Un 16 de junio de 1881, veía la luz por vez primera Natalia Sergeevna Goncharova, en una pequeña localidad de la provincia rusa de Tula. Nace en el seno de una familia acomodada en la que su padre ejercía de arquitecto, y creció en un ambiente de una cierta cultura y de un ambiente liberal, que estará en la base de la trayectoria vital de Natalia Goncharova.
Cuando tenía 10 años la familia se traslada a Moscú, donde cursará sus estudios y conocerá, nueve años después, a Mikhail Larionov, con quien vivió muchos años sin que mediara matrimonio por medio, circunstancia que se mantuvo hasta 1955. Natalia empezará sus estudios artísticos en 1901, iniciándose por los caminos de la escultura, hasta que en 1903 se decidió por la pintura, en parte por la influencia de Larionov. Antes de empezar con el arte asistió a la universidad, algo ciertamente poco habitual en las mujeres de la época, para recibir clases de historia, botánica, zoología y medicina.
La obra de Natalia, como la de muchos de sus contemporáneos, toca múltiples técnicas artísticas y recorre diferentes estilos pictóricos, manteniendo como punto de partida el arte popular tradicional ruso, con el que había entrado en contacto durante sus largas estancias en la casa de su abuela. Así, los trajes populares, los iconos de las iglesias, van a poder verse en muchas de sus obras.
El talento de esta pintora no pasó desapercibido, y ya en 1906 Sergei Diaghilev incluyó algunas de sus obras en el Salón de Otoño de París, con una serie de obras de su primera etapa en la que es muy visible el contacto con las tradiciones populares de su país, a lo que superpuso la forma de pintar de artistas como Matisse o Cézanne. En 1910 expuso en la Asociación de la Libre Estética de Moscú, una muestra que resultó muy polémica ya que dos de sus obras como Dos desnudos y El dios de la fertilidad fueron considerados pornográficos y confiscados por la policía zarista. A pesar de ello, esa exposición la consagró como artista, y fue el punto de salida de la teoría que animaría al grupo La cola de caballo, en el que también participó Larionov, y que pretendía ser la respuesta rusa a los presupuestos pictóricos que estaba marcando la vanguardia de la Europa occidental, y en el que también participaron Tatlin y Malevich.
Con Larionov, Natalia impulsaría la creación del Rayonismo, cuyo manifiesto se publicó en 1913, un estilo que se basaba en le futurismo y el cubismo que pretendía liberar el color y la forma. El estilo se definía por "manchas y rayos de color, que correspondían a las líneas de fuerza de los futuristas, se disponían en composiciones autosuficientes completamente independientes del motivo", como se dice en el volumen I de la obra Arte del siglo XX, publicada por Taschen.
En ocasiones se ha llegado a decir que Goncharova fue una artista de una versatilidad como la que desarrolló Picasso, y es que la rusa también fue la encargada de diseñar los trajes de algunos de los ballets más famosos de Diaghilev, alcanzando un enorme éxito especialmente con el vestuario y los decorados que preparó para un ballet inspirado en El gallo de oro, una obra de Rimsky-Korsakov que se estrenó en París en 1914. También hizo ilustraciones de libros, y entró en contacto, gracias a los viajes con Diaghilev, con el arte popular español. Esa influencia será apreciable en la serie de Spanish Women (Españolas), una serie de figuras femeninas estilizadas vestidas con trajes típicos.
En ocasiones se ha llegado a decir que Goncharova fue una artista de una versatilidad como la que desarrolló Picasso, y es que la rusa también fue la encargada de diseñar los trajes de algunos de los ballets más famosos de Diaghilev, alcanzando un enorme éxito especialmente con el vestuario y los decorados que preparó para un ballet inspirado en El gallo de oro, una obra de Rimsky-Korsakov que se estrenó en París en 1914. También hizo ilustraciones de libros, y entró en contacto, gracias a los viajes con Diaghilev, con el arte popular español. Esa influencia será apreciable en la serie de Spanish Women (Españolas), una serie de figuras femeninas estilizadas vestidas con trajes típicos.
A Goncharova nunca le interesó demasiado promocionar su obra, ni aparecer en público, lo que hizo que la influencia artística que había llegado a desarrollar en los años 10, se fuera diluyendo, además de tener que padecer dos guerras mundiales y los sucesos revolucionarios en su país que le impidieron regresar a su tierra. La artista no sería redescubierta hasta 1954, gracias a una exposición organizada en Edimburgo y Londres, y un año antes de morir el British Arts Council hizo una retrospectiva de la pareja Goncharova-Larionov en la que se incluyeron también sus diseños para teatro.
Has hecho una biografía completísima de esta artista tan polifacética que fue considerada la primera cubista en Rusia. Revolucionaria arrepentida tras la muerte de Lenin.
ResponderEliminarBesos multicolores de nuestra parte.
Una pintora que desconocia, las mujeres suelen pintar mas que los hombres, pero la fama se la llevan ellos
ResponderEliminarJesus
MILA: Fueron muchos los artistas de la vanguardia rusa que quedaron desencantados con la deriva que tomó ese soplo de esperanza que supuso la Revolución de Octubre, que se acabó convirtiendo en una dictadura como la de los zares, y aplastó cualquier atisbo de modernidad en el país.
ResponderEliminarAbrazos para las dos!!
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JESÚS: Natalia es una de las mejores representantes del arte de vanguardia de los años 20, de esa escuela rusa que tan buenos resultados estaba dando hasta que se acabó lo que se daba con el régimen comunista. Es cierto, que a veces no se presta la debida atención a las mujeres artistas anteriores a la segunda mitad del XIX, pero eso hoy ya está superado.
Un saludo.
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MILA-MORES: Gracias por el comentario generoso. Yo siempre digo que si saber, no importa si es mucho o es poco, sirve para algo es para poder compartirlo. Y en esas estoy.
Saludos transoceánicos!!