jueves, 8 de marzo de 2007

Leaving Las Vegas



Prostituta.- ¡Eh, tú, señor Erección! ¿Quieres enrollarte conmigo? El cuarto son 20$. Lo pagas tú.

Ben.- Está bien, pero sólo porque pienso que el concepto de entregarse encaja bien con mi historia general en este momento.


Ben.- No puedo recordar si empecé a beber porque me dejó mi mujer, o si mi mujer me dejó porque empecé a beber.


Sera.- ¿Cuál es el problema? ¿Estás demasiado borracho?

Ben.- A mí no me importa nada de esto. Tenemos mucho tiempo. Puedo darte más dinero. Puedes beber todo lo que quieras pero quédate. Eso es lo que quiero. Quiero que me hables o que escuches, pero quédate.


Sera.- ¿Qué te trae por Las Vegas? ¿Una convención?

Ben.- No. He venido aquí para emborracharme hasta morir. Saqué todo mi dinero del banco, pagué mi tarjeta Amex, y mañana venderé mi coche.

Sera.- Bien. Y ¿cuánto tiempo tardarás en morirte bebiendo?

Ben.- Creo que unas cuatro semanas. No lo sé seguro, pero creo que puedo gastarme de 250 a 300 dólares cada día.

Sera.- Con eso debería bastar. Y yo ¿qué soy? ¿Un lujo?

Ben.- Sí. Tú eres un lujo y tu taxímetro acaba de pararse.


Sera.- Sólo quería saber por qué te estás matando.

Ben.- Interesante elección de palabras. No lo recuerdo. Sólo sé que es lo que quiero.

Sera.- Entonces ¿beber es una forma de matarte?

Ben.- O matarme es una forma de beber.



Ben.- Quizá debería de seguirte por ahí y preguntar a uno de ésos cómo es el dormir contigo.

Sera.- Ellos no lo sabrían. Deberías de preguntármelo a mí algún día. Me encantaría enseñártelo.


Sera.- Creo que, de hecho, los dos sabíamos que no teníamos mucho tiempo y yo le acepté por lo que él era. Yo no esperaba que cambiara. Y creo que él sentía lo mismo por mí. A mí me gustaba su drama. Y él me necesitaba. Yo le amaba. Le amaba de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario