He promised. Secession, Viena (2002) |
Hace ya unos años en la Bienal de
Arte de Oviedo vi una obra en la que sobre un fondo azul claro el artista había
señalado la silueta de un plato y había escrito: “El arte no da de comer”, una
afirmación con la que seguramente no estaría de acuerdo este tailandés nacido
accidentalmente en Buenos Aires en 1961, ciudad en la que su padre ejercía como
diplomático.
He promised. Secession, Viena (2002) |
Y digo eso porque Tiravanija
tiene una concepción del arte en el que la comida juega un papel fundamental,
no en vano su obra presentación ante el gran público y ante la crítica, en
1992, fue una suerte de acción de guerrilla en la que vació una oficina en el
Soho para convertirla en una completa cocina en la que empezó a cocinar curry
tailandés y cualquiera que pasara por allí podía servirse y comer allí mismo o
llevarse la comida a donde quisiera.
Desde entonces ha repetido
acciones de ese tipo en varias ocasiones, incluso llegó a hacer una réplica de
su apartamento neoyorquino en el interior de una galería, de tal forma que las
personas pudieron quedarse viviendo en esa instalación durante el tiempo que
duró la exposición a pensión completa. Allí la gente dormía, comía e incluso
practicaba sexo.
La actitud de Tiravanija hacia el
arte viene muy influenciada, como él mismo ha reconocido alguna vez, por la
obra de Duchamp y de Malevich, artistas a los que conoció en el instituto
cuando estaba pensando dar a su vida un rumbo profesional como fotoperiodista.
En ese momento decidió que quería probar fortuna en el mundo del arte con una
particular forma de fusionar vida y arte.
Palm Pavilion (2008) |
Entiende el arte como una suerte
de espacio en el que se produce una sociabilidad peculiar, diferente, por medio
de unas instalaciones formadas por objetos modestos, en los que reproduce
espacios que bien pueden ser su apartamento como una chabola o un típico
retrete tailandés, generando una nueva dinámica de interacción y de
visualización de una obra que, en cierto modo, trata de reconstruir fragmentos
de realidad y establecer una dinámica entre la realidad vivida por el
espectador y esa suerte de no representación de la misma.
Untitled. Passport nº3 (2006) |
Es una realidad precaria la que
nos presenta Tiravanija, una realidad en movimiento, dinámica, que no entiende
de fronteras ni de las políticas ni de las mentales, ni suyas ni de un
espectador que se puede ver inmerso en un experimento de tipo social cuando
decide entrar de lleno en una de las instalaciones diseñadas por Tiravanija.
Untitled. Assile flotant (2010) |
Planos de ciudades, pasaportes,
elementos procedentes de lugares de interés arqueológico o arquitectónico, son
símbolos que representan elementos de las experiencias históricas compartidas
que de la mano de este artista ven sus funciones o significados subvertidos,
algo a lo que ayuda con unos títulos que juegan al despiste, que cambian en
función del lugar en el que se muestran. Todo eso crea una gran complejidad en
el particular juego social que nos plantea Tiravanija.
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