Con algo más de 40 años, Gordon es considerado desde antes de cumplir los 30, como uno de los creadores más poderosos en el mundo del video arte, un mundo al que está consagrando su vida artística dentro de unos parámetros que lo podrían relacionar con el arte conceptual, ya que las ideas, el mensaje es lo fundamental para Gordon, independientemente de la vía que se utilice para expresarlas.
Las obras visuales de Douglas Gordon subvierten la realidad que el espectador vincula a lo que está viendo, ya que muchas de las imágenes que Gordon vuelca en sus obras provienen de obras muy conocidas de la historia del cine. Ese es el caso de 24 Hours Psycho, una proyección sobre dos pantallas traslúcidas del clásico de Hitchcock, Psicosis, ralentizada de tal forma que el visionado completo de la película habría que hacerlo en 24 horas. Eso distorsiona totalmente la imagen que tiene el espectador de esa película, y, al mismo tiempo, la desazón se acentúa por el hecho de que se está viendo a través de la pantalla la presencia de otros espectadores.
Eso también hace que el espectador se involucre, aún a su pesar, en la obra de arte y entre a formar parte de la misma mientras se interroga acerca de qué es lo que está viendo, y entra a ser una pieza más de un juego en el que se cuestiona el concepto de autoría y de original. Alrededor irá viendo una serie de imágenes muchas veces acompañadas por textos que tienen poco de convencionales, que llaman a la curiosidad y nos demuestran que las cosas o son siempre como nosotros pensamos que son.
En ese sentido, a Graham le gusta trabajar con pares de conceptos como son los de realidad-ficción, bien-mal, verdad-mentira, vida-muerte. En Ahora no (1998), escribe un texto en el que se habla en pasado y en futuro, sin que el presente aparezca por ningún lado. Como dice G. Fernández en theartwolf.com en relación a la obra titulada De Dios nada (1996): “El espectador puede recorrer la sala, leyendo el texto, compartiendo miedos, despreciando otros e incluso imaginándose otros nuevos, bajo la tenue e inquietante luz de las tres bombillas”.
La obra de Gordon Graham tiene también un lado más oscuro, más referida a su propio interior, caso de los cráneos que colecciona y sobre los que talla una estrella de cinco puntas por cada año cumplido. “Estos cráneos se nos aparecen repetidamente dentro de contextos variables. La figura de la estrella alude a la célebre foto que Man Ray tomó de Marcel Duchamp en 1919, en la que se ve una tonsura en forma de estrella de cinco puntas, probablemente un gesto anticlerical”.
Douglas Gordon - moving images from Institut für Kunstdokumentation on Vimeo.
Hola, qué difícil me lo pones hoy, Douglas Gordon es un artista nuevo para mí. Creo entender en el último vídeo que lo que despertó el interés de utilizar el cine, fue su primera visita en Londres al Tate Gallery, visitando la obra de Francis Bacon. La impresión del color del film era tan intensa que cuando se cerraban los ojos causaba un impacto con las imágenes recibidas, luego su obra debe de ser oscura e inquietante.
ResponderEliminarSaludos.
Un beso.
Efectivamente, habla de Francis Bacon y de Barnett Newman, sobre todo de éste último, y de la impresión que recibió al ver sus obras y como eso le llevó a intentar trasladar esa sensación al mundo de la imagen en movimiento.
ResponderEliminarUn abrazo!!