domingo, 5 de diciembre de 2010

Peter Fischli y David Weiss (Zurich, 1952 y Zurich, 1946, Suiza)


Hijos de la tradición dadaísta, estos dos artistas suizos, nacidos en la misma ciudad, tienen en el sentido del humor y en una cierta subversión de lo cotidiano, algunas de las claves que permiten acercarse a unas obras con las que únicamente quieren dejar preguntas en al aire, dejando la responsabilidad de dar respuesta, si ello es posible, a los enigmas planteados en manos del espectador.

La presentación en la sociedad artística de estos dos artistas, fue en 1979, año en el que hicieron su Wurst Series, una serie de fotografías de salchichas, que ya empezaban a mostrar la frescura y el desenfado definitorio de toda la trayectoria posterior de una pareja que utiliza medios muy diversos (cine, fotografía, escultura) para dar rienda suelta a su creatividad.


Dos años más tarde, en la ciudad de Los Ángeles, rodaron la que sería su primera película, La mínima resistencia, en la que tomaron carta de naturaleza los personajes del Oso y de la Rata, que serían los protagonistas también de El camino correcto (1983), rodada en las montañas suizas y de Oso y Rata (2008), rodada en el Palazzo Litta de Milán, un edificio del siglo XVIII. Un trilogía dedicada a la civilización, la naturaleza y la alta cultura.

“Fischli & Weiss celebran lo normal. Placeres normales, temores normales, maravillas e irritaciones normales. Aburrimiento normal. Toda esta normalidad me está crispando los nervios. El que su obra sea tan benigna es una trampa en sí misma”, escribe muy bien Adrian Searle.

Y es que la obra de estos suizos trata precisamente sobre eso, sobre la vida, sobre una cotidianidad a la que ellos dan trascendencia artística con un gran sentido del humor, y con una divertida crítica hacia lo que nos rodea y también hacia la obra de arte, y el papel del espectador al que se le hace pensar si todo lo que se le pone delante bajo la categoría de arte, lo es realmente.


En la web masdearte se puede leer: “Sin embargo, a pesar de las diversas vías de comunicación que han empleado y los temas tratados, el público siempre experimenta una mezcla de estupefacción seguida de reflexión. Rozando algunas ocasiones el absurdo, lo más anodino y corriente de la vida queda aquí captado, en una suerte de intento de legitimación donde se cuestiona no sólo lo que ha llegado a ser el arte hoy, sino también, nuestro papel como espectadores al aceptar todo lo que se nos presenta.”

En una entrevista aparecida en el periódico El País, y que firma Javier Hontoria, el propio David Weiss explica que “nuestro trabajo es una invitación a la especulación. Si quisiéramos dar pistas concretas lo haríamos, pero preferimos invitar al espectador a introducirse en algo y que llegue hasta donde quiera. Todas las fases son válidas”.

5 comentarios:

  1. Me he divertido viendo la obra de estos artistas, también algo de estupefacción, ya que todo es válido. Y eso que no me gusta el dadaísmo. Saludos.

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  2. Tienes razón en cuanto a lo que dices de que desde el dadaismo todo parece válido, pero ahí también hay una pregunta poderosa dirigida hacia el espectador acerca de su actitud hacia esas obras, una actitud la más de las veces pasiva y que se limita a dar por bueno algo que le ponen delante sin ningún tipo de crítica fundamentada, sólo porque alguna autoridad en la materia dice que eso es arte y se acabó.

    También es cierto, que para tener ese criterio crítico es necesaria una formación que lo permita, así que es el pez que se muerde la cola.

    Un saludo!!

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  3. Lo cotidiano,lo que vemos todos los
    días, lo que nos rodea, a veces con
    sentido del humor...Es verdad, su
    obra nos hace pensar, reflexionar.
    La web Masdearte: " Sin embargo, a
    pesar de las diversas vías..." me
    gusta y es el comentario que me hubiera gustado dejarte.

    Te envío muchos recuerdos.Saludos.
    Un abrazo.-

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  4. Una mirada lúdica y desenfadada a la cotidianidad, elevando a categoría de arte cosas sencillas lo que nos hace pensar acerca de su propia naturaleza.

    Abrazos!!

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  5. Siempre es bueno deliberar, pensar reflexionar con el arte contemporáneo conceptual. Se oye mil veces decir eso es una tonteria, eso lo haria yo. Pero no se trata de habilidad o de artesania, se trata de reflexionar , discrepar opinar discernir con lo que estamos viendo. La obra cuando se expone está para algo , y como dice el enunciado no está para imitar la vidad sino para profundizar en ella. No todas las obras son iguales. Los materiales se repiten pero no los conceptos.
    Es bueno seguir visitando exposiciones contemporáneas conceptuales porque te obligan a pensar a crear y compartir.
    Un abrazo
    Elisa Merino
    www.elisamerinoc.com

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