La posesión de la verdad no es menos peligrosa que la de dinamita o titadyne. La serie funciona así: posesión de la verdad-imposición de la verdad-violencia. De una vez por todas habría que dividir a la humanidad entre poseedores y no poseedores de la verdad. A los primeros podría dárseles un continente entero, rodeado de un cordón sanitario, para que allí diriman sus cuitas. El territorio estaría dividido en varios círculos concéntricos. En el núcleo irían los poseedores de verdad más radicales, como talibanes, etarras, ayatolás, dictadores marxista-leninistas, etcétera. En el último círculo irían los poseedores de verdad más benévolos, como los rectores del FMI y los de la Secretaría para la Doctrina de la Fe. Haciendo una buena criba, es posible que los poseedores de la verdad no sean tantos como parecen, y al final baste con darles una isla de mediano tamaño, a ser posible volcánica.
Pedro de Silva
Publicado en el periódico La Nueva España el martes 24 de junio de 2007.
Pedro de Silva
Publicado en el periódico La Nueva España el martes 24 de junio de 2007.
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