A punto de hacer su trabajo de
graduación en la Universidad de Ohio, en los Estados Unidos, este artista indio
sintió una especie de epifanía, así al menos lo define él mismo, que le llevó a
reencontrarse con sus raíces asiáticas y empezar a desarrollar unas originales
performances en torno a la idea de la identidad, del espacio, de la historia y
de los paisajes tanto naturales como urbanos.
Son tres los personajes
fundamentales a través de los cuales Chopra desarrolla sus acciones: sir Raja,
Yog Raj Chitrakar y el más reciente el tambor solista. Son personajes que
Chopra reconoce que tienen algo de autobiográfico.
“Mientras sir Raja es la
quintaesencia del rey o príncipe indio europeizado, Yog Raj Chitrakar es el
delineante o pintor de paisajes de la era victoriana o del cambio de siglo, que
viaja en expediciones como un explorador que escribe crónicas del mundo que
descubre”, dice el propio autor en su página web, en la que no da ninguna clave
acerca del tercero de los personajes.
Chitrakar está basado en la
figura de su abuelo, que tuvo la oportunidad de estudiar en Alemania y Gran
Bretaña en los años 30, y que durante años fue un apasionado pintor de los
paisajes de la Cachemira. De ahí que en las performances de Chopra aparezca
pintando los paisajes que le acogen, urbanos o naturales, y los pone en
relación con su propia historia o presente.
Pinturas que hace en la misma
calle o en el interior de una galería artística ataviado como si fuera uno de
esos británicos que en el siglo XIX tomaron posesión de la India para
convertirla en la auténtica joya del imperio colonial británico. Performances
en las que se rodea de toda una suerte variopinta de objetos conseguidos en
mercadillos de viejo, objetos que llevan a la performance sus propias
historias, su propio reflejo del paso del tiempo.
Performances las de Chopra en las
que se le puede ver realizando acciones de lo más cotidiano (comer, lavar la
ropa, asearse…), algunas dotadas de un contenido autorreferencial como es el caso
del afeitado de la cabeza, acción que en algunas culturas se relaciona con la
muerte de un ser querido y a la que Chopra dota de un contenido de
renacimiento, de vuelta a la existencia.
Con su trabajo Chopra investiga
como puede “adentrase en lo personal y en lo colectivo, en la historia cultural
para, entre otras cosas, explorar cuestiones como la identidad, el papel que
juega la autobiografía en ello (…) También trato de analizar el proceso de transformación
como algo consciente y capaz de ser experimentado físicamente y representado en
mi trabajo a través de la performance”. (Cita extraída de la web oficial del artista)
De la misma fuente extraigo esta cita: “Mis performances deben de
ser vistas como un relato en el que se cruzan historias familiares, una
narrativa personal y la vida cotidiana. El proceso de convertir eso en una
performance es una forma de acceder a ello, de excavar, extraer y presentarlo
ante el público”. Más adelante añade que “mi sentido de la identidad está
profundamente conectado con mi sentido de la localización en el tiempo y en el
espacio”.
Como siempre en tus entradas, Alfredo, muy interesantes, pues nos presentas obras y métodos de trabajo de artistas no muy conocidos, como los perfomances de este autor indio; me encantó la frase de "sentir su epifanía". Que tengas buena semana.
ResponderEliminarMe pareció curiosa la utilización de esos personajes decimonónicos para hablar de temas tan contemporáneos o, más bien, atemporales, porque en todo tiempo y circunstancia los grupos humanos nos hemos preguntado y lo vamos a seguir haciendo, acerca de la identidad, como se forma y pq es q somos como somos tanto como individuos como como colectividad.
ResponderEliminarUn abrazo y buen inicio de curso!!