Acto I. Escena I
Lugar solitario. Truenos y rayos. Llegan las tres brujas.
Bruja primera.- ¿Cuándo nos reuniremos de nuevo las tres? ¿Otra vez que truene y caigan rayos y centellas, o cuando llueva?
Bruja segunda.- Cuando cese la barahúnda, cuando se haya perdido y ganado la batalla
Bruja tercera.- Eso ocurrirá antes de ocultarse el sol.
Bruja primera.- ¿Y dónde?
Bruja segunda.- Entre los matorrales.
Bruja tercera.- Allí para reunirnos con McBeth.
Bruja primera.- ¡Voy, zarrapastrosa!
Todas.- Ese espantajo nos llama… ¡En seguida! Lo hermoso es horrible y lo horrible hermoso: volemos a través de la niebla y del aire corrompido.
(Se van)
Lugar solitario. Truenos y rayos. Llegan las tres brujas.
Bruja primera.- ¿Cuándo nos reuniremos de nuevo las tres? ¿Otra vez que truene y caigan rayos y centellas, o cuando llueva?
Bruja segunda.- Cuando cese la barahúnda, cuando se haya perdido y ganado la batalla
Bruja tercera.- Eso ocurrirá antes de ocultarse el sol.
Bruja primera.- ¿Y dónde?
Bruja segunda.- Entre los matorrales.
Bruja tercera.- Allí para reunirnos con McBeth.
Bruja primera.- ¡Voy, zarrapastrosa!
Todas.- Ese espantajo nos llama… ¡En seguida! Lo hermoso es horrible y lo horrible hermoso: volemos a través de la niebla y del aire corrompido.
(Se van)
Acto I. Escena III
Páramo cerca de Forres. Truena. Entran las tres brujas.
Bruja primera.- ¿Dónde has estado, hermana?
Bruja segunda.- Degollando cerdos.
Bruja tercera.- ¿Y tú, hermana?
Bruja primera.- La mujer de un marinero tenía castañas entre las faldas y las comía, devorándolas y devorándolas. “Dame”, le dije. “Aparta de aquí, bruja”, gritó la sarnosa gordinflona. Su marido, patrón del Tigre, partió para Alepo; pero en una canasta he de navegar hasta allí, y luego, como ratón escondido en la bodega, roeré un agujero en el casco de la embarcación. ¡Lo haré, ya lo creo que lo haré!
Bruja segunda.- Soplaré uno de los vientos en tu dirección.
Bruja primera.- ¡Qué buena eres!
Bruja tercera.- Y yo otro.
Bruja primera.- Como domino los demás y conozco los verdaderos puntos de donde soplan y sé sus rumbos, soy dueña de la rosa náutica. Le dejaré seco como el heno: ni de día ni de noche colgará de sus párpados el sueño; vivirá como un proscrito: fatigado siete noches consecutivas durante nueve veces nueve semanas, se consumirá, enfermará y desfallecerá; y no se hundirá su barca, pero la sacudirán las tempestades… ¡Ah, y mirad lo que tengo!
Bruja segunda.- ¿Qué es? Enséñamelo.
Bruja primera.- El dedo pulgar de un piloto que naufragó mientras volvía a su puerto.
(Suena dentro el tambor)
Bruja tercera.- ¡El tambor, el tambor! ¡Macbeth viene!
Todas.- Las Parcas, mensajeras de tierra y mar, con las manos enlazadas, rondan y dan vueltas: tres por ti, tres por mí, y otras tres además, que hacen nueve… ¡Callemos, que acabó el conjuro!
Páramo cerca de Forres. Truena. Entran las tres brujas.
Bruja primera.- ¿Dónde has estado, hermana?
Bruja segunda.- Degollando cerdos.
Bruja tercera.- ¿Y tú, hermana?
Bruja primera.- La mujer de un marinero tenía castañas entre las faldas y las comía, devorándolas y devorándolas. “Dame”, le dije. “Aparta de aquí, bruja”, gritó la sarnosa gordinflona. Su marido, patrón del Tigre, partió para Alepo; pero en una canasta he de navegar hasta allí, y luego, como ratón escondido en la bodega, roeré un agujero en el casco de la embarcación. ¡Lo haré, ya lo creo que lo haré!
Bruja segunda.- Soplaré uno de los vientos en tu dirección.
Bruja primera.- ¡Qué buena eres!
Bruja tercera.- Y yo otro.
Bruja primera.- Como domino los demás y conozco los verdaderos puntos de donde soplan y sé sus rumbos, soy dueña de la rosa náutica. Le dejaré seco como el heno: ni de día ni de noche colgará de sus párpados el sueño; vivirá como un proscrito: fatigado siete noches consecutivas durante nueve veces nueve semanas, se consumirá, enfermará y desfallecerá; y no se hundirá su barca, pero la sacudirán las tempestades… ¡Ah, y mirad lo que tengo!
Bruja segunda.- ¿Qué es? Enséñamelo.
Bruja primera.- El dedo pulgar de un piloto que naufragó mientras volvía a su puerto.
(Suena dentro el tambor)
Bruja tercera.- ¡El tambor, el tambor! ¡Macbeth viene!
Todas.- Las Parcas, mensajeras de tierra y mar, con las manos enlazadas, rondan y dan vueltas: tres por ti, tres por mí, y otras tres además, que hacen nueve… ¡Callemos, que acabó el conjuro!
Acto IV. Escena I
Una caverna. En medio, una caldera hirviendo. Truenos. Entran las tres brujas.
Bruja primera.- Tres veces maulló el gato atigrado.
Bruja segunda.- Tres y una más gimió el erizo.
Bruja tercera.- “Llegó el momento”, nos anuncia la arpía.
Bruja primera.- Dancemos en torno a la caldera y alimentémosla con entrañas emponzoñadas. Tú, sapo, que durante treinta y un días y otras tantas noches has sudado veneno bajo fría piedra, serás el primero que cuezas en la cazuela encantada.
Las tres.- Redoblemos el trabajo y el afán, y abrasará el fuego y hervirá la caldera.
Bruja segunda.- Hervid y coceos en la cazuela, rueda de víbora, ojo de lagartija, pie de rana, piel de murciélago, lengua de perro, estiércol de sierpe, aguijón de culebra, pierna de lagarto y ala de mochuelo: coced y hervid como su fuerais filtro infernal, para darnos un poderoso hechizo.
Las tres.- Redoblemos el trabajo y el afán, y abrasaré el fuego la caldera.
Bruja tercera.- Coceos y hervid, escama de dragón, diente de lobo, betún de brujas, vejiga de tiburón, raíz de cicuta de noche arrancada, hígado de judío blasfemo, hiel de cabra, hojas de abeto plateadas a la luz de la luna que se oculta, nariz de turco, labio de tártaro, dedo de criatura estrangulada al nacer y arrojada al foso por una mujerzuela: todo esto, mezclado con entrañas de tigre, son los ingredientes de nuestra cazuela.
Las tres.- Redoblemos el trabajo y el afán, y abrasará el fuego y hervirá la caldera.
Bruja segunda.- Enfriémoslo con sangre de mono, y estará el hechizo completo y dispuesto.
(Entra Hécate, uniéndose a las tres brujas)
Hécate.- ¡Magnífico! Habéis realizado un gran trabajo y participareis del triunfo. Y ahora, cantad todas en rededor de la caldera, como si los trasgos y las hadas formaran un anillo, y hechizad cuanto habéis echado a la cazuela.
(Música y canto. Se retira Hécate)
Bruja segunda.- Por la picazón de mis dedos adivino que se acerca un malvado… ¡Abrid paso, puertas, a quienquiera que llame!
(Entra Macbeth)
Una caverna. En medio, una caldera hirviendo. Truenos. Entran las tres brujas.
Bruja primera.- Tres veces maulló el gato atigrado.
Bruja segunda.- Tres y una más gimió el erizo.
Bruja tercera.- “Llegó el momento”, nos anuncia la arpía.
Bruja primera.- Dancemos en torno a la caldera y alimentémosla con entrañas emponzoñadas. Tú, sapo, que durante treinta y un días y otras tantas noches has sudado veneno bajo fría piedra, serás el primero que cuezas en la cazuela encantada.
Las tres.- Redoblemos el trabajo y el afán, y abrasará el fuego y hervirá la caldera.
Bruja segunda.- Hervid y coceos en la cazuela, rueda de víbora, ojo de lagartija, pie de rana, piel de murciélago, lengua de perro, estiércol de sierpe, aguijón de culebra, pierna de lagarto y ala de mochuelo: coced y hervid como su fuerais filtro infernal, para darnos un poderoso hechizo.
Las tres.- Redoblemos el trabajo y el afán, y abrasaré el fuego la caldera.
Bruja tercera.- Coceos y hervid, escama de dragón, diente de lobo, betún de brujas, vejiga de tiburón, raíz de cicuta de noche arrancada, hígado de judío blasfemo, hiel de cabra, hojas de abeto plateadas a la luz de la luna que se oculta, nariz de turco, labio de tártaro, dedo de criatura estrangulada al nacer y arrojada al foso por una mujerzuela: todo esto, mezclado con entrañas de tigre, son los ingredientes de nuestra cazuela.
Las tres.- Redoblemos el trabajo y el afán, y abrasará el fuego y hervirá la caldera.
Bruja segunda.- Enfriémoslo con sangre de mono, y estará el hechizo completo y dispuesto.
(Entra Hécate, uniéndose a las tres brujas)
Hécate.- ¡Magnífico! Habéis realizado un gran trabajo y participareis del triunfo. Y ahora, cantad todas en rededor de la caldera, como si los trasgos y las hadas formaran un anillo, y hechizad cuanto habéis echado a la cazuela.
(Música y canto. Se retira Hécate)
Bruja segunda.- Por la picazón de mis dedos adivino que se acerca un malvado… ¡Abrid paso, puertas, a quienquiera que llame!
(Entra Macbeth)
ja!....que Macbeth....mirá vos... las tres brujas..jeje....ta muy bueno!!
ResponderEliminarDisculpame, por mis preguntas...nocreí que era tan difíciles de responder....sólo era para saber qué pensabas...je...DISCUILPAMEEE! si?... :)
Espero tes bien...cuidate mucho!
Besotes!
Yo de nuevo...disculpa!..Me olvidé de decirte...que nosé porqué pero no puedo ver Ciudad en celo..la bajé dos veces y nada..... lo mejor va hacer alquilarla... jeje...porque tengo ganas de verla, ahora!!..jaja...Besotess!
ResponderEliminarla historia de macbeth es alucinante, muy buen comentario, la obra claro la conozco, pero la pelicula no la e visto, la conseguire de algun modo.
ResponderEliminarun saludos, que estes bien!
Hola Luna. No te disculpes por pedirme mi opinión sobre el tema. Las preguntas difíciles están bien porque te obligan a pensar, así que no tienes nada por lo que disculparte. Espero haberme explicado bien.
ResponderEliminarLas brujas de Macbeth siempre me han parecido unos personajes la mar de interesantes.
Son ellas las que impiden que te bajes Ciudad en celo y tengas que molestarte en salir a buscarla (jajajaja). Cuando la veas ya me dirás.
Un beso!!
Hola Alfredo. Yo tampoco he visto esta historia en el cine, pero si pude ver hace unos años un Macbeth en teatro con Eusebio Poncela y me pareció un desastre.
ResponderEliminarPara el cine las mejores adaptaciones de Shake, al menos para mi gusto, son las de Keneth Brannagh, aunque el Hamlet de Mel Gibson (antes de que se le fuera la olla del todo) no está mal tampoco.
Saludos!!
MUY INTERESANTES TUS POSTEOS!
ResponderEliminarBienvenido Belmar. Gracias por el interés. Visto tu perfil observo que tienes varios blogs abiertos. Iré pasando para echarles un vistazo así que nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarGracias y la puerta queda abierta.