Las coristas, 1915. |
Cuenta Paco
Umbral en un artículo dedicado a este pintor madrileño, aunque muy vinculado a
Cantabria, que Solana, independientemente de lo tétrico que fuera el cuadro que
había pintado, siempre decía que era “elegante”, en una clara actitud bromista
o por un peculiar sentido de la elegancia pictórica.
El entierro de la sardina, 1912. |
Una afirmación
acorde con una personalidad peculiar, estudiante en la Academia de San
Fernando, y que pintaba para luego enrollar los cuadros y meterlos directamente
debajo de la cama, de donde únicamente los sacaba cuando había que enseñarlos a
algún posible comprador o los había que preparar para una exposición. Esto
también lo cuenta Paco Umbral.
Payasos, 1920. |
Un artista
peculiar, con un estilo pictórico que le emparenta con algunas de las grandes
figuras del arte español, tipo Velázquez, Ribera o Goya, por citar sólo
algunos, además de otros como Brueghel el Viejo, o algunos expresionistas
europeos. El particular estilo de Solana, con una paleta de colores reducida,
oscuros, con líneas de contorno muy marcadas, se define por unas atmósferas
densas, tenebrosas, acordes probablemente con la España que le rodeaba.
Mujeres de la vida, 1917. |
Un país de
criadas, de fiestas populares, de ambientes de taberna, de locales de
prostitución, escaparates, mataderos, coristas, puertos; una España de muertos,
de esqueletos que parecen salir de fiesta unas veces, mientras que otras dan
una imagen perturbadora, inquietante. Una España, al mismo tiempo, sin futuro,
sin traza de mejoría, atrapada en una forma de ser y de entender la vida
incompatible con la modernidad, sin posibilidad de salir del ensimismamiento y
de aquello del “que inventen ellos”.
El espejo de la muerte, ca 1929. |
Un país de
Valle Inclán, de pillos, de tramposos profesionales a los que se llama listos,
un país con los valores absolutamente cambiados, de historia imposible y futuro
incierto, una España negra, corriente telúrica que recorre los subterráneos
esperando salir a flote a la menor ocasión. País de un costumbrismo ya
retratado por muchos y muy buenos
artistas, caso de Goya y sus pinturas negras para denunciar la barbarie en
general, pero también la ignorancia galopante del país, una situación que en
los tiempos de Solana aún se mantenía viva.
La baraja de la muerte. |
Usos y
costumbres, bailes de máscaras, arraigan su obra en un país que conoce bien,
que recorre con asiduidad, ayudado también por su desahogada posición económica
gracias a los dineros hechos por su padre en México, en muchas ocasiones con su
hermano, cantante. Solana fue un artista solitario, particular, sin discípulos
o seguidores, sin crear escuela, y que está por derecho propio en el panteón de
los artistas imprescindibles de nuestro país.
Más información: Wikipedia, Arte España, Museo Reina Sofía, El País, Arte pintura y genios.
La palabra PECULIAR define perfectamente su admirable arte....
ResponderEliminarMujeres de la Vida, es un cuadro que me encantaría tener en una pared de mi casa. Seguramente me deberé conformar con una reproducción casera....
besos amigo asturiano
Yo son muchos los cuadros de Solana que colgaría en mi casa, me parece un pintor fantástico y muy particular en el panorama artístico español del momento.
ResponderEliminarUn abrazo!!