Cánones 64 |
“Por la coherencia de su
trayectoria y la vitalidad, complejidad y variedad de un trabajo vinculado con
la tradición constructiva de la vanguardia. Una labor caracterizada por una
resolución formal, depurada y abierta a un amplio abanico de lenguajes y
formatos -poesía concreta, dibujo, libro, escultura o video-, así como a
ámbitos próximos a la música o la arquitectura. El empleo de la teoría de
cálculo y los algoritmos para sus realizaciones artísticas hacen de Elena Asins
una de las pioneras del arte asistido por ordenador en España.”
Esa es la justificación dada por
el jurado del Premio Nacional de Artes Plásticas para otorgar el galardón a la
artista Elena Asins, un galardón que se venía a unir a la Medalla de Oro al
Mérito a las Bellas Artes que ya tenía desde 2006.
En todo caso se premió a una
mujer adelantada a su tiempo cuando en los finales de los años 60 trasladó sus
investigaciones artísticas hacia el campo de las formas salidas de fórmulas
matemáticas, luego producidas a través de medios informáticos.
Cánones 22 |
Un territorio al que llega
después de transitar por el camino de la pintura figurativa y de formar parte de los grupos
Castilla 63, Nueva Generación o la Cooperativa de Producción Artística y
Artesana. En 1968 se producirá un hecho decisivo en la carrera artística de
Asins, como es la participación en seminarios de Generación Automática de
Formas Plásticas en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de
Madrid.
Dolmen 8 unidades |
Sin título |
“Elena Asins comienza explorando
diversas opciones que van desde el arte óptico hasta la pintura monocroma —en
línea con el suprematismo de Malévich—, tanteando e incorporando soportes no
convencionales como el hilo de nylon o sencillas figuras de papel plegado.
También utiliza procedimientos estandarizados de rotulación y mecanografiado,
tipografías letraset, cintas dymo o composiciones realizadas con la máquina de
escribir, para piezas más cercanas a la poesía concreta”, se explica en la
Revista de Arte.
Una abstracción geométrica
rigurosa apoyada en una paleta de negros, blancos y grises, los considerados
como no colores, para un mundo en el que las matemáticas son el referente clave
para unas obras que “son una continua exploración de formas plásticas con la
poesía y la lingüística, la filosofía, la música o la arquitectura. Hay un
juego también con el negro y el gris, con los que consigue ritmos y
composiciones tan delicadas como contundentes”, según se dice en un artículo
publicado en el periódico El País.
Tampoco hay que dejar de lado el
conocimiento de las teorías lingüísticas de Noam Chomsky, con el que estudió en
la Universidad de Columbia, de tal forma que sus obras “pueden entenderse como
metáforas visuales que contienen siempre aquello que no es inteligible y que
permanece como paréntesis o silencio en la teoría estructuralista” (cita
extraída de la web del Museo Reina Sofía)
Fragmento de la memoria |
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