Save, 2012. |
Nacido en 1961 como Olivier Rizzo
en la capital de Francia, Speedy Graphito fue uno de los pioneros del grafiti
parisino allá por los inicios de la década de los años 80. Una forma de
expresión artística que en su caso, como en el de algunos otros, terminaría por
dar el salto de los muros de la ciudad a los muros de las galerías de arte.
Like, 2012. |
El estilo de este grafitero se
define por el colorismo con el que impregna sus trabajos, un uso del color en el
que hay más que claras referencias pop, pero también tiene algo de
impresionista, en trabajos realizados a la forma del grafiti, es decir, con
plantilla, aerosoles, acrílicos y un sinfín más de técnicas que le sirven para
dar forma a sus obras.
Bambi, 2013. |
Sentido del humor para lanzar una
crítica sobre nuestra sociedad de consumo a través de símbolos que tenemos muy
interiorizados, como es el caso de las marcas que nos rodean y que, como en el
caso de las ya no tan nuevas tecnologías, marcan de una forma determinante
nuestras relaciones personales.
Art de la deco, 2012. |
Personajes de cómic, estética
maya, elementos que remiten al universo creativo de Javier Mariscal, el manga,
los video juegos conviven de una forma inquietantemente lúdica en la sobras de
Speedy Graphito, para lanzar mensajes satíricos y que nos ponen frente a frente
con nuestro entorno social, con las estructuras de un capitalismo que oculta
detrás de los colores brillantes situaciones que tienen muy poco de brillantes.
Instant Replay, 2006. |
Una sociedad de consumo en la que
la propaganda, los mensajes alienantes, las mentiras de la actual situación de
crisis económica dejan en el aire interrogantes de enorme profundidad de cuya
respuesta depende buena parte de nuestro devenir futuro. De la misma manera en
la que en nuestra sociedad casi nada es lo que parece, en la obra de Graphito
todo cobra una nueva dimensión, siempre lúdica y siempre inquietante.
Atomised Spiderman, 2012. |
En un momento en el que estamos
saturados de mensajes por todos lados, los superhéroes de Graphito parecen
explotar, se rompen, mientras un Bart Simpson sentado en una habitación de
barroquismo imposible, sostiene en sus manos un manual de decoración, o la
película se termina con un coche abandonado y un osito maltrecho en medio de un
paisaje de película del oeste.
The end, 2012. |
Y sólo nos queda un simulacro de
realidad, una apariencia de mundo habitable, sólo nos queda el sentido del
humor necesario para encontrar los resquicios, las esquinas en las que todavía
es posible encontrar un golpe de color, un mazazo de ironía, un directo a la
mandíbula de humor negro.
Me ha gustado mucho el recorrido que has puesto de este grafitero.
ResponderEliminarUn reportaje muy interesante, ameno y muy didáctico.
Abrazos.
BALAMGO: Uno de esos artistas que empiezan en los muros de cualquier ciudad y acaban evolucionando hasta convertirse en algo más, en artista con mayúsculas.
ResponderEliminarUn abrazo!