Norah Jones. Come away with me
A las tres de la madrugada, en cualquier garito de la ciudad hay dos o tres fulanos con cuyo rostro se podría esclarecer la última caída de la Bolsa y seis asesinatos. Con razón dice el detective Fuller que cada vez que se cruza con un hombre a esa hora, no sabe si darle las buenas noches o leerle sus derechos. A Lorraine Webster la asesinaron a las tres de la madrugada en Shorts, un bar de mala nota que tiene merecida fama de que nadie se fija en nadie, de modo que a última hora no es rato que el barman haga el arqueo de su caja a sabiendas de que al cadáver de la mesa del fondo sobra quien le haya pagado las copas. En sitios como Shorts todo el mundo tiene tan mal aspecto que podrá ocurrir que en la redada por un asesinato la Policía incluso sacase esposado al muerto. No comprendo qué podía buscar Lorraine en un sitio así. Tantos años después de su muerte, todavía me pregunto qué clase de aliciente puede encontrar una mariposa en el interior de un cerdo.
Lorraine estaba acostumbrada a las malas compañías y a los lugares confusos pero jamás la imaginé en un garito como Shorts, un sitio en el que la mitad de la clientela incluso podría estar de vuelta de la muerte. Artie Fuller me dio algunos detalles de las pesquisas policiales pero no hubo un solo detalle que me quedase medianamente claro. “Pudo ser cualquiera, Al, muchacho, ya sabes lo que dice el columnista Chester Newman, que las únicas diferencias entre Shorts y la guerra son los pufos, el bidé y el barman”. La muerte era lo habitual en un lugar tan desalmado, de modo que el balazo en el pecho de Lorraine Webster el forense lo zanjó como si en una mujer tan hermosa aquel proyectil del nueve largo fuese bisutería. El detective Fuller quiso animarme con una nota de cumplida humanidad: “Si te sirve de consuelo, muchacho, te diré que Lorraine tenía el magnífico aspecto de un cadáver dispuesto a colaborar, así que el teniente Hoffman tomó nota de que tendido en el suelo del Shorts yacía un cuerpo de una mujer que aparentaba retención de empaque”.
El caso es que rehusé ver el cadáver cuando lo velaron en la funeraria de Jerry Mangano. No quise verla resplandeciente e inanimada, como un sello de correos al que le hubiese fallado la goma. Su muerte sigue siendo un misterio que no hace sino revalorizar su recuerdo, como un van Gogh con una mancha de sangre en la firma. Hace muchos años de aquello, muchacho, pero todavía al pronunciar su nombre me sube la saliva a la boca. Con el tiempo conocí a muchas mujeres. Ninguna es como ella. Tienen los ojos parecidos, pero es distinta la letra a lápiz de su mirada. Sólo Lorraine era capaz de precintar un espejo con aquella mirada en la que había un tercio de ginebra, dos partes de neón y una aceituna empalada con un hueso invertebrado.
Lorraine estaba acostumbrada a las malas compañías y a los lugares confusos pero jamás la imaginé en un garito como Shorts, un sitio en el que la mitad de la clientela incluso podría estar de vuelta de la muerte. Artie Fuller me dio algunos detalles de las pesquisas policiales pero no hubo un solo detalle que me quedase medianamente claro. “Pudo ser cualquiera, Al, muchacho, ya sabes lo que dice el columnista Chester Newman, que las únicas diferencias entre Shorts y la guerra son los pufos, el bidé y el barman”. La muerte era lo habitual en un lugar tan desalmado, de modo que el balazo en el pecho de Lorraine Webster el forense lo zanjó como si en una mujer tan hermosa aquel proyectil del nueve largo fuese bisutería. El detective Fuller quiso animarme con una nota de cumplida humanidad: “Si te sirve de consuelo, muchacho, te diré que Lorraine tenía el magnífico aspecto de un cadáver dispuesto a colaborar, así que el teniente Hoffman tomó nota de que tendido en el suelo del Shorts yacía un cuerpo de una mujer que aparentaba retención de empaque”.
El caso es que rehusé ver el cadáver cuando lo velaron en la funeraria de Jerry Mangano. No quise verla resplandeciente e inanimada, como un sello de correos al que le hubiese fallado la goma. Su muerte sigue siendo un misterio que no hace sino revalorizar su recuerdo, como un van Gogh con una mancha de sangre en la firma. Hace muchos años de aquello, muchacho, pero todavía al pronunciar su nombre me sube la saliva a la boca. Con el tiempo conocí a muchas mujeres. Ninguna es como ella. Tienen los ojos parecidos, pero es distinta la letra a lápiz de su mirada. Sólo Lorraine era capaz de precintar un espejo con aquella mirada en la que había un tercio de ginebra, dos partes de neón y una aceituna empalada con un hueso invertebrado.
Cassandra Wilson. Harvest Moon
Me gusta! Me Gustannn estas historias del Savoyy!!...Arranqué re perdida...lo sé! :S .... pero noisé estas palabras..estos textos y la magia, el toque de la música que lo ponés de una u otra manera, te atrapan, te llevan, te transportan...claro! Si uno está predispuesto...mucho mejor! Me re gusta, Asturiano!...
ResponderEliminarEmpezando con Norah... ese tema! y después este texto...jeje...que me he sentido identificada, por algún tiempo pasado mío...quizás?? jajaja!
"Lorraine estaba acostumbrada a las malas compañías y a los lugares confusos pero jamás la imaginé en un garito como Shorts, un sitio en el que la mitad de la clientela incluso podría estar de vuelta de la muerte.".... que profunda esta frasee!! jajaj..es en chiste...pero bueno amí me llegó...y la frase de "Comer para olvidar y beber para recordar" jajaj! bueno también la adopto! ;) Y no estoy de acuerdo con vos en eso de las CASUALIDADES...para mí no existen las casualidades sí existen las CAUSA-lidades.... esa especie de ley, de CAUSA-EFECTO...no?...y eso de que estamos predispuestos para que las cosas nos sucedan.....mmmmmm.....no, nop....a veces nos suceden cosas que ni esperamos o teníamos planeadas en nosotros, en nuestra vida... mmmm.....españolete...que no comparto mucha esa idea tuya...je!O a vos nunca te pasó de "algo inesperado"...y te preguntás y esto?? por qué? O el libro...tanto buscarlo, tanto buscarlo....y no encontrarlo recién hasta ahora... bien podr
ías haber dado con él..antes...o no?
bueno..que ya me extendí como siempre!! SORRISSS!!! jajaja!
Besotess asturianoo!! Cuidate muchio!!
Asturiano pasate por mi blog...te dejé algo....mmmm....yo me arriegué...lo harás??jejej sino todo bien!! besotesss!! ;)
ResponderEliminarMe temo que te inoculado un nuevo "veneno" después de Marlango y Najwa, y es el de Alvite. Como sigas así vas a tener que entrar en un centro de desintoxicación, jejejejeje, o dejar de pasarte por aquí, pero eso que no se te ocurra.
ResponderEliminarCada frase de Alvite es tan certera como un disparo a bocajarro, te llevan mucho más allá del puro significado de las palabras.
Luego están el jazz, el blues, el swing como las banadas sonoras que creo que mejor le pegan a estas historias y entonces el placer se multiplica.
Causalidades, en efecto, estamos de acuerdo.
Un saludo desde esta Asturias verde, lluviosa y donde a veces también sale el sol.