Como una especie de cruce entre Francis Bacon y Tim Burton. Así se ha llegado a definir una parte importante de la obra de este artista chino, que tiene en el expresionismo (Max Beckman fue una de sus referencias) la primera de las piedras angulares de un estilo que con los años ha ido evolucionando hacia una suerte de simbolismo, pero siempre con una forma de pintar absolutamente personal y reconocible.
En los primeros años 90, Fanzhi se gradúa en Bellas Artes, y para su proyecto final decidió dejar de lado los postulados realistas, esos que tanto gustan a las dictaduras independientemente del signo político que tengan, y presentó una serie titulada Hospital, en la que daba rienda suelta a todo el expresionismo del que fue capaz. Una serie caracterizada por su violencia, por presentar unas figuras de médicos y enfermos que parecen mantener una relación sadomasoquista, y en la que con la pincelada y el color logra transmitirnos una sensación de angustia, de dolor.
Figuras excesivas, de manos desproporcionadas, y que concentran toda su expresividad en unos ojos que nos hacen llegar toda la angustia, soledad, depresión que llegamos a sospechar que siente el propio artista.
En marzo de 1995 en la Hanart T Z Gallery, se expuso una nueva serie de pinturas que este artista había empezado a desarrollar un año antes y que supusieron un auténtico billete a la fama. Me refiero a la serie que tituló Máscaras, en la que los postulados pictóricos ya han sufrido algunos cambios en relación a aquella primera.
Los protagonistas son personajes a los que esconde detrás de una máscara que les oculta el rostro, traslación de la máscara con la que caminamos los seres humanos todos los días en medio de una sociedad alienada, y en la que nadie, o casi nadie, es lo que parece, y que utilizamos para crear barreras con los congéneres que nos rodean. Para esa serie la paleta del pintor cambia, pierde algo de aquella agresividad inicial, para unas figuras que se colocan ante fondos abstractos, sin referencia concreta, se reduce la paleta cromática, y los personajes aparecen más calmados mientras el protagonismo de las manos se reduce y, en ocasiones, las oculta en los bolsillos.
El lenguaje artístico, como señala Huang Du, adquiere unos tintes más simbólicos y metafóricos mientras que los elementos expresionistas se reducen. “El artista se fija en la forma de vida de la humanidad, la distorsión del espíritu humano, la personalidad dual de los esquizofrénicos, y la extrañeza y la distancia entre la gente”, explica el mismo Du, en un mundo el que el Fenzhi piensa que la alienación parece ser algo inevitable.
Con el cambio de siglo y de milenio se producirá otra modificación sustancial en el estilo de Fenzhi. En 2003, en el tríptico titulado Me (Yo), empieza a utilizar la técnica de pintar con dos pinceles al mismo tiempo sujetados en la misma mano, uno de los cuales “simboliza la idea dominante basada en el hábito, la lógica y la experiencia, mientras que el otro, que se mueve en dirección contraria al primero, tiene que ver con la libertad, lo ilógico y lo accidental”, en palabras de Huang Du. De esa forma logra hacer convivir en una misma obra lo racional y lo irracional, la imagen real y lo abstracto.
“La claridad, simplicidad y elegancia de su estilo son una exacta manifestación de lo abstracto de su lenguaje artístico, una combinación de libertad, fuerza y ritmo” (Huang Du)
Un lenguaje muy intenso que me llega a conmover.
ResponderEliminarEl artista siempre expuesto a sus emociones, siempre hurgando en su interior tratando de expresarlo, con toda su peripecia siempre a flor de piel.....Es difícil vivir siempre en carne viva, pero es ese el camino que veo en un pintor como este para llegar a obras tan destacadas. (Ud. sabe que yo no soy entendida en esto, ni en nada, pero apelo al leguaje de las emociones y a mi muchas de estas pinturas me emocionan realmente).
Saludos Alfredo:
ResponderEliminarMi cuota de diez minutos de arte, siempre la encuentro contigo.
Es algo que siempre me deja un buen sabor de boca y, una información que nos das impresionante.
Un abrazo.
es realmente muy bueno
ResponderEliminarconocía la serie de las máscaras, de todas maneras
la serie, más caricaturesca me recuerda a pablo suarez, imposible de que lo conociera
pero
por acá siempre suceden cosas un poco maravillosas.
un saludo
CAS: El disfrute del arte tiene más que ver con el sentir que con el conocer, aunque, si además de emocionarnos conocemos algo de la obra o del artista el disfrute se intensifica, pero lo primero tiene que llegar por el inconsciente.
ResponderEliminarBesos!!
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BALAMGO: Siempre es agradable saber que hay personas que encuentran aquí algo que merece la pena pararse a echarle un vistazo. Gracias.
Saludos!!
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SONOIO: No conozco la obra de Pablo Suárez, así que por ahí no puedo decir nada. Este autor chino, incluso en sus series más caricaturescas, transmite ese algo intangible que hace que una obra de arte lo sea.
Un abrazo!!
Alfredo, que buen descubrimiento, para variar. En los primeros cuadros que muestra el post se nota la indeleble influencia de Beckhman como tu indicas, en los posteriores se intuye también rasgos de Lucien Freud, no crees? Voy a investigar a nuestro amigo chino a partir de ahora. Saludos y abrazos desde La Paz.
ResponderEliminarEste es un artista que no puede negar su gusto por el expresionismo alemán, al menos en su primera época. En relación a lo que comentas de la posible influencia de Freud, la verdad es que en la información que he consultado para hacer el artículo, no aparece referencia a ese pintor. Luego, como espectador, si se puede apreciar algo en esa línea pero de una forma lejana.
ResponderEliminarUn abrazo!!