“El arte es la válvula de escape de nuestro sistema represor. Cuanto más dure, y aún mejor, cuanto más prevalente se vuelva, el arte será la máscara de la distracción del sistema. Y un sistema no tiene nada que temer mientras su realidad esté enmascarada, mientras sus contradicciones estén escondidas”
Eso decía en el año 1968 este artista conceptual francés, autor de una obra con una fuerte carga crítica, que suele ser difícil de percibir a simple vista. Con motivo del décimo aniversario del Guggenheim Bilbao, este artista fue el seleccionado para intervenir en el puente de La Salve, con la instalación de un gran pórtico de un llamativo color rojo, una pieza que no tiene nada que ver con el concepto de arco de triunfo (No he querido hacer un arco de triunfo. Está la puerta redondeada que constituye el cuerpo principal, pero también hay una especie de puerta que apunta al cielo y otra por debajo cuya forma se completa al reflejarse en la ría...), y al que tampoco hay que buscarle ningún contenido de ninguna clase al uso de ese determinado color, ya que el propio artista ha dicho que para él los colores no tienen ningún tipo de simbolismo determinado, y que en este caso lo utilizó porque le parecía más adecuado a tenor de las tonalidades del espacio circundante (Para mí es sólo un color que elijo en función de los verdes que hay al otro lado, en la montaña, y del gris cambiante del titanio, pero también de acuerdo al repertorio en formica.)
Con esa obra sigue una larga tradición personal, de realizar intervenciones en espacios públicos y que le llevaría, en el año 1986, a instalar en el patio del Palacio Real de París, una serie de columnas en un espacio de 3.000 metros cuadrados, y en las que utiliza uno de los motivos más definitorios de la obra de este artista, como son las rayas de colores como las que se pueden ver en muchos toldos de cualquier parte del mundo. Rayas todas ellas de 8,7 centímetros de ancho, es decir, totalmente estándar, con las que pretende que el espectador adopte una postura crítica acerca del concepto normalizado de lo que es arte y de lo que no lo es.
Primero las utilizó en carteles pegados en las calles parisinas, para luego pasar a las estaciones de metro sin contar con ningún tipo de autorización para ello, en un suerte de intervención vandálica de corte artístico. Y es que las obras de Buren carecen de un elemento que parece esencial a la obra de arte como es el concepto de autonomía. Sus obras no son objetos autónomos y no rehúye la conceptualización decorativa que a veces se aplica a sus obras: “Normalmente lo decorativo se considera algo negativo; yo lo encuentro muy interesante”.
El uso de las bandas de colores uniformes nace de la intención de Buren por reducir lo pictórico a lo esencial, a una expresión mínima, y con esas bandas podía reducirlo todo a una combinación binaria, a la creación de un espacio con significado por sí mismo y que no remite a nada real, a una representación. Bandas que aparecieron en todo tipo de edificios, en unas intervenciones que ponían de manifiesto cómo los contenedores del arte terminan por tener más importancia que el arte mismo. En esos momentos, Buren forma parte del grupo BMPT, por las iniciales de Buren, Mosset, Parmentier y Toroni. Como escribe José Luis Clemente: “pretendía lograr un arte anónimo e impersonal que no ofreciera al espectador información sobre el artista y la obra. De ese modo, cuestionando la obra única y su especificidad, ha tratado de restarle todo valor estético; nada de gestos, nada de significación, ni figuras, ni abstracciones, ni emociones, ni misterio.”
En esa línea se mueven las llamadas “cabañas explosionadas”, unas estructuras cúbicas transitables, abiertas por todos sus lados, y con una especie de puertas que parecen haber sido afectadas por algún tipo de explosión, y con las que parodia la idea de museo. Digamos que lo que quiere es neutralizar el interior del museo, sus salas de exposición, y todo lo que eso conlleva consigo. Sobre este asunto Buren declaró en una entrevista firmada por Teresa Grandas: “En su gran mayoría y ante todo, es el objeto artístico el que está dominado. Está dominado por el lugar de exposición, está dominado por la máquina museística, por los organizadores de exposiciones, principales depredadores del objeto artístico, está dominado por su rechazo puesto que no puede exponerse, está dominado por su éxito puesto que se le reconoce un cierto valor, está dominado por el mercado desde el momento en que tiene un precio.”
“Dicho esto, no creo que haya trabajos interesantes que no sean críticos o autocríticos, sino que un trabajo que no fuese más que eso sería muy limitado. Es el punto central de mi reflexión, no hay que centrarse en los elementos a criticar, sino que hay que hacer una obra que no dependa más exclusivamente de lo que critica, puesto que si no se convierte en exiguo y pierde su consistencia.”
guau...!!!! impactante
ResponderEliminarY más impactante debe ser estar recorriendo esos espacios viendo esas exposiciones tan peculiares.
me gustan por su color, aunque dice su autor que al color no le asigna un significado, en cuanto al mensaje que quiere trasmitir.
Y vamos a la preguntar: qué es arte y qué no lo es. Hoy arte será un concepto maquinado a partir de lo que fue el arte ayer, por oposición será algo que no fue arte ayer y hoy el desenvolvimiento del pensamiento creativo lo vuelve cada vez más original y sui generis.
"nada de gestos, nada de significación, ni figuras, ni abstracciones, ni emociones, ni misterio"; bueno se nos hace difícil expresar qué nos inspira sin poner en juego ni siquiera la emoción. De repente no te entendí, y menos entedí la obra del artista, pero ten seguro que otra vez despertaste mi interés por leerte, informame y seguir un camino de evolución en mi gusto por el arte.
(De vez en cuando tendría que pedir perdón por mi irreverencia al momento de opinar, cuando nada se y nada conozco. Eso si....siento, y eso mínimamente me habilita, verdad amigo??)
(en el noticiero de la noche acabo de escuchar, luego de otras noticias mucho más desvastadoras, que han robado de un parque público en pocos días dos estatuas que los ladrones suponían de bronce y en realidad eran de hierro, con destino a una fundición y su posterior comercialización como metal, una de Gagarin y otra de Fabini. Como ves, el arte aun el más clásico, está siendo valorado solo por el vil metal, o mejor dicho por el metal con el construído)
El concepto de si es arte o no es arte, me pareció entender que depende de la capacidad de abstracción del espectador, del entorno... ¿es eso lo que pretende? No sé si he entendido bien a este artista.
ResponderEliminarMe pareció ver que incita a la búsqueda, a la creatividad, a la libertad de la mente... y creo que eso tiene mucho de arte.
Un beso*
CASANDRA: Prueba superada. Precisamente muchas de las cuestiones que tu planteas son las que mueven a este artista, así que aunque haya sido sin querer, has entrado en su órbita y te has parado a pensar o al menos te han surgido preguntas en torno al mundo de arte. Y si nos hace pensar ya ha cumplido un objetivo fundamental.
ResponderEliminarAsí que ya sabes, a seguir opinando y sintiendo, por supuesto.
Es simpática la noticia que me cuentas, casi tanto como cuando en el Reina Sofía, el primer museo de arte contemporáneo de este país imposible, se dieron cuenta que de sus almacenes faltaba una pieza de gran tamaño de Richard Serra de la que nunca más se supo.
Abrazos!!
*********
SO: El arte hay que recibirlo como tal, sino es otra cosa y ahí es importante el espectador, aunque entre los propios artistas, galeristas, críticos y otros, se empeñan en decirnos que es lo que tenemos que aceptar como tal y lo que no. Claro que detrás tienen un bagaje cultural para hacerlo, excepto cuando lo hacen por puro mercantilismo o amiguismo, que de eso también hay mucho.
Besos!!
otro artista que tengo que estudiar para mi proyecto, vaya tela, voy a sacarme la carrera ojeando tu blog.
ResponderEliminargracias chico.
De nada. Encantado de esta labor de servicio público. La verdad es que ya van varias casualidades.
ResponderEliminarCiao!!
¡Hola!Bonita definición del
ResponderEliminarArte la que hace Daniel Bure y
magnífica tu reflexión.Contigo
estoy aprendiendo mucho.
Me estoy volviendo loca y como
sabes que me encanta la fotografía
estoy convirtiendo mi blog en un
book mío y le voy a quitar seriedad
y a lo mejor hasta seguidores...
¿sabes?he quitado el trabajo de
Courbet en donde se había quedado
estancado y ahora que he publicado
el nuevo veo que sigue igual y lo
fuerte de todo esto es que he
tenido una nueva seguidora y
cuando he entrado hoy en su blog
veo que estoy con lo antiguo que
he quitado,lo mismo que tú tienes.
Si te enteras lo que puedo hacer
me lo dices por favor.
La foto que has puesto de París
de los cilindros blancos y negros,
tengo fotos subida yo encima y están muy graciosas.
Te mando un fuerte abrazo.
CALAMANDA
Estoy pensando ahora que a
ResponderEliminarlo mejor no tenía que haberme subido encima de los cilindros
¿No es de mal gusto?...Si hubiera
leído antes tu post a lo mejor
hubiera controlado mi intención.
Un abrazo.
Hola. Con los problemas de actualización que tiene tu blog no tengo ni idea de como ayudarte, y es que ms conocimientos informáticos no pasan de usuario. Lo siento.
ResponderEliminarSupongo que las columnas del Louvre están tan a mano que es imposible no pensar en subirse o sentarse en ellas, y piezas como éstas sirven también para desacralizar el arte e interactuar con la obra artística, así que no me parece que sea de mal gusto.
Tu blog es tu blog y de nadie más, y cualquier decisión que tomes al respecto sólo te compete a tí. Por mi parte, te aseguro que me seguiré pasando.
Besos!!