Después de pasarse más de dos
décadas como fotógrafa de prensa, Elena Dorfman decidió dar un paso más allá y
dedicarse a la fotografía artística. Eso fue en 2003, como dice Cheri Louise
Turner, y dos años más tarde ya había conseguido el reconocimiento a su trabajo
con la serie Still Lovers.
Una serie que no podía haber
escogido un tema más llamativo que el de esas personas, hombres y mujeres,
capaces de compartir sus vidas con muñecas hinchables, pero no unas muñecas
cualquiera sino unas que únicamente se pueden comprar por Internet al precio de
6.000 dólares. Muñecas hiperrealistas hechas de encargo de tal forma que se
pueden escoger todas sus características físicas.
Con esas fotografías, Dorfman
entra de lleno en el terreno de lo emocional, de los motivos por los que esas
personas deciden convertir a una muñeca en uno más de la familia y no solo por
una razón de índole sexual, que también. Una exploración que “me obligó a
reflexionar acerca del concepto que yo tenía del amor y qué es lo que a valorar
un objeto, que viene a reemplazar de hecho a un ser humano, como algo real”,
explica la propia Dorfman en su página web.
Esta fotógrafa huye de la
tentación de juzgar a esas personas y eso se ve claramente en unas fotografías
que buscan retratar la realidad cotidiana de esas personas, de ese matrimonio
que tiene varias de esas muñecas escondidas en un rincón de la casa para que
sus hijos no las encuentren, y nos deja unas escenas que tienen mucho de
cotidiano y capaces de llenar el aire de cuestiones.
La construcción de la identidad
en relación a los demás, esas personas inmersas en una cultura del manga, de
los cómics, de las novelas ilustradas capaces de mimetizarse con sus héroes o
personajes favoritos, son los sujetos a los que Dorfman retrata en otra de sus
series más celebradas y que lleva el título de Fandomania.
Personas reconocibles en
convenciones, exposiciones o festivales de las más diversas procedencias y
unidas por el afán común de diseñar una identidad con los límites entre
realidad y ficción diluidos. “El teatro del cosplay [vestirse como un
personaje] no tiene fronteras, es impredecible, con final abierto. Incluye lo
fantástico y lo mundano, la sexualidad aberrante y la inocente, personajes
femeninos se convierten en guerreros samuráis o en brillantes científicos y
personajes masculinos que, por arte de magia, se cambian de sexo”, tal y como
se puede leer en aperture.org.
Figuras que coloca ante un fondo
negro del cual parecen salir desde ese mundo de fantasía para hacerse
fantasmagóricamente reales, de la misma manera que los personajes de su serie
más reciente titulada The Pleasure Park, en la que se centra en el mundo de los
jockeys y las carreras de caballos, una mirada particular a ese mundo de purasangres
y de pequeños jinetes sometidos a toda clase de controles alimenticios para
pesar lo menos posible y permitir que el caballo pueda correr más deprisa.
Una nueva exploración entre
ficción y realidad al sacar a los personajes, caballo y jinete, de su contexto
habitual de un hipódromo ofreciendo una visión nueva y chocante con esos
caballos formidables con los ojos tapados para evitar que se asusten y creando
una serie “directa, dramática y cautivadora”, según la definición de Cheri Louise.
Propuesta atrevida la de esta fotógrafa que, como bien apuntas, entra de lleno en el terreno de lo emotivo. Saludos, Alfredo.
ResponderEliminarInteresante propuesta la de hoy en un campo en el que a pesar de ser bastante analfabeto, si tengo claro si algo me llega o no en este caso siento vibraciones al verlas. Gracias pro la propuesta!
ResponderEliminarNo todas las personas tienen ese don y ella sabe sacar lo bueno de lo que ingenia. Un abrazo
ResponderEliminarCuriosa y extraordinaria fotógrafa.
ResponderEliminarComo siempre, un magnífico artículo, que comentaré en mis clases de fotografía.
Abrazos.
PACO: El tema elegido en alguna de sus series es ciertamente original y, coincido contigo, atrevido y por ello muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo!!
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FONOCOPIANDO: Esa es una buena actitud ante el mundo del arte, dejarse llevar y dejar que la obra nos diga o no cosas. Un gran paso para disfrutar del arte.
Un abrazo!!
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AMELIA: Saca a la luz lados insospechados de personas al menos peculiares y con perfiles que se salen de lo que entendemos por "normalidad".
Abrazos!!
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BALAMGO: Gracias por la difusión en tu curso de fotografía, espero que os resulte útil al menos como punto de partida para un rico intercambio de ideas.
Un abrazo!!