Los andaluces de Oho Teatro, trajeron hasta la sala de Cajastur de Oviedo, su visión de la obra de Darío Fo Misterio Bufo, obra que se representó por vez primera en España en 1982. El montaje del grupo andaluz tomó tres de las nueve historias que conforman esa obra, para ser contadas por la actriz Silvia Garzón, dirigida por Marga Reyes.
Yo no he nacido juglar. Esa es la primera frase que se lanza desde el escenario, y que es punto de arranque de un muy buen trabajo en el que la figura del Arlequino, esa figura inmortal de la Comedia del Arte italiana, se combina de forma natural, sin brusquedades con la danza kathakali y elementos procedentes del teatro balinés, para formar un conjunto de enorme interés y resuelto con eficacia y maestría por Silvia Garzón.
Tres historias en las que la ironía, la sátira, la crítica social que caracteriza a la obra de Darío Fo (Premio Nobel de Literatura en 1997), están presentes con todo su esplendor, y en todas ellas aparece la figura de Jesucristo, y que sirven muy bien para denunciar situaciones sociales con las que nos encontramos todos los días. En la primera de ellas, el Arlequino, aparece vestido a la usanza de un campesino del altiplano andino, con la máscara de la Comedia del Arte, para trasladarnos, sin ahorrarnos la dureza de la situación, la historia de un hombre que tiene que elegir entre dejar que el señor viole a su mujer, o quedarse con la tierra que le permite sobrevivir a su familia. La violación se consuma, con una transmutación del juglar en mujer de una delicadeza extraordinaria.
La segunda historia, que es la que peor funciona de las tres ya que parece que avanza a trompicones, es la de dos pícaros, un ciego y su lazarillo, en la que el juego de máscaras tiene una relevancia especial para dar vida a cada uno de los dos personajes a los que Jesucristo les dejará sin medio de vida al devolverle, de lejano milagro, la vista al ciego lo que enfrentará a los dos al dilema de encontrar un trabajo al uso al perder su forma de vida picaresca.
Finalmente, la actriz nos relata en clave cómica el milagro de las bodas de Caná, con un texto que le sirve al autor para enfrentar a la Iglesia católica con algunas de las múltiples contradicciones que contienen sus escrituras de referencia, con ese tono irreverente también característico del autor italiano.
La lengua cobra vida y el teatro arroja su luz poderosa sobre los rincones oscuros del poder, sobre los elementos represivos con los que tenemos que convivir todos los días, y que nos obligan a tomar decisiones que sólo terminan por favorecer a los que nos obligan y no a nosotros mismos. Somos espectadores que hemos tomado conciencia de nuestra importancia y a los que Oho Teatro nos ofrece una posible salida, argumentos para luchar por nuestra libertad, y la risa, el humor ácido y la sátira pueden ser los mejores aliados.
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