Aitken, South Carolina, 1972. |
Casi como si se tratara de un
Mozart de la fotografía, el talento de Stephen Shore para la fotografía empezó
a manifestarse muy pronto. Desde que a los seis años de edad un pariente suyo
le regalara un kit fotográfico, Shore no ha parado de dar muestras de
precocidad, tanta que con 14 años el MOMA adquirió tres de sus fotografías, con
17 estaba tomando imágenes de La Factoría de Andy Warhol, y con 23 fue el
segundo fotógrafo después de AlfredStieglitz, en ver como el MOMA le organizaba una exposición individual.
Greenwich, Connecticut, 1972. |
Todo eso desde un aprendizaje
autodidacta y que le llevará a ser el pionero en el uso de la fotografía
artística en color, en un viaje que hizo desde Manhattan hasta la población de
Amarillo, en el estado de Texas. Corría el año 1971 y Shore empezaba a recorrer
los Estados Unidos y Canadá para dejar una serie de testimonios fotográficos
sobre un país deprimido por la Guerra de Vietnam y los conflictos en defensa de
los derechos civiles.
Lee Cramer, Bel Air, Maryland, 1983. |
Con el aprendizaje de postulados
teóricos y prácticos del movimiento conceptual americano de los años 60 y 70,
los paisajes urbanos que se asoman a la cámara de Shore son, en ocasiones, como
platós de cine que hubieran sido abandonados, dejados de la mano del paso del
tiempo y en los que casi se puede escuchar un silencio quizás roto por alguna
racha de viento o el chirrido agónico de un semáforo sin luces.
US 22 Union, New Jersey, 1974. |
Pequeños detalles, facturas de
restaurantes de carretera, habitaciones de hotel, una espalda de un hombre que
deja adivinar más allá la cinta negra de una carretera que espera a que alguien
se digne a transitar por ella. Testimonios de un tiempo que amenaza con
detenerse y que parece habérselo llevado todo consigo antes de hora.
Toledo, Ohio, 1972. |
Lugares comunes que bajo la lente
de Shore adquieren un nuevo sentido topográfico o, tal vez sería mejor decir,
paisajes que se abren a múltiples interpretaciones al menos tantas como
posibles realidades habitan en ellos. Pero no solo de los Estados Unidos,
porque también la cámara de Shore ha viajado por otros países, ahí están sus
imágenes sobre Abu Dhabi, ese oasis de vanidad en medio de un desierto que
recorre las calles recordando que solo está esperando su oportunidad para
recuperar el terreno que siempre ha sido suyo y que un buen día, cuando menos
lo esperamos, volverá a ocupar.
Abu Dhabi. |
No sé muy bien si las fotografías
de Shore hablan del olvido o son un recordatorio de la posibilidad que existe
de volver al olvido en cualquier momento, dicho sea esto desde mi particular
punto de vista subjetivo. Y es que cuando veo una obra de Shore me da por
pensar en esas cosas.
Tu última reflexión queda en mi cabeza como una fotografía que resume las restantes.
ResponderEliminarun fuerte abrazo, amigo, que hace tiempo no te "veía"
En este caso la distancia no es el olvido sino todo lo contrario :) Estas fotografías me provocaron esa reflexión final y ahí queda y me alegra compartirla.
ResponderEliminarUn abrazo grandote!!
Hola amigo, poco a poco regreso, espero que todo te vaya muy bien.
ResponderEliminarLas imágenes son un muestrario de instantes que las devuelven del olvido, pero un instante.
Un abrazo y un besito.
NATALIA: Las vueltas progresivas siempre son menos difíciles, para el recuerdo quedan esos instantes especiales que los mantienen vivos en nuestra mente hasta que los podamos enriquecer con una nueva fugacidad.
ResponderEliminarUn abrazo grande!!