T. Lawrence Shannon (Richard
Burton) es un excéntrico párroco anglicano capaz de acosar a sus feligreses con
sermones poco menos que ateos en medio del escándalo de sus bienpensantes
feligreses. Ahí está el arranque de una película llena de humor y de
sensualidad al calor de las tórridas noches mexicanas y baños a medianoche en
las playas por aquel entonces aún por descubrir, de Puerto Vallarta, una
población convertido por mor de la película en uno de los destinos turísticos
más importantes del país azteca.
El estallido del reverendo
Shannon, ya en vigilancia por un turbio asunto con una feligresa que buscaba el
perdón de sus pecados, va a la condenarle a la expulsión de la profesión
obligándolo a ganarse la vida guiando viajes turísticos por México para
aburridos ciudadanos norteamericanos que solo saben quejarse de los hoteles,
las carreteras, el calor y de cualquier otra cosa.
Para tormento de Shannon, en esta
ocasión le toca guiar a un grupo de maestras solteronas, en una edad camino de
avanzada, y protegidas por una severa señorita Fellows incapaz de reconocer su
propia naturaleza y preocupada por controlar a una rubia adolescente de esas
capaces de derretir el hielo y que no tendrá más ocurrencia que intentar
seducir a un Shannon aterrado ante sus propios fantasmas y el miedo a perder su
trabajo.
Para evitar las represalias de la
señorita Fellows en forma de denuncia judicial, Shannon conduce al grupo,
secuestro se podría llamar, hasta llegar al coqueto hotelito que regenta la
espléndida madurez de Ava Gardner, en un papel de viuda y que mantiene en el
hotel a dos buenos mozos para todo tipo de trabajos. El plantel se completa con
el personaje al que da vida Deborah Kerr, otra mujer madura que en su vida ha
tenido únicamente dos experiencias sexuales muy particulares, acompañada por su
anciano abuelo poeta que se ganan la vida con los dibujos rápidos de ella y los
recitados del abuelo.
La noche de la iguana está basada
en una obra teatral del mismo título escrita por Tennesse Williams, y en ella
destaca el tema de la incomunicación entre unos seres humanos, hombres y
mujeres, diríamos que disfuncionales, que arrastran tras de sí infinidad de
fantasmas, conviven de forma dificultosa con unos demonios que tienen mucho que
ver con el sexo, con una sexualidad reprimida.
Personajes a la deriva, perdidos,
al borde, cuando no están directamente despeñados, del desarraigo, a merced de
impulsos que explotan a veces de forma violenta y que harían las delicias de
cualquier psicoanalista de tradición freudiana.
Solo al final y solo para algunos
de ellos, una vez pasado por el proceso de negación, de violencia hasta llegar
a una cierta aceptación, el intenso melodrama sexual, no exento de humor, que
nos plantea Huston, recalará por fin en una de las paradisíacas playas aztecas,
mientras otros tendrán que seguir su viaje incierto por las aguas procelosas
del destino.
Una gran película, con una Ava Gaddner preciosa como siempre, se escribió que el rodaje de la película fue complejo incluyendo en el mismo a Elsabeth Taylor como prometida de Richard Burton. La música de la película se debe a un gran compositor de música clásica inglés bastante olvidado Benjamin Frankel, que ademas compuso música para varias pelis desde la segunda guerra mundial o un poco antes, junto al tema de la peli se incluyen varios temas con sabor mejicano como el famoso Mexican Hat Dance
ResponderEliminarun saludo
Efectivamente, Ava Gardner está espléndida y ese baño nocturno es ciertamente fantástico.
ResponderEliminarGracias por la aportación musical, viene a dar una información muy buena para rematar mi artículo.
Un saludo!!
Un cúmulo de personajes que Huston nos muestra con su amor hacia el ser humano, los "perdedores" en todas sus debilidades, grandezas, sueños, pasiones, represiones...Ava está como siempre, exprimiendo la vida a cada instante.
ResponderEliminarUna Lolita, predicador atormentado y alcohólico, elegante y secreta Deborah, el viejo recitador...baño nocturno ¿Se comen las iguanas? Son otro personaje como simbólico de un mundo remoto que agoniza.
No la olvido, tengo secuencias en mi memoria, inolvidables.
Besitoooo de vacaciones.
La verdad es que hace muy poco que he visto esta película por primera vez, y la verdad es que la he disfrutado un montón. Efectivamente la galería de personajes es fantástica, y esa iguana atada es toda una metáfora que solo hacia el final se resolverá.
ResponderEliminarUn beso!!
"Juguemos a ser Dios" como dice Shanon y hablemos de esta película.
ResponderEliminarAnte todo el guión que supera con mucho el original teatral de Williams, creo recordar. Pero con mucho.
Burton: majestuoso interpretando a ese ser destruido por una sexualidad poderosa, incontrolable y... ¿un tanto ambigua?
Ava: mi adorada Ava demuestra aquí que si no llegó a hacer grandísimas interpretaciones fue por que no la dejaron deslumbrados por el torrente de su belleza. Aquí, deliberadamente descuidada, su personaje es una "mujer que todavía es bella" y de temperamento explosivo. Digna oponente de Burton.
Deborah, mi debilidad inglesa. "Buda femenino" la llama Shanon, encarna aquí el único atisbo de calma, de paz lograda a pulso y entre sus ruinas personales.
De la Lolita de turno, nada que decir, un pendón desorejado pero que como detonante del drama funciona perfectamente.
Abreviaré si digo que la considero una de las películas más perfectas de la historia del cine.
Un abrazo
En realidad lo que hay es un conjunto de pulsiones sexuales de distintos tipos pugnando por salir. En unos casos uno son más conscientes de ello que otros, o parece que se enfrentan a ellas con mayor sinceridad, caso del personaje de Ava y yo creo que incluso el de la Kerr, mientras que los demás no saben muy bien como afrontarlo. Incluso hay quien prefiere ignorar su propia realidad sexual.
ResponderEliminarEn definitiva, un peliculón.
Saludos!!