Attack (2011) |
Según ha dejado dicho esta
artista venezolana (Caracas, 1961), esa es la pregunta a la que intenta dar
respuesta su trabajo artístico, una pregunta que también se puede hacer el
espectador al confrontarse con la obra de Carla Arocha. Y es que a esta artista
le gusta jugar con la percepción, con las creencias que todos tenemos y que
volcamos sobre la realidad para definirla y hacerla aprehensible.
Cabin Fever (2011) |
Una realidad que lo deja de ser
cuando empezamos a indagar en el laberinto de las instalaciones de Arocha, un
laberinto más visual que físico, más de percepción que de realidad, más
subconsciente que consciente. Ello es así gracias a esa poética de la ausencia,
del escamoteo, de lo fragmentario que aparece en las instalaciones de Arocha,
muchas veces basadas en espejos que en lugar de reflejarnos la realidad, tal y
como estamos acostumbrados o al menos la percepción que tenemos de esa
realidad, nos devuelven imágenes del fragmento, retazos, reflejos inesperados
que nos resitúan en un terreno ignoto, sin referencias, conceptual y abstracto.
Circa Tabac (2007) |
Una abstracción que,
paradójicamente, parte de elementos figurativos, de un espacio real incorporado
a una nueva visión, puerta de entrada al territorio de la duda, de la
incertidumbre, de los significados alterados y que necesita de nuestra
implicación, incluso a un nivel emocional, para dibujar siquiera someramente
unas líneas de paisaje imaginado e imaginario sobre el que movernos con un
siquiera leve atisbo de seguridad.
Curtain (2007) |
La luz es elemento primordial en
su obra, tanto por su presencia como por su ausencia, en un juego de
apariciones y desapariciones, a medio camino entre la cultura de masas y los
objetos de lujo. Y es que en su trabajo tiene la cabida lo tradicional, lo
vernáculo podríamos decir, lo urbano, lo femenino, y si “el diseño puede
convertirse en moda, Arocha transforma la moda en pintura y escultura”, escribe
Michelle Grabner.
P 7 (2009) |
La pintura es otro de los
territorios que pisa Arocha a su modo particular, en ocasiones con series de
pinturas con una leves señales de color sobre una superficie blanca uniforme,
en las cuales, sin embargo, no esconde una cierta preocupación por lo
ornamental. Pueden ser simples puntos de color, formas solo definidas por el
contorno, casi como si se tratara de mapas trazados por algún pequeño insecto
que se paseara por el lienzo con las patas manchadas de pintura.
Untitled (2004) |
En definitiva, Arocha desarrolla
un universo influido por el constructivismo abstracto que conoció tanto en
Venezuela como en Chicago, ciudad esta última en la que se afincó para estudiar
biología para luego convertirse en artista, con algunos devaneos con el op art,
para crear una reflexión crítica sobre las maneras de ver y de mirar a través
de los reflejos, la transparencia y la opacidad.
Un esteticismo que tiene bastante de decorativo pero mucho de tentación para implicar y sugerir líbremente.
ResponderEliminarBesito cariñoso, que tengas una buena semana.
Pura percepción y juegos visuales los que nos propone este artista, para dejar abierta nuestra imaginación. Es muy interesante su trabajo. Buena semana, Alfredo, en el inicio de tu séptimo año como bloguero.
ResponderEliminarMe gusta..
ResponderEliminarSugerente y atractiva artista la que nos traes para poder conocer mejor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy Interesante..
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