Un día los dioses decidieron reunirse en asamblea, para decidir dónde poner las respuestas a las preguntas esenciales de la vida. No para decidir cómo iban a ser los elefantes o cuantas piernas iban a tener los hombres. No, para eso no. Nada más y nada menos que para decidir dónde poner las respuestas a las preguntas esenciales de la vida.
La asamblea iba transcurriendo, día tras día, sin que los dioses llegaran a un acuerdo, porque había que buscar el lugar más difícil para colocar un asunto tan importante. Nada más y nada menos que las respuestas a las preguntas esenciales de la vida. Uno de ellos propuso: pongámoslas en la montaña más alta del mundo. No, ahí, no –dijeron los otros– porque seguro que los hombres aprenderán a escalar y las encontrarán; no, tiene que ser en un sitio bien difícil.
Siguieron las discusiones, y otro de los dioses dijo: pongámoslas en el fondo del mar; es bien difícil llegar al fondo del mar. Los demás rechazaron la propuesta: los hombres aprenderán a nadar y muy pronto llegarán al fondo del mar y las encontrarán.
Las hojas de todos los calendarios ya se habían caído todas de tanto esperar, cuando un dios les dijo a los otros: pongamos la respuesta a las preguntas esenciales de la vida en el interior del hombre, porque ahí nunca se van a atrever a entrar.
Esa historia la contó (tal y como yo la recuerdo) la actriz Cristina Castrillo durante su narración sobre lo que ha sido su recorrido por el proceloso camino que lleva hasta la condición de actor / actriz. A lo largo de una hora ofreció un monólogo absolutamente maravilloso e imprescindible, tanto para espectadores como para los que quieren llegar a hacerse acreedores al "título" de actor / actriz, en lo que fue una demostración palpable de que más allá de sobreactuaciones, manierismos varios, fraseos deficientes y una mera simulación de emociones, se puede encontrar una verdad basada en una sencillez enormemente compleja y que sólo es posible alcanzar después de un proceloso camino de constante investigación personal, de recorrido por los oscuros pasillos del interior de la persona.
Una hora de complicidad, de relación sencilla, directa, con los espectadores, también con humildad, sin alharacas, ni poses afectadas, de gestualidad precisa con la que subrayar unas palabras que iba depositando en nosotros con el ritmo justo, con la velocidad adecuada, con las pausas necesarias, con silencios cargados de significado, formando un todo homogéneo en el que ninguna parte era superflua.
Todo para mostrarnos un trabajo interior basado en las imágenes, en las sensaciones profundas que provocan en nosotros los estados de ánimo, y que luego se pueden convertir en partituras de movimientos abstractos, de significados más crípticos pero infinitamente más ricos porque obligan al espectador a confrontarlos con sus propios esquemas, y extraer de la propuesta del actor / actriz unas conclusiones absolutamente personales y que contribuyen a enriquecer tanto el hecho teatral como al propio espectador, quien establece, así, una comunicación silenciosa, pero perceptible, con el escenario.
"Cada uno ha nacido en este mundo en un lugar o en otro, en un tiempo o en otro, para desplegar, en las condiciones de su tiempo y de su sitio, la autonomía de su propia condición" Joseph Campbell (citado en el programa de la demostración)
yo me da que naci en otro mundo, jajajajajajaja a que me ves un poco extraterrestre?, jejejejejeje, anda que como me digas que si me matas, jajajajajajaja
ResponderEliminarbesitos cielo y que tengas un feliz dia, muack
¿No se dice aquello de que las mujeres sois de Venus y nosotros de Marte? Sólo de vez en cuando nos mandamos unos meteoritos unos a otros y se producen deslumbramientos estelares. Pues eso, todos extraterrestres a ver si por el espacio insondable encontramos algo de vida inteligente.
ResponderEliminarUn beso!
Ha de ser la representación teatral un reflejo exacto de la realidad tal cual la observamos desde fuera? O ha de ser el resultado de una introspección personal sobre lo que se quiere expresar? Más o menos esa es la pregunta que una se hace cuando ve, y sobre todo "escucha", a esta actriz en ese tiempo que nos dedicó.
ResponderEliminarHola Jimena. También comentó aquello de que los recuerdos que tenemos no se ajustan fielmente al hecho que recordamos, sino que es una reelaboración de aquello.
ResponderEliminarCabe, y de hecho es lo que más se ve por ahí, el intento de recreación de la realidad, pero es más interesante, al menos para mí, intentar transmitir las sensaciones y sentimientos que esa realidad nos provoca. Pero eso son palabras mayores y sólo apto para actores / actrices de los de verdad.
Un beso!