la educación
artística y seguir participando en distintas exposiciones.
Un artículo que me ha resultado sumamente interesante.
ResponderEliminarInvestigaré más. La bauhaus es un tema apasionante.
besos y buen comienzo de semana
CASS: Totalmente de acuerdo en la valoración sobre la Bauhaus. Sin ella son muchas las cosas de hoy tanto en el mundo arte, como del diseño, como de la arquitectura, como en tantos otros campos, que no se entenderían.
ResponderEliminarUn beso!
Hola!
ResponderEliminarQué bueno que publiques sobre Lucia Moholy.
Quería decirte que tienes dos fotografías que no son de ella. La primera es un un autorretrato de Ilse Bing y la cuarta es un autorretrato de Claude Cahun.
Creo que es importante corregirlo porque a través de google otras personas arrastran el error.
Gracias!