Sobre bases de serie B y en un
París absolutamente del presente, Godard nos lleva en esta película a
adentrarnos en un mundo futurista gobernado por un engendro mecánico que
responde al nombre de Alpha 60. Con un detective vestido y con comportamientos
a la vieja usanza de las reglas impuestas para este tipo de personajes por el
cine negro clásico, nos adentramos en una sociedad del futuro en la que los
sentimientos han sido desterrados por los dictados de un científico apellidado
von Braun, a favor de una lógica y una dictadura científica totalmente
desalmada.
La misión de este particular
detective llegado desde otra galaxia, es la de dar muerte a ese científico
siguiendo los pasos de otros agentes anteriores como fueron Dick Tracy y Flash
Gordon que fracasaron en su misión. Lemmy Caution, que así se llama el
protagonista, se va a encontrar con Natacha, la hija de su objetivo, reducida
al papel de seductora de nivel 3, una mujer fría y distante.
Todos los viajeros se encuentran
en la habitación de su hotel con una biblia, que no es más que un diccionario
con las palabras que están permitidas, y que no incluye palabras como por qué,
amor o llorar.
Una sociedad mecanicista,
absolutamente controlada, en la que los sentimientos se han desterrado en aras
de una presunta perfección social que no oculta más que una tiranía de corte
cientifista a la que solo es posible combatir a través de la palabra, a través
de la verdad que define los sentimientos. Caution sabrá que hay esperanza para
Natacha, cuando esta empiece a entrar en contacto con palabras olvidadas por su
falta de uso, y derrame una lágrima.
Así se empieza a romper el
monolito y sobre eso Godard construye una historia de ficción filosófica,
estilo en el que aparecen otras obras maestras como es el caso de Blade Runner
o 2001, una odisea del espacio por citar solo dos de las más conocidas.
Las palabras de Paul Eluard y los
conceptos de Jorge Luis Borges, son claves en la construcción de esta película
que camina hacia la búsqueda de la esencia, y que establece posibles caminos de
salvación a través de la lectura, de las palabras, del sentimiento, de las
lágrimas y de la alegría. No es posible el conocimiento sin la emoción, es uno
de los planteamientos que una película que apuesta por el ser humano por
mantener y cultivar lo que nos convierte precisamente en eso, y advirtiendo de
los peligros de los totalitarismos uniformados y uniformadores.
La palabra, las ideas, los
ideales, las utopías terminan por derribar todos los muros.
Algunas frases de la película:
- ¿Tiene fuego?
- Claro. He viajado 9.000
kilómetros para dártelo.
*****
- ¿Quiere que vayamos por el
norte o por el sur?
- ¿Qué diferencia hay?
- En el norte hay nueve. En el
sur hay sol.
- Me da igual. Yo de todas formas
viajo hasta el final de la noche.
*****
- ¿Sabe usted qué transforma la
noche en día?
- La poesía.
*****
- Estoy muy cansado para discutir
durante horas, así que disparo. Es mi arma contra la fatalidad.
*****
- Si me sonríes es para
absorberme mejor.
*****
- Los que no han nacido no lloran
ni se arrepienten.
*****
- El presente es espantoso porque
es de hierro y es irreversible. El tiempo es la sustancia de la que estoy
hecho.
*****
- El tiempo es un río que me
arrastra pero yo soy el tiempo. Es un tigre que me arrastra pero yo soy el
tigre.
Buena recomendación. El diálogo es sublime.
ResponderEliminarUn abrazo.
Godard siempre me pareció de otra galaxia, de otros encuadres de lenguaje en imágenes sesgadas, cortantes diálogos.
ResponderEliminarDe lo mejor de él; À bout de souffle...con ese soplo se convirtió en paradigma de la nouvelle vague.
Que soplen vientos favorables en todos los sentidos, besito.
BALAMGO: Son muchas las frases que se pueden sacar de los diálogos de esta película. En muchos de ellos flotan reflexiones que merecen tenerse en cuenta.
ResponderEliminarBuena semana!!
*******
NATALIA: Uno de los grandes de la historia del cine sin duda ninguna, y aquí deja una buena muestra de ello.
Un abrazo!!