El huracán Katrina no solo asoló
físicamente hablando la ciudad de Nueva Orleans, sino que detrás de los
escombros de los edificios quedaron también los escombros personales, la ruina
de toda una vida, la desolación física por el desastre. De eso hablaba
fundamentalmente la primera temporada de esta magnífica serie firmada por David
Simon (The Wire, The Corner, Generation Kill).
Hace unos días terminé de ver la
segunda temporada de una serie de la que me siento totalmente enamorado por
muchas razones. Ahora toca el turno de ver como los personajes luchan de formas
diferentes y denodadas por recuperar el sentido de su existencia, por iniciar
un camino que a cada uno lo llevará a un destino diferente.
De la penumbra de los garitos con
música en directo, a las calles mal iluminadas, a los días esplendorosos del
Mardi Gras, los personajes van transitando a golpes, de formas inconexas en
ocasiones, pero todos ellos empiezan a encontrar un camino, un lugar en el que
en ocasiones parecen no terminar de encajar del todo, pero en el que
encontrarán algo a lo que aferrarse.
Si la primera temporada fue el
inicio de la salida del shock, en esta segunda, es el regreso también de la
delincuencia, de la violencia irracional (¿puede ser de otra forma?), de una
policía desbordada mientras los ciudadanos buscan recuperar sus existencias y
la ciudad misma pelea denodadamente por mantener viva la esencia que hace que
Nueva Orleans nos la cuenten como una ciudad única en el mundo, de hecho, más
que una ciudad parece un estado de ánimo.
Porque ver esta serie y querer
coger un vuelo para plantarse allí a la menor brevedad posible es todo uno,
especialmente si se siente debilidad por la música de raíces del sur de los
Estados Unidos. Y la música se convierte en esperanza, en el camino para
recuperar, en medio de la desolación, la verdad, la alegría de vivir.
Todo transcurre al ritmo de jazz,
soul, blues, R&B, rock, rap e incluso la música celta, formando un
conglomerado ejemplo de convivencia y de mixtura de enorme riqueza que marca
los momentos de los distintos personajes. Música que acompaña los momentos más
tristes y los más alegres, la música como vehículo para expresar sentimientos
y, en medio de un pesimismo general, eso abre luces a la esperanza, porque una
ciudad que vive de esa manera su música es una ciudad que nunca se olvida y a
la que siempre se quiere volver.
Pues no conozco esta serie, Alfredo, y tiene muy buena pinta, es la lucha por la vida. Buena semana. Abrazos.
ResponderEliminarExcelente serie que dejé medio colgada, le perdí la pista.
ResponderEliminarAhora me tiene colgada "il comisario montalbano" en versión original, la 2 sábados 21,30, muy buena adaptación visual de las novelas de Andrea Camilleri, !la bella Sicilia!
Besito lunero.
PACO: Una serie genial plagada de buena música y de buenos actores. En mi opinión, imprescindible.
ResponderEliminarUn abrazo!!
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NATALIA: Pues la tienes que recuperar inmediatamente :). Gracias por la sugerencia transalpina, sabes que viniendo de ti la voy a tener muy en cuenta.
Un beso!!
Cuando comencé a ver esta serie fue precisamente en esta segunda temporada y debo confesar que me atrapó y decidí ver las primera por internet. Ahora en pleno 2013 está a punto de culminar Treme cuarta temporada resulta la conclusión de una de las series más exitosas y excelentes de los últimos tiempos. Las expectativas para el fina son demasiado elevadas, ojalá logre cumplirlas.
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