“Un sentimiento de malestar, de
desajuste, de torpeza. El que yo sentí de inmediato cuando me propusieron hacer
el pabellón español. El que siente el autor ante su público, el que siente el
que está fuera de sitio, social, cultural. Este sentimiento de inadecuación, de
estar fuera de lugar, de no hablar el mismo idioma ni mirar hacia el mismo
sitio. Es una herramienta importante de investigación y de crítica: sólo ve
bien el que está fuera.”
“Yo hago mi trabajo, el que creo
que tengo que hacer, y si funciona o no, no está en mi mano decidirlo ni
preocuparme por ello. No me siento obligada a entretener ni a ‘funcionar'
-signifique lo que signifique ‘funcionar'-, mi única obligación es hacer mi
trabajo y lo demás responde a tantos factores que ni siquiera intento
comprenderlos, ya no digamos controlarlos. No creo que el trabajo de un artista
deba ser hecho a la medida de un público determinado. Entre otras cosas, porque
ello implicaría la presunción de saber lo que quiere o piensa el público.”
“Para responder a su pregunta, el
arte no necesita de nada para entenderse, incluso creo que el arte no tiene que
entenderse en absoluto -siempre está mucho mejor si hay una parte que no se
entiende-.”
“No creo que la performance ayude
a acercarse al espectador. Ayuda a desconcertarlo y en el momento en que debe
tomar decisiones (dónde me pongo, qué digo, me río o no, aplaudo o mejor no, me
quedo o me voy, se ha terminado ya o sigue) es menos espectador. Eso es lo que
busco, el forzar al visitante a tomar decisiones, aunque sea una muy simple:
entrar o no, marcharse o quedarse. Quiero que nunca sepa muy bien lo que tiene
que hacer, crear un estado de perplejidad que haga la percepción más intensa.”
“El arte no tiene ninguna obligación
-afirma rotunda-. Puede ser lo que quiera: aburrido a muerte o histéricamente
divertido, hermoso o espantoso, ordenado o caótico, culto o extremadamente
idiota”.
“Veo lo que ya veía antes: una
injerencia constante de los políticos en el trabajo de los profesionales, un
interés exclusivamente propagandístico en la cultura, el considerar al arte
(hablo del arte en general: teatro, danza, etc…) como algo elitista e indigno
de ser sostenido en medio de una crisis. Nadie piensa en la cultura y la
educación como generadores de riqueza y, sin embargo, lo son.”
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“Desde que empecé a trabajar,
todas las estructuras de las obras siempre han sido de narrativa, con una
relación con la idea de personaje y de historia. Al cabo de los años percibo que
hay personajes que se repiten, historias que mutan en otras historias. Veo una
especie de continuidad. Entiendo la idea de ficción como una especie de
milhojas, como vasos comunicantes.”
“En toda exposición de arte
siempre se está presentando algo que no está ahí, ésa es la idea misma de
representación. En mi caso es todo, todo mi trabajo versa sobre esa idea de lo
que no está. Estamos ante un indicio de algo que ha pasado o está pasando en
ese momento en otra parte.”
“En Instant Narrative queda esa
idea de que mientras estás allí observando o mirando, hay otro que te está
mirando y tú mismo estás siendo expuesto. Se trata de despertar la intensidad
de lo que tiene ese momento concreto. También se ve en otro trabajo, Robe este
libro (2009), formado por 5.000 libros en cuya cubierta está impreso:
"Robe este libro". La obra funciona por la calidad del texto que
contiene, pero luego está el hecho de que sea un objeto que esté diciendo:
róbame. Y en los museos no se roba, por lo que obedecer a la obra implica una
transgresión del código de conducta. Cuando robas ese libro y lo llevas a casa,
éste sigue diciendo que lo roben. El hecho de la transgresión se extiende en el
tiempo en tanto en cuanto exista ese libro.”
“No existe esa dicotomía
realidad/ficción. La ficción es el único modo que tenemos de construir la
realidad, de aprehenderla. Es una necesidad. La única diferencia está entre las
ficciones útiles, que son las que creamos para sobrevivir, y las ficciones
inútiles, que creamos para divertirnos. Todos tenemos que hacer una
construcción del mundo para poder vivir en él. No hay otra manera de
comunicarse con el mundo más que con la ficción.”
“En mis trabajos sobre los
cómicos (Lenny Bruce y Andy Kaufman), o con el Mendigo (The Beggar's Opera,
para Münster Sculpture Projects), es central la relación entre
actor/autor/artista y público. Esa relación necesita ser calibrada
constantemente, y de modo meticuloso. El problema del autor es que está
empeñado en que las cosas tengan sentido, y el problema de su público es que
sólo quiere autores que den sentido a las cosas. Se ve muy bien en las
películas comerciales, donde no puede haber nada gratuito. Cuando, en la
realidad, todo es gratuito y nada tiene sentido. Entonces, la idea de verdad
significa renunciar al sentido, por lo tanto, renunciar a la autoría, y
consecuentemente, perder la complicidad de gran parte del público.”
“Desde 2000, año en que comienzo
a trabajar con actores, advertí muchas conexiones con el teatro o la danza
experimentales, con autores como Jérôme Bel. Una conexión con el rechazo de
ciertas convenciones en el teatro, en la literatura. Rechazar las convenciones
tiene que ver con la idea de dotar de intensidades nuevas un proceso que la
convención ha anestesiado.”
“En estos vídeos se entrevistan mutuamente
partiendo de esta premisa: todos mienten, y todos lo saben. Es como esas
comedias de situación en donde todos mienten y lo saben y sin embargo mantienen
la ficción porque les interesa, porque la verdad sería una opción mucho peor.”
Interesante manera de decirnos e impedirnos entender,que es necesario esa necesidad de entender, porque como bien lo plantea, nada tiene sentido, y sin embargo siempre lo intentamos encontrar. Debe ser impactante y cuestionador, hasta diría frustrante presenciar esta muestra. Todo un desafío vivencial.
ResponderEliminarbesos!!
Coincido contigo en que la obra de Dora García es todo un desafío al espectador y a esa necesidad que tenemos de encajar todas las piezas para tener una imagen tranquilizadora que Dora nos niega sistemáticamente.
ResponderEliminar¿Qué hacer con un libro que nos está pidiendo abiertamente que lo robemos? ¿Es un robo si se nos está concediendo permiso para llevárnoslo?
Un abrazo!!
Si el dueño de ese libro, me lo está diciendo,me está dando su consentimiento, diría que es una donación y por cierto que no sería un robo, pero igual me sentiría muy incómoda de tomarlo de esa pila.. y creo que ahí sería un momento alto de la performance en la que yo sería la protagonista...
ResponderEliminarbesotes y perdón por la vuelta, jajaj
Imagínate que te lo llevas y llega alguien a tu casa y ve el libro y ese mensaje y se lo lleva. La obra de arte seguiría abierta casi como si se tratara de un bookcrossing. Un libro en permanente viaje en manos de los "ladrones".
ResponderEliminarCiao!!
Interacción, nada de pasotismo, implicación y provocación, absurdo y dudas.
ResponderEliminarMuyyyy interesante lo que dice y hace esta mujer, Dora García, sobre el arte.
Si voy, robo el libro.
Besitos amigo, otro descubrimiento de tu mano.
Interesante entrada e interesante reflexión sobre la labor del artista y su obligación de ser fiel a si mismo, pues si no es así deja de ser arte
ResponderEliminarNATALIA: Coincido contigo en que yo me hubiera marchado con el libro, eso sí con la sensación de que cuando fuera a salir por la puerta de la galería un uniformado me iba a echar el guante jejeje.
ResponderEliminarDora García es una artista más que interesante y no es la única.
Un abrazote!!!
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JESÚS: La fidelidad a uno mismo y a su obra es fundamental para la valoración de un artista. En este caso es, al menos en mi opinión, una de las más interesantes del país.
Un saludo!!
La integridad personal y la lucha con denuedo por lo que crees, es siempre un buen motivo para celebrar.
ResponderEliminarSaludos.
Esos son valores que, me temo, cotizan a la baja por eso cuando encuentras a alguien así hay que valorarlo en lo que vale que es mucho.
ResponderEliminarUn abrazo!!