En esta novela, la última del autor cartagenero hasta la fecha, nos mete de lleno en uno de los considerados como grandes episodios históricos de este país, y que Reverte desmitifica al considerarlo un “día de cabreo” y no un momento patriótico. Se trata concretamente del dos de mayor de 1808, ese día en el que el pueblo de Madrid decide levantarse contra los invasores franceses cuando sospechan que el infante real va a ser llevado a Francia, donde ya estaba Carlos IV y el futuro Fernando VII, entre otros miembros de la familia real.
Un día que tuvo muy poco de gloria y sí mucho de barbarie, en el que fue el pueblo llano el que tomó la iniciativa, abandonado por toda la clase dirigente política, militar y religiosa, de enfrentarse al que era en aquel entonces el mejor ejército del mundo, formado por soldados fogueados en los campos de batalla de media Europa.
Un día que tuvo muy poco de gloria y sí mucho de barbarie, en el que fue el pueblo llano el que tomó la iniciativa, abandonado por toda la clase dirigente política, militar y religiosa, de enfrentarse al que era en aquel entonces el mejor ejército del mundo, formado por soldados fogueados en los campos de batalla de media Europa.
Este es un momento de la historia que ha sido contado muchas veces, y al que Reverte aporta un punto de vista nuevo. El de esos nombres que no saltan a los libros de historia, en los que se recuerda a Daoiz y Velarde, los dos capitanes que si dieron un paso al frente y plantaron cara al francés, y que ahora Reverte rescata del anonimato. Hace que conozcamos los nombres reales de los que tomaron parte en la refriega, y nuestra imaginación se encarga de ponerles cara, mientras corremos con ellos por las calles y callejas del Madrid decimonónico, nos agachamos, como ellos, cuando sentimos que las balas francesas silban por encima de nuestras cabezas, y sentimos el aliento implacable de los caballos de los mamelucos tocando a la carga.
Con una escritura ágil, y con un dominio de las palabras ciertamente magistral, Reverte consigue trasladarnos toda la barbarie y también el heroísmo, de unos hombres y mujeres que no dudaban en lanzarse a pecho descubierto contra los soldados franceses, con las navajas como arma principal apoyadas con tiestos, tejas, muebles y todo lo que se pudiera arrojar. Una lucha desesperada y desesperanzada que, una vez puesta en marcha, ya no tiene vuelta atrás posible y que se mantiene por vergüenza, por el qué dirán o por simple cabezonería. También es un día trágico para aquellos a los que se llamaba con desprecio "afrancesados", esos españoles deseosos de que el espíritu de la Ilustración sacara a España de las tinieblas de ignorancia en las que se encontraba, y que en ese momento se vieron debatidos entre dos sentimientos totalmente opuestos.
Mi conclusión es que ¡maldito día! El Dos de Mayo es una losa que aún nos pesa. Es el día en que el instinto, el coraje, el fanatismo, el valor, el patriotismo, el ansia de rapiña, el deseo de venganza, lo noble y lo innoble produjeron un proceso que trajo consecuencias terribles para España. Los madrileños luchan en el bando equivocado ese día. Para restituir el viejo orden, casposo, ruin. Esa épica callejera nos metió en una pesadilla que arrastramos hasta hoy, ahí nacen las dos Españas. Insisto: ¡maldito sea el día! El drama del Dos de Mayo no es sólo el de los 400 muertos españoles censados. Es el de la inteligencia, el drama de los lúcidos. De la gente que sabe que la razón, el progreso, está del lado de los franceses, que el futuro es ése. Y que combatir a los franceses es defender a unos reyes incapaces y a unos curas fanáticos. La familia real, española, esos Borbones, eran lo más abyecto, despreciable y vil de Europa. Por eso mucha gente se quedó en sus casas. , por eso luchó quien luchó y no luchó quien no luchó. Moratín, Goya, Blanco White... Qué día más terrible cuando el bando del honor se contrapone abiertamente a todo lo que quieres y en lo que crees.
Confieso que Arturo Pérez Reverte no es uno de mis novelistas preferidos, entre otra cosas porque no me gusta mucho la novela histórica o basada en hechos históricos, pero comprendo que es un autor muy prolófico y buen escritor.
ResponderEliminarTambién quiero felicitarte las fiestas y dejarte este pequeño detalle que rescaté de la red y que espero te guste.
_____________________*X*
___________________*Paz*
___________________*Unión*
__________________*alegrías*
_________________*Esperanzas*
________________*Amor_Sucesos*
________________*Realizaciones*
______________*Respeto_armonía*
_____________*Salud__solidaridad*
____________*Felicidad___Humildad*
___________*Cofraternización__Pureza*
__________*Amistad__Sabiduría_Perdón*
_________*Igualdad_Libertad_buena suerte*
________*Sinceridad_Estima__Fraternidad*
_______*equilibrio__Dignidad__Benevolencia*
______*fe_Bondad_Paciencia_Ventura _Fuerza*
____*Tenacidad-Prosperidad--_Reconocimiento***
__*Son mis deseos Feliz Navidad y Año Nuevo 2008*
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Un abrazo.
Gracias por la felicitación, Milagros. Reúne un montón de cosas que nos ayudarán a tener un mejor 2008.
ResponderEliminarAunque no toda la obra de Reverte me gusta por igual, reconozco que está en mi galería de imprescindibles.
Un abrazo!
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ALFREDO: Ahora me paso para dejar mi vito a favor de tu blog.
Feliz año de cine!