Con la música de Kroke uno se siente en la cima de la montaña más alta, o en el valle más profundo y en medio, en lugares propicios para la calma, la meditación. Y es que cuando se escucha la música de este trío polaco, especialmente en directo, uno tiene la sensación de que se adentra en esas corrientes telúricas que circulan por el interior de la vida, y accede a dimensiones que, de otra forma, serían inalcanzables.
El pasado día 8, entre la Sociedad Ovetense de Festejos y la empresa Producciones La Ideal, fuimos muchos los que pudimos volver a emocionarnos muy profundamente con la música de esos tres genios absolutos como son Tomasz Kukurba (viola, silbidos y voz), Jerzy Bawol (acordeón) y Tomasz Lato (contrabajo).
Un concierto enmarcado dentro de la gira que están llevando a cabo por nuestro país para presentar su octavo disco, que lleva por título Out of sight, un trabajo en el que vuelven a la formación clásica de trío, dejando fuera la percusión, y que durante más de una hora y media, consiguieron ponerme la piel de gallina con su particular forma de entender la música klezmer, la tradicional de la cultura judía decimonónica, que se fusiona de una forma magistral con el jazz sobre todo, pero también con el rock, el blues, los aires españoles y muchas otras cosas.
Un concierto de Kroke con muchos conciertos en uno sólo, con muchas las sensaciones que consiguen transmitir con su música, todas las alegrías y las tristezas, más abundantes las primeras (no en vano la música klezmer acompaña a muchas de las ceremonias judías como puede ser el matrimonio), que nos encontramos en la vida, de ahí que empezara este comentario diciendo que la música se hizo vida.
Escuchar a Kroke le hace a uno consciente de que la vida sin música tendría una tristeza infinita, mientras que con ella se ilumina, nos hace sentirnos más vivos, más en contacto con la esa realidad intangible del espíritu. Kroke construye unas melodías en las que nos lleva, nos trae, nos coloca al borde del abismo y regresa para volver a recogernos con enorme suavidad y volver a dejarnos a salvo, en un territorio en el que la única tabla de salvación son los aplausos, los bravos, la sensación de haber compartido un momento que va a ser inolvidable.
En este octavo disco, con tema titulado en español (Madrugada), y en el concierto lo pudimos escuchar en vivo, Tomasz Kukurba también hace gala de un virtuosismo vocal, que tiene mucho que ver con oriente, haciendo gala de una sutileza cargada de una belleza extraordinaria, mientras su cuerpo se retuerce sobre sí mismo para dejar salir el borbotón de música que parece poseer su cuerpo.
Tres virtuosos a los que tuve la ocasión de ver en Gijón hace dos años, y que si aquella vez terminaba mi artículo tomando prestadas las palabras de Ramón Trecet que decían, más o menos, que cuando se escucha a Kroke en directo, cuando termina el concierto, inevitablemente vas a empezar a buscar donde van a volver a tocar, esta vez me ocurre lo mismo.
Una música absolutamente recomendable para estados carenciales, y no hace falta que se consulte con ningún farmacéutico. Vida en estado puro.
Me enamora Kroke, tengo casi toda su música, esencias judías, toque eslavo, toque oriental y pizca de jazz, buena fusión.
ResponderEliminar¿Sabes quien me los descubrió hace años?, jajaja, Trecet.
Un !salve! desde el Quinto pino andorranil, natalí
La vida sin música, no es vida: en eso se resume una verdad absoluta. Y si además es para estados carenciales.... pues me voy a buscar algo para colgarlo ya mismo en mi blog de música: TEMO UNA SOBREDOSIS, pero en este caso se que no será nociva. Gracias por tan sensible comentario, hoy te mostraste más en tu sensibilidad que en tu calidad de entendido en arte. BESOTES.
ResponderEliminarNATALIA: Entonces hemos descubierto a estos músicos gracias a la misma persona. Me siento un privilegiado por haber podido disfrutar dos veces de Kroke en directo. Una música fantástica para poner calor al invierno de Andorra.
ResponderEliminarUn abrazo!!
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CAS: Gracias. El mérito es menos mío que de la música de Kroke que consiguen llegar a los terrenos de la sensibilidad más profunda, luego sólo hay que dejarla salir.
Abrazotes transoceánicos!!
No conocía a este trío de músicos llamados Kroke,pero realmente ha merecido la pena de escucharlo, es algo inusual.
ResponderEliminarGracias Alfredo por la recomendación.
Un saludo.
¡Qué suerte tienes!...
ResponderEliminarTengo mucho que leer...y ver.
Volveré si me dejan esta noche...
Un beso.
BALAMGO: A mí al menos me parecen absolutamente geniales, y dieron un concierto fantástico demostrando que son mucho más que un producto de estudio musical. Son músicos con mayúsculas muy grandes.
ResponderEliminarUn abrazo!!
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CALAMANDA: Si se puede, me gusta aprovechar estas oportunidades, sobre todo, cuando voy sobre seguro y sé que me voy a encontrar con una experiencia maravillosa.
Besos!!
con tu permiso coloqué el link en esta entrada. besotes
ResponderEliminarhttp://mudasiperosinmusica.blogspot.com/
Y yo por aquí...es estupendo que lo
ResponderEliminarhagas...
Feliz madrugada...
Un beso.
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ResponderEliminarSiempre bienvenida. Gracias por dejarte caer por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo!!