La década que va desde el 29 al 19 antes de nuestra era, es el periodo que los ejércitos de Roma necesitaron para culminar la conquista del territorio que hoy ocupan las comunidades autónomas de Asturias y Cantabria, grosso modo.
En ese espacio vivía todo un conglomerado de distintos pueblos habitantes de unos poblados denominados castros, y que habían venido gestándose aproximadamente desde el siglo VIII-VII a.n.e.
La llegada de los invasores romanos va a provocar un cambio sustancial en algunas de las formas de vida indígenas, y en la forma de control y explotación del territorio. Además de utilizar muchos de los castros de los indígenas como centros de control, muchos de ellos vinculados a la explotación del oro, un mineral muy presente en el suroccidente asturiano, los nuevos pobladores van a buscar obtener rendimiento de la agricultura y de la ganadería.
Eso lo va a hacer a través de unos asentamientos que recibirán el nombre de villas, como es el caso de la que se levantó en lo que hoy conocemos como Venta Veranes, una localidad rural muy próxima a la ciudad de Gijón, en cuya fundación Roma tendrá un papel fundamental, y también cercana a una calzada que unía la población leonesa de Astorga con el puerto de Gijón, después de pasar por el importante nudo viario de Lucus Asturum (hoy Lugo de Llanera).
La construcción de esta villa, cuyas excavaciones están abiertas al público, se hizo durante el siglo IV d.n.e. sobre las ruinas de un asentamiento de importancia de una época anterior, y se mantuvo en uso hasta el siglo V. Luego entrará en decadencia, y a lo largo de la Edad Media se utilizará el gran comedor de la villa, rematado con una cabecera semicircular, como iglesia hasta el siglo XIII con su correspondiente necrópolis, para luego entrar en un largo periodo de olvido y no será hasta los años 80 del siglo XX cuando se empiece su excavación arqueológica y estudio pormenorizado.
El espacio de la villa se organiza a partir de una entrada que desemboca en un amplio patio, accesible para cualquier tipo de carromato, no hay que olvidar que las villas son grandes explotaciones agroganaderas y origen de la actual casería asturiana, y de ahí que aparezca flanqueado ese patio por instalaciones agropecuarias como el granero, además de la cocina y el horno.
Al otro lado, siguiendo una estructura longitudinal, aparece el espacio de habitación y de vida diaria, con los huecos organizados a lo largo de un pasillo de varios metros de longitud que permitía llegar, por un lado, a un gran espacio de representación, algunos de cuyos mosaicos se han conservado, y, por el otro, a un comedor también de grandes dimensiones y también con el suelo decorado con mosaicos.
El pasillo presentaba una logia orientada al sur, por lo que no es difícil deducir la sensación que produciría transitar por ese pasillo para luego llegar a la zona más noble de la villa, en una suerte de paseo ceremonial que haría que el visitante fuera captando la importancia del propietario de la villa.
Una gran vivienda que contaba con todas las comodidades de la época, y en la que no podían faltar los baños, que se encontraban anexos al comedor, y al dormitorio del propietario.
Además de constituirse como centros económicos, esas villas también van a ser focos de irradiación de las costumbres y de los usos romanos, de su religión, de su lengua, de su cultura en última instancia, y van dibujando la imagen de una Asturias romana en las que esas pautas procedentes de una cultura con un mayor nivel de desarrollo (hay que recordar que los pueblos prerromanos del norte peninsular son ágrafos, es decir, no conocían la escritura) terminan por fusionarse con las autóctonas para dejarnos un legado histórico de gran importancia en toda la península.
!AVE! ALFREDO...
ResponderEliminarla visitaré sin lugar a dudas. Tiene muuuy buena pinta esta domus, uyyy.
El otro día estuve en la de OLMEDA inmensa de la misma época tradoimperial, provincia de Palencia, también excelentemente explicada con audios y una instalación y reecración de pasmo.
AYYY lo romano, droga dura. !AVE! que tengas a Fortuna y a los dioses de tu lado estos días de viajes felices y para siempre.
Esta villa es más modesta que la que has visitado en Palencia, pero creo que merece la pena que, si pasas por Asturias, la visites. Mi sugerencia sería que unieras la visita al castro de la Campa Torres y las termas romanas de Gijón, a las que dedicaré artículos próximamente. Todo está cerca y se puede pasar un día genial.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Amigo Alfredo, pasamos cerca de Gijón de camino a Galicia, conozco por dos veces los fantásticos baños o termas de Gijón tocando al mar, muyyy bien expuestos, !admirables! Desde luego que visitaré la villa y el castro. No dejo piedra romana sin ver, jejeje, desde la Via de la Plata a Fines-Terrae, desde la Tarraconensis a la Bética, las rastreo, es mi neura, sin olvidar otras cosillas, como todo lo visigótico de Oviedo y alrededores. Una pregunta, ¿¿el Castro está cerca de la villa???
ResponderEliminarConozco también la Via que cruzaba los montes desde Castro Urdiales a León, o Asturica Augusta, o...
!AVE! COMPAÑERO, INTENTARÉ VISITAR VILLA + CASTRO DENTRO DE 10 DÍAS y te digo algo.
Abrazo sincero!!! Salute!!!
Me alegro de que te decidas a venir a visitar estos lugares. Entre el castro y la villa la distancia debe de rondar los 20 kilómetros, más o menos, así que creo que la distancia no es un problema y creo yo que merece la pena.
ResponderEliminarYa me contarás tus impresiones, y tal vez nos pudiéramos encontrar.
Un abrazo!!
Que maravillosa entrada. Es muy interesante todo lo que contas!
ResponderEliminarGracias Carla. Voy a seguir la serie con la termas romanas.
ResponderEliminarUn abrazo!!
El post es interesantísimo y los comentarios un disfrute también. Admiro esa posibilidad de recorrer tan interesantes sitios, lo digo por ti y por Natalia, que por lo visto este último tiempo no se detiene: Y LO BIEN QUE HACEN!!!!!!
ResponderEliminarBESOTES
CAS: Es posible que muy pronto Natalia se pase por Asturias para visitar estos sitios. Espero que se lo pase bien e intentaré contribuir a ello.
ResponderEliminarMe interesa mucho la evolución de los grupos humanos que habitaban la región antes de la llegada de Roma, y como luego se van fusionando ambos pueblos.
De hecho, nuestra lengua, el asturiano, es un paso intermedio entre el latín y el español.
Abrazos!!
Conociendolos a ambos, y teniendoles gran aprecio, me alegra saber de ese encuentro en el que espiritualmente deseo estar cerca. Espero que ya me cuenten y verlos en alguna foto retratados (soy muy curiosa, jaja)
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