lunes, 9 de abril de 2007

Asesinos natos

- ¿Quién eres?
- Mickey, y ¿tú?
- Soy Mallory.
- Deberías llamarte Bella.
- ¿Tu comes mucha carne, Mallory?
- Podría comerla.
- ¿Siempre te vistes así o estabas esperándome a mí?
- ¿Porqué iba a vestirme así para alguien que no conozco?
- A lo mejor te lo pidió algo en tu interior. Ya sabes, el destino ¿Crees en el destino, Mallory?
- Tal vez.
- No pareces feliz ¿Quieres dar un paseo y hablar?

Mickey (Woody Harrelson) y Mallory (Juliette Lewis)



- Dime ¿cómo eres capaz de hacer eso?
- ¿Inocente? ¿Quién es inocente, Wayne?
- Soy inocente, en efecto. De asesinato, desde luego.
- Es sólo un asesinato. Todas las criaturas lo hacen de una forma u otra, pero… mira la selva, una especie mata a otra especie, nuestra especie mata a todas las especies incluida la selva, y lo llaman industria, no asesinato. Conozco a gente que se merece morir. Todo el mundo tiene algo en su pasado, algún pecado, algún horrible secreto. Mucha gente que anda por ahí ya está muerta, sólo hay que sacarla de su miseria y yo soy el mensajero del destino.

Wayne Gale (Robert Downey junior) y Mickey (Woody Harrelson)



Todo el mundo lleva un demonio dentro ¿vale? Vive aquí, en nuestro interior. Se alimenta de tu odio, asesina, viola, mata, usa tu debilidad, tus miedos, sólo los crueles sobreviven. Todos sabemos que somos basura, que no podemos ser libres. Con el tiempo te vuelves malo.

Mickey

No lo entenderás nunca, Wayne. Tú y yo no somos de la misma especie. Yo era como tú, pero evolucioné. Para tu mentalidad eres un hombre. Para mí eres un simio. Ni siquiera un simio, perteneces a los medios. Los medios son como el clima pero un clima hecho por el hombre. ¿Crimen? Es puro. Los medios lo han hecho impuro, ofrecéis violencia, vendéis miedo. Tú dices: ¿por qué? Yo digo: ¿por qué no?

Mickey



- ¿Sabes lo que te digo? Yo digo que nunca vamos a volver a esas celdas. Salgamos de aquí. Busquemos las estrellas, atravesemos la lluvia de balas y cuando muramos, entonces seremos libres.
- Eso es poesía, pero sólo moriremos si no hay más remedio.

Mallory y Mickey



- Venga, no disparéis. No disparéis, por favor. Durante la fuga sentí como se creaba un vínculo entre nosotros.
- No, no es verdad. Eres escoria, Wayne. Sólo querías audiencia. Te la trae floja lo que le pase a cualquiera que no seas tú mismo. Por eso a nadie le importas tú, por eso no despegaron los helicópteros.
- Espera hipócrita. ¿Ya no te acuerdas del indio? Dijiste que no matarías más, que el amor vence al demonio.
- Lo dije y lo mantengo. Pero es que tú vas a ser el último.
- No me mates tío, no me mates.
- No tengo nada contra ti, egocéntrico. Me caes bien, tío.
- Noooo.
- Pero si te dejamos marchar seríamos como todos los demás. Matarte a ti y a lo que representas es una… declaración. No sé exactamente lo que quiere decir, pero… ya sabes, Frankenstein mató al doctor Frankenstein.
- Noooo.
- Wayne, ten un poco de dignidad.
- Vale, soy un maldito parásito. La vida es cruel. Nadie dijo que fuese fácil. Desde el día en que matasteis nos pertenecéis al público, a los medios. Es la realidad y estamos casados ¿no? La cuestión es: ¿qué hacemos ahora? Hagamos algo a lo Salman Rushdie ¿de acuerdo? Libros, entrevistas, no nos escondemos, aparecemos, los despistamos, huimos. Saldremos con Ophra, con Donaghue. ¿Tenéis idea de lo grandes que podríamos ser?
- Vamos a ponerle música, Colorado.
- Espera, espera, espera. Mickey y Mallory ¿no dejan siempre vivo a alguien para que cuente su historia?
- Sí, señor. Tu cámara.
- De acuerdo.

Mickey y Wayne

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