Con esa sencilla frase iniciaba sus conciertos este artista fundamental para entender algo de la música popular norteamericana, especialmente por lo que al country se refiere, aunque ese no fue el único palo musical que tocó este Hombre de negro, apodo que se le dio a raíz de su costumbre de salir al escenario vestido predominantemente con ese color, que terminó adoptando en contra de todos aquellos artistas que salían al escenario con aquellos trajes de lentejuelas que Cash consideraba que hacían de menos a la música.
Johnny Cash (1932-2003) arrastraba tras de sí una biografía personal que sólo podía tener su paralelo musical en ritmos como el blues o el country, en esas músicas pegadas al alma de una tierra, y al de una clase trabajadora a la que también había cantado algo antes Woody Guthrie, un músico cuya influencia se puede rastrear en Johnny Cash.
Su padre viajaba de polizón en los trenes para ir en busca de trabajo en las aserraderos, mientras que su madre se deslomaba en una lavandería, y él tuvo que empezar a trabajar en la recolección del algodón a los seis años y como aguador para las cuadrillas de trabajadores a cambio de un salario de miseria. Ahí podemos suponer un temprano contacto con la música, con las canciones de trabajo que cantaban aquellas cuadrillas, y el nacimiento de su afición al country.
Parece que su primera canción la escribió a los 12 años y no será hasta su entrada en el ejército, en 1950, cuando aprenda a tocar la guitarra y a componer. Destacado en una base alemana, allí forma su primer grupo al que llamaron The Landsber Barbarians. Luego regresará a los Estados Unidos donde contacta con Sun Records, compañía en la que intenta entrar como cantante de gospel, y con la que acabará triunfando como cantante de blues y country, configurando un sonido muy personal que será conocido como boom chicka boom.
En esos momentos, ya está viviendo en Nashville (Tennessee) y toca con los Tennessee Three, formado por Luther Perkins, Marshall Grant y Red Kernodle, con quienes será telonero en algunos conciertos de Elvis y Carl Perkins, entre otros. Por los finales de los años 50, Cash empezará sus coqueteos con las drogas hasta quedar enganchado a las anfetaminas, como forma de resistir unas giras agotadoras que podían incluir hasta 300 actuaciones. A eso se unirá su dependencia del alcohol. Años más tarde, a principios de 1970, logrará superar sus adicciones y encontrar un refugio en la religión.
Cash siempre sentirá un cariño especial por los presos, lo que le llevará a tocar y a grabar sus actuaciones en directo en prisiones como la de Folsom o San Quintín, e incluso llega a dar un concierto en una prisión sueca a principios de los años 70. Uno de los temas más conocidos de Johnny Cash es el Folsom Prisom Blues, en la que un preso sueña con la libertad y cuenta como ha llegado hasta esa situación. La canción entró en el Top 5 de las listas de country, y en 1957 será el primer artista de Sun en grabar un LP. El tema se lo inspiró el protagonista de la película The Walls of Folsom Prison, que unos dicen que vio durante su estancia en el ejército, y otros que mientras hacía tiempo para tomar un avión.
En casi medio siglo de carrera artística, Johnny Cash ha dejado tras de sí un conjunto de discos y de canciones que han influido en varias generaciones posteriores, e incluso algunos le consideran como un antecedente del gansta rap, por canciones como aquella en la que alguien mataba a otra persona sólo por verla morir, pero como dice Luis Morganti, su música “nunca se ha apartado de lo que mejor conocía: la rebelión del rock ’ n roll, la rebelión dolorosa y autobiográfica del folk, y el deseo herido del country.”
Me asombran estos músicos y artistas de hoy en día que solo dan una docena de conciertos al año y con ellos ya se forran para los restos. Son puro marketing. Nada que ver con los artistas de blues o jazz, como Jonny Cash o B.B. King, que a sus 80 y no sé que años debe de dar 250 conciertos al año. Es una filosofía totalmente diferente, ellos dan esa cantidad de conciertos para poder vivir y porque es su forma de entender la vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Determinados tipos de música están totalmente inmersas en la corriente del mercado puro y duro. La diferencia entre Cash o B.B. King es que éstos son artistas que ya son auténticos clásicos, y muchos de esos que llenan un día un campo de fútbol pasarán al olvido con la misma rapidez con la que llegaron arriba.
ResponderEliminarSaludos!!
Me gustaba mucho y lo escuchaba bastante (a través de mi padre). Aún recuerdo cuándo murió...Dios, qué vieja soy, je, je
ResponderEliminarMe gusta Johnny Cash. Sabía algo de su vida, pero tus datos muestran más aspectos de su vida, lo que acerca más.
ResponderEliminarUn clásico como dices.
Pienso en la transformación de su frustración infantil en música....
ANA: No eres vieja, sólo ocurre que empiezas a tener memoria. Vamos, lo mismo que me ocurre a mí.
ResponderEliminarSaludos!!
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CASANDRA: La verdad es que su infancia y juventud dan perfectamente para un disco repleto de buenas letras.
Un abrazo!!
Es una historia muy interesante la de este musico, vi la pelicula y me gusto mucho.
ResponderEliminarYo no he visto todavía la película. Sin duda, tiene una vida lo suficientemente interesante como para una buena película.
ResponderEliminarSaludos!!