The Twinning of Adam and Eve in the Garden of Eden (1989) |
Connection (1978) |
Aunque nacida en Canadá en 1923,
se la conoce como una artista genuinamente norteamericana ya que en Estados
Unidos hizo sus aprendizajes artísticos y sigue desarrollando su carrera.
Animada por su padre, también artista, desde muy joven empezó a estudiar arte y
ya no dejará de explorar ese mundo, a pesar de que tardará unas tres décadas en
dedicarse al arte a jornada completa.
En 1946 contrae matrimonio con el
también artista y profesor Paul Branch y el primer destino de la pareja será la
ciudad de Nueva York. Por esos años, Schapiro estaba realizando cuadros dentro
de la órbita del expresionismo abstracto aunque con un mayor contenido lírico,
sin embargo, su condición de mujer va a ser un impedimento para que el grupo
expresionista a reconozca como a una igual a pesar de que alcanza un buen nivel
de éxito.
La toma de conciencia definitiva
le llegará en California, estado al que se habían trasladado por una oferta
laboral que había recibido su marido. Estamos hablando de los años 70, y del
momento en el que Schapiro toma conciencia feminista y junto con Judy Chicago
pondrá en marcha el Programa de Arte Feminista en el California Institute of
Arts, dirigido exclusivamente a mujeres y en el que tomaron parte 21 alumnas en
la primera edición.
Fanfare (1958) |
High Stepping. Strutter I (1985) |
La propia Schapiro cuenta en una
entrevista con Ruth Bowman, como después del trabajo se reunían todas para
poner en común sus sensaciones: “En esa mansión abandonada, nos sentábamos en
el suelo, teníamos nuestro tiempo para hablar, y después pasábamos la mopa y lo
dejábamos todo limpio. Pero cuando hablábamos en la cocina aparecía el drama,
al menos yo lo recuerdo así. Todas contaban cómo habían crecido al lado de su
madre y las experiencias que habían tenido en la cocina (…) En última instancia
daban una descripción de cómo habían sido sus relaciones con su madre”.
“Cuando entrabas en la Womanhouse
para ver las performances o para caminar por las habitaciones, inmediatamente
te dabas cuenta de que estabas viendo algo que nunca se había visto antes en el
arte mundial”, cuenta Schapiro en la misma entrevista.
Costume for Mother Earth. |
Otras veces dará forma de vestido
o de abanico a sus obras, siempre con el color como protagonista fundamental y
con un sentido de la búsqueda de la identidad femenina.
“Schapiro fija el término femmage
para referirse al trabajo de mujeres anónimas, esas que han sido excluidas del
arte con mayúsculas. La obra de Schapiro desde los setenta hasta hoy es una carrera
por rescatar esas imágenes marginalizadas de la cultura femenina y a las
mujeres artistas de la invisibilidad”, tal y como se afirma en el artículo
Mariam Schapiro: Works on Paper, a Thirty Year Retrospective.
Precioso
ResponderEliminardesconocia a esta pintora y sus cuadros me han encantado, con tu permiso reenvio la entrada al post desde reader a mis amigos
Un saludo
Una experiencia alucinante. Da ganas de repetir un proceso creativo tan especial, mutuamente enriquecedor.
ResponderEliminarEl mensaje a través de la abundancia de objetos representativos y el color, me gusta por lo llamativo y removedor.
Un fuerte abrazo
JESÚS: Por supuesto que no hay ningún problema en que lo difundas, es más, te lo agradezco mucho.
ResponderEliminarUn abrazo!!
******
CAS: Las obras de Schapiro efectivamente son muy llamativas por el color que utiliza, y adentrándose en el mensaje que hay detrás lo son aún más.
Un beso!!
Me gusta su obra: es atrevida, pero el color es el protagonista sin duda. Está bastante bien. Buena semana para tí, Alfredo.
ResponderEliminar