Barcelona (1956) |
El
servicio militar y el amor ligaron de forma indisoluble a este catalán de Sant
Boi del Llobregat, donde nació en 1928, con la ciudad gallega de Vigo en la que
falleció en 2009 y donde desarrolló la segunda parte de su fecunda carrera como
fotógrafo.
Sant Boi, BArcelona (1958) |
Sin
embargo, antes de adentrarse en el mundo de la fotografía, en el que dejó su
sello absolutamente personal, Terré transitó por el mundo del arte como pintor,
diseñador y caricaturista. Será en 1955 cuando coja por primera vez una cámara
a modo profesional, desarrollando un lenguaje muy personal y a integrarse en la
Agrupación Fotográfica de Almería, el único grupo de fotógrafos artistas que en
la España franquista se atrevió a plantear una forma diferente de hacer las
cosas.
Niño meando. |
En
1960, Terré decidirá abandonar el medio y no será hasta 1982, una vez jubilado
de sus otras ocupaciones, cuando vuelva a coger una cámara y a continuar con su
trayectoria allí donde la había dejado. Esa cesura temporal no supuso una
ruptura estilística o temática, sino más bien lo contrario y, de forma
sorprendente, vemos la misma forma de mirar, los mismos temas, la misma
sensibilidad.
Niña con muñeca. |
La
muerte, la Semana Santa, ceremonias religiosas o los carnavales, son temas
recurrentes en la fotografía de Terré, con unas instantáneas que, como dice su
hija Laura Terré “abre un gran abismo de interpretaciones entre nosotros y la
realidad. No informa: inquieta. No cubre un hecho, no ilustra un
acontecimiento; propone una ambivalencia del ser, sutil, contradictoria”.
Braga (1991) |
Más
que el acontecimiento en sí, que también, su protagonista principal son las
personas, seres humanos miradas de una forma necesariamente subjetiva por el
fotógrafo, en momentos y miradas hondas, profundas, muy en contacto con algo
más, en escenas emotivas, cargadas de poesía, casi haikus fotográficos,
delicados aunque destinados a perdurar.
De la serie Viudas del Mar. |
Son
seres humanos en ocasiones en actitudes banales, intrascendentes pero la forma
en la que Terré nos los presenta, los deja desligados de la anécdota, del
momento y nos lleva a caminos en los que lo ambiguo toma forma. Una ambigüedad y
una poesía, que para nada rechazan el sentido del humor sino que conviven con
él de forma armónica, de una forma tierna.
Feria de Lalín, Pontevedra (1961) |
CristianT. Caujolle ha dejado escrito sobre la obra de Terré: “Este acercamiento
directo, sensible, lírico y obsesionado por la forma construyó una visión negra
de España, una visión atravesada por la mística, por un masoquismo en el que
las miradas angelicales de los niños imponen dudas sobre la realidad.”
De la serie sobre la muerte. |
“Sólo
pretendo mostrar lo que hay de trascendente en el ser humano. No pretendo
reflejar hechos ni formas individuales de sentir. Lo que busco es el espíritu del hombre, esa esencia fundamental
que permanece en el tiempo y que está en todos los lugares”, dejó escrito el propio
Terré en 2004.
No se que tienen las fotografias antiguas ...Pero para mí sin tanto trucaje en una parcela mínima de imagen se entiende muchísimo más el mensaje que quieren transmitir.
ResponderEliminarUn saludo.
No conocía la obra de Tarré pero tiene alma, es intensa. Muy buena propuesta. Saludos, Alfredo.
ResponderEliminarBERTHA: El blanco y negro siempre da a las imágenes una atmósfera muy especial y en las películas lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo!
********
PACO: Son personajes que efectivamente llegan al espectador, y que transmiten una profunda humanidad.
Un saludo!
Me interesa. No podía ser de otra manera, por lo que dices.
ResponderEliminar(este fin de semana vi los tres capitulos de Black Mirror: sin palabras quedé. Me pareció impactante. Creo que sigo masticandolo. Gracias por la recomendación. Valió la pena hacerte caso. ;)