domingo, 13 de enero de 2013

Carla Arocha: “¿En qué cree la gente?”

Attack (2011)

Según ha dejado dicho esta artista venezolana (Caracas, 1961), esa es la pregunta a la que intenta dar respuesta su trabajo artístico, una pregunta que también se puede hacer el espectador al confrontarse con la obra de Carla Arocha. Y es que a esta artista le gusta jugar con la percepción, con las creencias que todos tenemos y que volcamos sobre la realidad para definirla y hacerla aprehensible.

Cabin Fever (2011)
Una realidad que lo deja de ser cuando empezamos a indagar en el laberinto de las instalaciones de Arocha, un laberinto más visual que físico, más de percepción que de realidad, más subconsciente que consciente. Ello es así gracias a esa poética de la ausencia, del escamoteo, de lo fragmentario que aparece en las instalaciones de Arocha, muchas veces basadas en espejos que en lugar de reflejarnos la realidad, tal y como estamos acostumbrados o al menos la percepción que tenemos de esa realidad, nos devuelven imágenes del fragmento, retazos, reflejos inesperados que nos resitúan en un terreno ignoto, sin referencias, conceptual y abstracto.

Circa Tabac (2007)
Una abstracción que, paradójicamente, parte de elementos figurativos, de un espacio real incorporado a una nueva visión, puerta de entrada al territorio de la duda, de la incertidumbre, de los significados alterados y que necesita de nuestra implicación, incluso a un nivel emocional, para dibujar siquiera someramente unas líneas de paisaje imaginado e imaginario sobre el que movernos con un siquiera leve atisbo de seguridad.

Curtain (2007)
La luz es elemento primordial en su obra, tanto por su presencia como por su ausencia, en un juego de apariciones y desapariciones, a medio camino entre la cultura de masas y los objetos de lujo. Y es que en su trabajo tiene la cabida lo tradicional, lo vernáculo podríamos decir, lo urbano, lo femenino, y si “el diseño puede convertirse en moda, Arocha transforma la moda en pintura y escultura”, escribe Michelle Grabner.

P 7 (2009)
La pintura es otro de los territorios que pisa Arocha a su modo particular, en ocasiones con series de pinturas con una leves señales de color sobre una superficie blanca uniforme, en las cuales, sin embargo, no esconde una cierta preocupación por lo ornamental. Pueden ser simples puntos de color, formas solo definidas por el contorno, casi como si se tratara de mapas trazados por algún pequeño insecto que se paseara por el lienzo con las patas manchadas de pintura.

Untitled (2004)
En definitiva, Arocha desarrolla un universo influido por el constructivismo abstracto que conoció tanto en Venezuela como en Chicago, ciudad esta última en la que se afincó para estudiar biología para luego convertirse en artista, con algunos devaneos con el op art, para crear una reflexión crítica sobre las maneras de ver y de mirar a través de los reflejos, la transparencia y la opacidad.

5 comentarios:

  1. Un esteticismo que tiene bastante de decorativo pero mucho de tentación para implicar y sugerir líbremente.
    Besito cariñoso, que tengas una buena semana.

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  2. Pura percepción y juegos visuales los que nos propone este artista, para dejar abierta nuestra imaginación. Es muy interesante su trabajo. Buena semana, Alfredo, en el inicio de tu séptimo año como bloguero.

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  3. Sugerente y atractiva artista la que nos traes para poder conocer mejor.
    Un abrazo.

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