Con la base puesta en algunos de los postulados del minimalismo y del povera, a finales de los años 60 surge una propuesta artística a la que se etiquetará rápidamente como land art o earthwork. En la propia etiqueta se recoge la base fundamental de esta corriente, que no es otra que la propia tierra, los paisajes naturales, la naturaleza en estado puro sobre la que interviene el artista en acciones que para unos no son más que agresiones al medio, mientras que para otros son grandes llamadas a la toma de conciencia sobre la degradación medioambiental provocada por el hombre.
Dejando de lado esa controversia, detrás de las obras de los artistas que se adscriben al land art, se esconde una fascinación por grandes construcciones megalíticas como Stonehenge, las estructuras del calendario indio y los pictogramas del desierto costero del Perú; una suerte de visión romántica del paisaje que coincide con la que tenían pintores decimonónicos como Friedrich o Constable, o incluso los jardines zen japoneses.
“No obstante, también existen algunos precursores directos. Ya en 1940, Isamu Noguchi, había abierto la vía con sus Playgrounds y sus Playmountains modulados en función de paisaje. El versátil emigrado de la Bauhaus, Herbert Bayer, había explorado las posibilidades del paisaje escultural en sus bocetos datados en 1947 (…)”, se dice en el libro Arte del siglo XX, editado por Taschen.
La formulación de este tipo de obras en las que el paisaje es elemento primordial, lógicamente, trajo un alejamiento de los lugares expositivos más habituales hasta ese momento, ya que las obras no se pueden trasladar a la sala de una galería o museo, además de alejarse de un espectador que no puede acceder, salvo invirtiendo una buena dosis de tiempo, a contemplar la obra in situ. De ahí, que estos artistas documenten con fotografías, bocetos y grabaciones cinematográficas para dejar constancia visual de todo el proceso y del resultado final, de tal forma que esos materiales se convertirán en obras de arte en sí mismas, con posibilidad de ser expuestas y apreciadas por el público.
Eso lo hará Robert Smithson, un artista paradigmático de este movimiento que falleció en un accidente de aviación cuando estaba sobre el espacio que iba a ocupar su obra Amarillo Ramp, quien a mediados de los años 60 estaba trabajando en sus series Photo-Markers (fotografía un lugar, revela esas fotos a gran tamaño para colocarlas en el espacio fotografiado, y volver a sacar imágenes del lugar) y sus Sites/Nonsites. El concepto del no lugar va a ser uno de los fundamentales en los trabajos de este artista: “Fotos y mapas documentan un lugar fuera de la galería y a menudo rodeado por minerales metalíferos, pedazos o rocas de minerales del emplazamiento original” (op.cit.)
La construcción de esas esculturas integradas en un paisaje al que modifican y, al mismo tiempo, convierten en algo artístico, exige la intervención de maquinaria pesada de todo tipo para generar unas obras que buscan exaltar a la propia naturaleza a la que dota de un contenido conceptual que antes no tenía o que por lo menos no estaba evidenciado, y que convierte a los propios agentes meteorológicos en agentes artísticos, ya que con su incidencia sobre la obra la modifican y la transforman de una forma caprichosa.
Smithson llegó al land art después de iniciar su formación artística como pintor en la neoyorquina Liga de estudiantes de Arte, para adentrarse por los caminos de la abstracción, hasta que en 1962 se empieza a interesar por la escultura hasta llegar a su obra más famosa como es la Spiral Jetty, en el Gran Lago Salado en el estado de Utah, un muelle en espiral que construyó en 1970. Esta obra, como todas las que se enmarcan en esta corriente, tiene un fuerte contenido conceptual que tiene que ver con la relación que el hombre plantea con el medio que le rodea, en una época de fuerte desarrollo industrial, y de las fuerzas capaces de transformar a esa naturaleza, y del lugar que ocupa el ser humano en relación a ese paisaje.
Paisaje que otras veces es el de la ruina industrial, de edificios, canteras y otros lugares abandonados, y que también van a ser objeto de su interés artístico. Eso obliga al artista a salir de su estudio y trabajar al aire libre, como habían hecho en el XIX los pintores de la Escuela de Barbizon por ejemplo, abandonando el estudio y entrar en comunión con la naturaleza con un espíritu que tiene algo de romántico, como decía más arriba.
Smithson se plantea el problema del lugar, del espacio que va a convertir en obra de arte, muchas de las cuales tienen un componente subterráneo, en un pensamiento que está muy influido, entre otras cosas, por las obras de Borges. Las propuestas que nos plantea Smithson tienen poco de esperanzadoras: “No hay salida, ningún camino a la utopía, ningún más allá en términos de espacios expositivos. Comprendo que es algo inevitable; un ir hacia los bordes, hacia la quebradura, lo antrópico. Pero incluso eso tiene límites”, en palabras del propio Smithson.
Es muy interesante este tipo de arte. Todo lo que sea embellecer, concienciar es hermoso de contemplar. Pero siempre tiene que haber puristas que den su opinión y declaren sin ningún pudor que estilo de arte agrede a la naturaleza. Por qué será que nos gusta siempre juzgar antes que comprender.
ResponderEliminarTe mandamos besos de otoño.
No sé si seré capaz de explicarme, yo me entiendo peeeero...Veamos partiendo de la base de que no tengo idea de todo ese "arte modelno" - del otro tampoco ;-) - no acabo de captar el mensaje de la mayoría de sus obras, sinceramente esa cantidad de madera? en una de tus fotos, te dice algo??? y así la mayoría...
ResponderEliminarMe consta que a sus autores si les dirá pero las más de las veces creo que nos toman el pelo.
No veo la relación con Borges por ningún lado, cachisssss
Vaya tela de comentarista, voy a tener que cerrar el "picu" ;-), mejor el "deu"...
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Medianoche al mediodía ????, hombrepordiossssssss, me he perdido algo?, seguro, espesa que está una.
Felices sueños.
BONSAIMUSIC: Yo también lo encuentro interesante, especialmente por el mensaje ecologista que se esconde detrás, además de lograr una conjunción fantástica entre arte y naturaleza.
ResponderEliminarBesos chicas!!
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FUGA: No me acabo de creer eso de que no tienes ni idea de arte, porque si te gusta tanto la fotografía, un arte que además dominas muy bien, de arte seguro que sabes algo aunque no sea más que de ver la obra de otros fotógrafos, y ahí te habrás encontrado de todo.
Otra cosa distinta es que te llegue o no te llegue, eso es independiente de un disfrute más basado en el conocimiento, y este asunto del arte ya se sabe que tiene su parte de subjetividad, pero la obra de este artista atesora valores que lo convierten en figura fundamental.
Ahora ya es medianoche, así que mi despedida ya ha cobrado sentido. Todo es relativo.
Gracias por tus opiniones. Porfa, no dejes de compartirlas ¿vale?
Besinos en la frente!!
"Otra cosa distinta es que te llegue o no te llegue, eso es independiente de un disfrute más basado en el conocimiento, y este asunto del arte ya se sabe que tiene su parte de subjetividad"
ResponderEliminarTomo tus palabras del comentario a FUGA. Y sí....creo que todavía y quizá por mucho tiempo más (lo que no me preocupa) seguiré en la etapa de conocer y ver antes de poder juzgar con fundamento. Para ello busco por ejemplo tu aporte, invalorable como ya te lo he expresado otras veces.En todo caso, no dejo de emocionarme ante lo que llega en forma más directa a mi sensibilidad, no dejando pasar otros aportes que movilizan aspectos más racionales de mi ser. Y como FUGA me digo, si he sido capaz de hacerme entender, jajaj. Cariños.
Te has explicado, igual que Fuga, con claridad meridiana. El arte tiene un doble nivel de disfrute, uno llamémosle visceral, cuando algo nos toca la fibra sensible en cualquiera de sus formas, y otras que podríamos calificar de intelectual, donde ya entra a jugar el nivel de conocimientos previos que tengamos.
ResponderEliminarLos dos son absolutamente válidos. Lo que hay que dejar de lado es calificar de malo aquello que no nos gusta, porque algo puede no gustarnos y tener calidad artística, si hablamos de este mundo.
Te quedo muy agradecido por el comentario.
Besos!!
Me encanta el land art...lastima que aqui en nuestro pais se vea bien poquito...
ResponderEliminarBesotes!!
Es verdad que por aquí no se ven muchas cosas de estas, cuando es algo tremendamente espectacular.
ResponderEliminarBesos!!
El arte tiene un doble nivel de disfrute, uno llamémosle visceral, cuando algo nos toca la fibra sensible en cualquiera de sus formas
ResponderEliminarEs el único que yo entiendo, a eso me refería en mi comentario, no importa lo que digan "los/as entendidos ", a mí me dice o no me dice, me gusta o no, sin más historias, es más creo que mucha gente se deja llevar por modas y no se atreve a opinar por miedo a que se le tache de inculto/a.
Estoy respondona, joooooo.
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Sigo escuchando esa bella música, graciasssssssss
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Yo me acerco de esa manera a los artistas que no conozco, ver si me dice algo o no, y luego buscó información para llegar a un conocimiento más profundo de lo visto. Entender o no, como en todos los casos, depende de la formación que tenga cada uno, y es verdad que hay gente que por que los que se supone que sabe de los temas, sacralizan algo, ya piensan que si no les gusta es porque no entienden y eso es un error.
ResponderEliminarGracias por el diálogo.
Besinos en la frente!!